Aportando movimiento y emoción a la fotografía submarina
El mar cautivó a Imran Ahmad desde una edad muy temprana. Durante su infancia en Singapur, el pequeño Imran nunca se perdía la oportunidad de ir a pescar con su padre, un oficial de policía, en su barco cerca de la costa.
Recuerda una de las primeras conversaciones con su padre, donde sugería que su camino podría ser diferente al de sus compañeros. Después de ver un especial de televisión de National Geographic que presentaba a buzos con sus cámaras submarinas, le dijo a su padre que eso era lo que quería hacer cuando fuera grande.


Si bien en un principio el padre de Imran rechazó la idea, argumentando que las aspiraciones de su familia para él se alineaban más con ingeniería, medicina o finanzas, esa resistencia no duró mucho. Para cuando Imran tenía 8 años, su padre ya le había comprado una cámara y le había mostrado cómo funcionaba.
Imran se sumergió completamente en los documentales de National Geographic y se imaginó a sí mismo como un incipiente David Doubilet. Un día su familia se encontraba en la playa cuando su padre finalmente aceptó permitirle tomar algunas fotos por su cuenta. Sin demora corrió hasta la orilla y se metió al agua, con la nueva cámara de su papá colgando orgullosamente del cuello. Por desgracia, no era una cámara submarina.


Después de esa desfavorable introducción a la fotografía submarina, su epifanía ocurrió cuando Stan Waterman y Doubilet llegaron a Singapur como parte de una gira de conferencias. Cuando la presentación de diapositivas y películas finalizó, Imran, de 12 años, estaba primero en la fila para estrecharle la mano de Doubilet.
¿Qué palabras de sabiduría recuerda de Doubilet ese día? “Los nudibranquios saben a pollo”. Puedo ver a Doubilet diciendo algo fantástico como eso a un pequeño niño entusiasta con un guiño de complicidad. Imran respondió: “tomaré fotos como usted”. Tenía grandes ambiciones, pero también una confianza y una pasión inquebrantables que nunca flaquearon.


No comprender la diferencia entre una cámara submarina y una de superficie no era la única brecha en su base de conocimientos de fotografía. No conocía los conceptos básicos de las aperturas y la velocidad de obturación. Un artesano que procesaba película y hacía impresiones en un cuarto oscuro de fotografía analógica le ofreció su amistad y lo inspiró a comprar su primera cámara para poder experimentar.
En el mercado de pulgas local, Imran encontró una Minolta 7xi, una cámara réflex de un objetivo (SLR) con película con chips que se podían insertar para controlar la automatización. También podía funcionar manualmente, que es como Imran la utilizaba, fotografiando con avidez todo tipo de naturaleza y sujetos urbanos por Singapur.


En aquel momento tenía dos objetivos principales: bucear y comprar una cámara submarina. Trabajó en una tienda de café para pagar su capacitación de buceo, lo que le permitió alcanzar el primer objetivo. Acababan de salir folletos de la nueva Nikonos V, pero la cámara estaba fuera de las posibilidades económicas de la familia. Así que se conformó con una Nikonos III de segunda mano con un objetivo de 35 mm y un juego de tubos de extensión.
En Singapur cada varón mayor de 16 años sirve en el ejército por dos años, pero ese fue apenas un obstáculo en el camino de Imran hacia el mar y no arruinó sus sueños.


