Los videojuegos me permitieron conocer un nuevo mundo 

Tengo 14 años y recientemente obtuve mi certificación como buzo con aire comprimido. He oído que hace muchos años los buzos obtenían su certificación por Jacques Cousteau o un antiguo programa de televisión llamado Sea Hunt (Investigador submarino), pero eso fue mucho antes de que yo naciera. Mi inspiración para iniciarme en el buceo fue un videojuego llamado SubnauticaSubnautica. Es un juego de supervivencia bajo el agua donde quedas varado en un planeta acuático alienígena y debes bucear para reunir recursos a fin de fabricar equipos como mejores tanques de aire, herramientas y eventualmente submarinos. El objetivo final es abandonar el planeta acuático alienígena. Las partes del juego que me inspiraron más fueron la tranquilidad que sentía al flotar en el mundo virtual y al observar el hermoso ecosistema. 

El mundo submarino del juego es extremadamente realista, con diferentes especies con su propio comportamiento —algunas criaturas cazan a otros peces para alimentarse, unos son más defensivos y otros son completamente pasivos—. Existen diferentes tipos de peces en distintas áreas. Cuanto más te sumerges, más territoriales y agresivos son, pero te ignorarán y continuarán cazando para conseguir su alimento si te mantienes alejado. A un pez le gusta explotar si te acercas demasiado a él. No sé por qué, pero me pareció gracioso.

El proceso para obtener la certificación para bucear con aire comprimido fue bastante simple. Realicé una clase en línea para aprender toda la información de seguridad. Una vez que aprobé la clase en línea, hicimos un viaje familiar a Cayo Largo, Florida, para realizar un entrenamiento en persona. El primer día aprendimos los conceptos básicos de seguridad y el equipo, flotamos en el agua por unos cinco minutos y luego conectamos nuestros reguladores a los tanques y buceamos un poco en la piscina. Flotar sin peso en la piscina fue una experiencia maravillosa. Después del buceo en la piscina, fuimos directamente a aguas abiertas para repetir el proceso.

Durante nuestro entrenamiento el clima estuvo bastante complicado, así que las olas nos revolcaron cuando estábamos en la superficie, pero las aguas estaban serenas cuando nos sumergimos a mayor profundidad. Se sintió similar al buceo en la piscina, pero con la belleza agregada de los arrecifes de coral.

El segundo día aprendimos algunos procedimientos de seguridad más avanzados y técnicas útiles como desempañar nuestras máscaras y el uso compartido del regulador. Practicamos esas habilidades en la piscina y nos aseguramos de dominarlas bien antes de repetir las técnicas en otro buceo en aguas abiertas. 

El tercer día nos centramos en el equipo, así que practicamos inflar nuestros compensadores de flotabilidad (chalecos) con la boca y manejar las computadoras de buceo y las brújulas. La piscina era demasiado pequeña para trabajar con la brújula, pero practicamos las otras tareas en la piscina hasta que nos sentimos cómodos y luego pasamos al buceo en aguas abiertas. 

El último buceo en aguas abiertas fue difícil porque el clima aún estaba complicado ese día. El agua estaba fría (el hecho de que mi traje de neopreno fuera demasiado grande no ayudó) y las olas eran grandes, pero había muchas técnicas de superficie que teníamos que realizar en esas duras condiciones. 

Una vez que terminamos con esas técnicas, el buceo se volvió mucho más fácil. Me sumergí hasta aproximadamente 6 metros (20 pies) y ya no percibí las olas. Finalizamos la última parte de la práctica de habilidades, que fue desplazarnos con una brújula, bastante rápido y luego tuvimos 20 minutos para explorar el punto de buceo. Eso fue lo que más me divirtió en todo el viaje. Ir a donde quisiera con mi compañero y disfrutar de la tranquilidad fue increíble.