Buzos que practicaban buceo a la deriva quedaron varados en aguas abiertas cuando un buceo no se desarrolló según lo previsto.
Historia reportada
Se trataba de una serie de buceos programados entre un barco chárter y una embarcación de buceo. Las condiciones en el primer buceo del día incluyeron una corriente bastante rápida, una visibilidad excelente y una temperatura del agua de 25 a 26 °C (78 a 80 °F). Cinco buzos de 30 a 70 años decidieron realizar un buceo a la deriva —su segundo buceo del día— en las últimas horas de la tarde. Otro buzo y yo optamos por no participar en el segundo buceo; en cambio, nos quedamos en el barco chárter. El plan para el buceo a la deriva consistía en que la embarcación de buceo llevaría a los buzos al punto de buceo y el barco chárter permanecería inmóvil.
El capitán de la embarcación de buceo acompañaría a los buzos como divemaster, y un miembro de la tripulación designado permanecería a bordo de la embarcación de buceo para supervisar a los buzos y ayudarlos a subir cuando salieran a la superficie. Después del buceo, se esperaba que la embarcación de buceo llevara a los buzos de regreso al barco chárter. Sin embargo, la embarcación de buceo experimentó algunas complicaciones cuando el miembro de la tripulación atascó la hélice con la cuerda que flotaba en la parte posterior de la embarcación y, por consiguiente, no pudo seguir a los buzos mientras se desplazaban a la deriva. Le tomó bastante tiempo cortar la cuerda y liberar la hélice, por lo que no pudo supervisar a los buzos simultáneamente. Cuando la embarcación de buceo pudo volver a desplazarse, el miembro de la tripulación no pudo localizar a los buzos. No le informó al capitán del barco chárter sobre la demora que la embarcación de buceo había experimentado.
Mientras tanto, los buzos salieron a la superficie y no encontraron ninguna embarcación a la vista. Se cree que los buzos se desplazaron a la deriva a unos kilómetros del punto de ingreso. Un buzo tenía una boya vertical de señalización inflable, pero el miembro de la tripulación de la embarcación de buceo no la vio. Los miembros del grupo de buceo decidieron nadar durante 45 minutos hasta que llegaron a la costa de una isla desierta. No tenían ninguna forma de comunicarse con ninguna de las embarcaciones ni de pedir ayuda. Al no recibir ninguna comunicación de la embarcación de buceo, el capitán del barco chárter consideró que los buzos se habían demorado demasiado en regresar al barco, por lo que decidió comenzar a buscarlos con una lancha de consola central más pequeña. Finalmente encontró y rescató a todo el grupo de buceo aproximadamente una hora después de que llegaran a la costa. Aparte de estar exhaustos, los buzos no sufrieron lesiones ni complicaciones de salud después de este incidente.
Comentario
Una planificación exhaustiva anterior al buceo para hacer frente a la peor situación posible puede parecer algo excesivo; no obstante, este caso muestra el beneficio de examinar y revisar de manera crítica los planes de buceo. Los detalles que son ignorados por ser considerados menores pueden ser cruciales en el caso de que se produzca una situación de emergencia. Al analizar este incidente, la supervisión de los buzos, los protocolos de comunicación y la preparación de los buzos son tres áreas en las que este plan de buceo podría haberse mejorado.
El buceo a la deriva desde una embarcación consiste en que los buzos se desplacen con la corriente a través de un punto de buceo y, en lugar de nadar hacia la embarcación al salir a la superficie, se los debe seguir y recogerlos al finalizar el buceo. Seguir las burbujas de los buzos puede ser un plan de supervisión efectivo; no obstante, una manera más confiable de supervisar a los buzos que practican buceo a la deriva consiste en utilizar una línea de flotación. Este método requiere que un buzo arrastre una línea y una boya de superficie, que normalmente consiste en un flotador con una bandera de buzo sumergido adherida. La boya de superficie proporciona al operador de la embarcación una referencia más visible de la ubicación del buzo que las burbujas, especialmente en aguas agitadas.
El buzo informó condiciones de buceo ideales; aun así, una boya de superficie podría haber proporcionado un mejor punto de referencia que solo las burbujas, en especial porque el miembro de la tripulación de la embarcación de buceo estaba distraído intentando liberar la hélice. Se desconoce si había otros miembros de la tripulación u “observadores de burbujas” a bordo de la embarcación de buceo. Puede ser útil tener a más de una persona observando desde la superficie para asegurarse de que se conozca la ubicación de los buzos.
Un detalle importante en este incidente es la falta de comunicación entre las dos embarcaciones. Si se hubiera avisado al barco chárter sobre el percance con la hélice de la embarcación de buceo, el capitán del barco chárter podría haber brindado ayuda antes, lo que posiblemente podría haber evitado que los buzos quedaran varados y que tuvieran que nadar 45 minutos hasta la costa. No se sabe por qué la comunicación entre las dos embarcaciones falló. Así como los compañeros de buceo deben garantizar una comunicación efectiva a través de señas manuales, los operadores de embarcaciones de buceo también deben tener protocolos y dispositivos de comunicación eficaces al elaborar planes de buceo.
La preparación de los buzos también debe tenerse en cuenta. El buzo informó que se lanzó una boya vertical de seguridad una vez que los buzos se dieron cuenta de que la embarcación no estaba por ninguna parte. Lamentablemente, nadie vio la boya y los buzos no tenían ningún otro dispositivo de señalización disponible. Los dispositivos de señalización visual deben ser lo suficientemente grandes y de un color brillante para ser vistos desde lejos. Para estar preparados para diversas situaciones, se recomienda tener una variedad de dispositivos de señalización disponibles durante el buceo. Los dispositivos de señalización sonora, como por ejemplo silbatos o sirenas, son simples y eficaces. Un dispositivo como el Nautilus Lifeline permite a un buzo enviar una señal de socorro de GPS y tener un contacto bilateral con las embarcaciones.
Quedar varado en el mar es psicológicamente agotador, así como también físicamente exigente. Los encuentros con vida marina peligrosa, la deshidratación, el agotamiento y la hipotermia son todas situaciones que pueden poner en peligro la vida. Este caso sirve para recordar que una planificación exhaustiva del buceo y una atenta consideración de los detalles puede tener un gran impacto en la seguridad de un buceo.
Brittany Trucha