Cuando regresó a la vida civil, trabajó para una tienda de buceo en Singapur y comenzó a realizar por lo menos 45 viajes por año para clientes de la tienda de buceo —viajes cortos a los países vecinos Malasia e Indonesia por el agua cristalina y los arrecifes de coral que no podían encontrar en sus aguas costeras—.
Compró una luz estroboscópica Nikonos SB-103 en otro mercado de pulgas y descubrió que en sus fotos submarinas podía haber color. También le brindó una oportunidad comercial de vender láminas a sus clientes de viajes.
Asimismo, aprendió a desmontar y reparar su objetivo y su cámara Nikonos cuando inevitablemente se llenaba de agua en lugar de enviarla cada vez que el agua se colaba por una junta tórica. Su siguiente adquisición fue un objetivo gran angular Sea and Sea de 15 mm. Al final de su adolescencia, Imran podía fotografiar los tipos de imágenes que había visto en revistas de buceo asiáticas y crear un portfolio con viabilidad editorial.
Cada vez que viajaba, visitaba tiendas de libros para encontrar direcciones de editores de revistas de buceo. Su carta de presentación siempre era la misma: “Soy un incipiente fotógrafo submarino de Asia. ¿Puedo trabajar para usted?”.
Se presentó sin previo aviso en la oficina de David Espinosa de Scuba Diver AustralAsia. Espinosa estaba con una fecha de entrega y no tenía tiempo para charlar, así que su puerta estaba cerrada. Sin desanimarse, Imran deslizó su portfolio debajo de la puerta. Espinosa lo recordó por su audacia, pero también por su talento. Eventualmente trabajarían juntos con frecuencia después de que la foto de Imran de un pulpo mimo intentando comerse a un camarón finalmente resonó y llegó a las páginas impresas.

Su primera oportunidad significativa llegó cuando Robert Lo, propietario del centro turístico Sipadan-Mabul Resort, contrató a Imran para fotografiar y producir un libro donde se destacaran su centro y las oportunidades de buceo en Mabul y Sipadan, Malasia. A continuación, pasó un mes entero buceando. Imran aprendió a conceptualizar un libro, trabajar con un diseñador y una imprenta, revisar impresiones y conocer la diferencia entre espacios de color CMYK y RGB.
Finalmente tuvieron un hermoso libro de fotografía submarina, y Lo estaba ansioso por promocionarlo. Con un presupuesto de viaje y el libro como tarjeta de presentación, Imran comenzó a trabajar en el circuito de ferias de buceo de consumidores asiáticos, intentando conocer editores de revistas y proporcionarles imágenes que se ajustaran a su visión editorial.


Su mayor mentor de esta época fue Dietmar Fuchs, que en ese entonces era editor de la revista Unterwasser revista, que inmediatamente reconoció la visión única y la ética de trabajo de Imran y le proporcionó contactos y oportunidades de publicación. Ese apoyo le abrió las puertas del mercado europeo de revistas, ampliando la presencia ya consolidada de Imran en revistas asiáticas de buceo.
Fue a la enorme feria de deportes acuáticos Boot en Düsseldorf, Alemania, y en 2006 asistió a su primera exposición de DEMA (Diving Equipment and Manufacturing Association) en América del Norte. Este fue el año en que las piezas empezaron a encajar.
Luego vinieron los clientes norteamericanos y las afiliaciones con Seacam y Nikon. Fue un fotógrafo destacado en el libro ilustrado de Fuchs de 2012 y produjo un libro de destinos para Seychelles, cuya portada está reproducida en la portada de esta edición de Alert Diver
Imran ha sido docente universitario por mucho tiempo, enseñando comunicaciones durante los últimos 25 años desde un campus universitario en Singapur y virtualmente a estudiantes en el Reino Unido y Australia. Aproximadamente el 70 % de su vida profesional está dedicado a enseñar y el otro 30 % a la fotografía submarina, ya sea realizando tours fotográficos o haciendo trabajos para revistas.
Las habilidades que adquirió al mantener su Nikonos III con vida después de llenarse de agua han evolucionado y dado lugar a talleres de reparación de cajas estancas submarinas, principalmente para cajas estancas Seacam, situados dondequiera que esté residiendo en ese momento, ya sea en Kuala Lumpur o Singapur.
Hay un Imran Ahmad vinculado al océano, pero también existe un lado privado. Es un hombre dedicado a su familia, que está compuesta por su esposa, Debbie, y su hija de 11 años, Izabell, que acaba de recibir su certificación. Al igual que su mamá y su papá, Izzy es una orgullosa miembro de DAN World y disfruta de vacaciones de buceo con su familia a la vez que intenta encontrar su propia manera de mantener la tradición familiar de inundar una de las cámaras de su papá.

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Vea más del trabajo de Imran Ahmad en esta galería de fotos complementaria y en este video.
© Alert Diver – Q3 2025