Los buceadores suelen asociar el término «squeeze» con una lesión relacionada con la presión (barotrauma) en los oídos, los senos paranasales o los ojos. En el buceo libre, el término se utiliza comúnmente para referirse a una lesión pulmonar.
Muchos buceadores libres están familiarizados con el concepto de «squeeze», pero aún no se comprende del todo cómo y por qué se produce este fenómeno. En 2023, DAN se asoció con la Universidad de California en San Diego para encuestar a buceadores que practican apnea sobre sus experiencias con lesiones pulmonares («squeeze») y su regreso al buceo libre después de sufrirlas. El estudio buscaba identificar tendencias en los síntomas, posibles causas y patrones de recuperación, con el objetivo final de promover prácticas más seguras y recomendaciones más claras para tratar el síndrome de compresión.
¿Qué es el Apretón?
A medida que un buceador libre desciende, el aumento de la presión del agua comprime los pulmones dentro de la cavidad torácica. Si esta compresión excede la capacidad de compensación del cuerpo, puede causar estrés o daños en el tejido pulmonar, como pequeñas fugas o desgarros. Esto puede provocar un barotrauma pulmonar o una acumulación de líquido (edema pulmonar) en los pulmones, lo que da lugar a síntomas como tos (con o sin sangre), opresión en el pecho, dificultad para respirar, fatiga o mareos.

Según las actas de 2023 Barotrauma y SIPE en el buceo libre Taller SCED/DAN,estos síntomas se engloban dentro del síndrome pulmonar inducido por el buceo libre (FIPS, por sus siglas en inglés), un término propuesto para abarcar todo el espectro de síntomas respiratorios asociados con el buceo en apnea, especialmente cuando el mecanismo exacto de la lesión no está claro o es multifactorial. Los subtipos sospechosos de FIPS incluyen edema pulmonar, edema y/o hemorragia traqueal/laríngea y barotrauma alveolar.
Los investigadores y expertos en medicina del buceo continúan perfeccionando esta clasificación y explorando vías de tratamiento.
La Encuesta
Para comprender mejor cómo los buceadores que practican apnea experimentan y se recuperan de los episodios de barotrauma, DAN lanzó una encuesta en línea de dos meses de duración en 2023. Respondieron un total de 132 buceadores, en su mayoría buceadores recreativos y competitivos, de los cuales el 98 % poseía una certificación oficial en su disciplina. De ellos, el 96 % afirmó haber experimentado al menos un episodio de compresión entre 2008 y 2023, lo que dio como resultado un total de 140 episodios evaluados en este estudio. Muchos participantes informaron de incidentes repetidos, con una media de 8 ± 20 episodios de compresión a lo largo de su historial de buceo.
Los encuestados representaban una amplia gama de actividades de buceo en apnea, incluyendo buceo libre, pesca submarina y hockey subacuático. Entre las disciplinas de buceo libre, las tres más frecuentemente asociadas con incidentes de embolia por descompresión fueron la inmersión libre (FIM), el peso constante con aletas dobles (CWTB) y el peso constante con monoaleta (CWT). La FIM, que consiste en tirarse de una línea de buceo y puede generar una mayor tensión, fue la que registró el mayor número de casos de compresión. En consonancia con esta tendencia, el 72 % de los incidentes se produjeron durante inmersiones de entrenamiento, cuando los buceadores a menudo se esforzaban al máximo o perfeccionaban sus técnicas.
Las profundidades en las que se produjeron los síntomas de compresión oscilaron entre los 10 y los 113 metros (32-370 pies), con una profundidad media de 43 ± 22 metros (141 ± 72 pies). Cabe destacar que la mayoría de los incidentes de compresión se produjeron a profundidades inferiores a la mejor marca personal del buceador, lo que sugiere que la profundidad por sí sola no explica el riesgo de lesiones. En cambio, las causas notificadas por los participantes, entre las que se incluyen el movimiento a profundidad, las contracciones del diafragma y un calentamiento insuficiente, apuntan a que la tensión dinámica y los movimientos torácicos forzados desempeñan un papel más influyente en el riesgo de sufrir un episodio de compresión.
Síntomas y Recuperación
Los síntomas más frecuentes tras una compresión fueron tos, producción de mucosidad (esputo) y fatiga. Aunque la tos con sangre (hemoptisis) se considera a menudo un signo característico de lesión pulmonar, muchos participantes informaron de síntomas compatibles con una compresión sin sangre visible, lo que indica un abanico de lesiones más amplio de lo que a veces se reconoce.
La mayoría de los buceadores (80 %) no buscaron atención médica ni tratamiento, incluida la administración de oxígeno, después de sufrir un síndrome de compresión. De las 36 personas (26 %) que buscaron atención médica, 14 fueron hospitalizadas y se les realizaron pruebas diagnósticas que iban desde análisis de sangre hasta tomografías computarizadas. Esto sugiere que, si bien la mayoría de los incidentes pueden ser leves y autolimitados, un subconjunto de casos puede ser grave y requerir atención clínica. Sin embargo, la falta de un seguimiento médico sistemático dificulta evaluar si los daños a largo plazo pueden pasar desapercibidos en los casos no tratados.
Las recomendaciones sobre el tiempo de regreso a la inmersión variaban mucho, desde unos pocos días hasta un año completo, con recomendaciones promedio de uno a dos meses. A pesar de estas inconsistencias, en promedio, los buceadores pudieron regresar a la misma profundidad en la que se produjo su compresión en los tres meses posteriores al incidente.
Conclusión
Esta encuesta sugiere que los casos de compresión son más comunes de lo que se creía anteriormente, a menudo no se denuncian ni se tratan, y son muy individuales en cuanto a su presentación y recuperación. Aunque muchos buceadores parecen recuperar su capacidad, especialmente en los casos leves, la falta de supervisión médica dificulta la evaluación de las consecuencias a largo plazo.
Se necesita más investigación para establecer criterios diagnósticos, protocolos de tratamiento y directrices para volver a bucear que sean coherentes. Mientras tanto, aumentar la concienciación sobre la variedad de síntomas y los riesgos potenciales puede ayudar a los buceadores en apnea a tomar decisiones más informadas sobre su entrenamiento, calentamiento y cuidados posteriores a un incidente. Los resultados completos de este estudio se han publicado en Buceo y Medicina Hiperbárica.