Participación en un simulacro de emergencia en Aquarius Reef Base
La alarma de mi teléfono inundó el ambiente, pero ya estaba despierta. Era el día que había esperado ansiosamente desde que me había enterado de la existencia del curso Introducción al buceo de saturación: operaciones de Aquarius y beneficios para la ciencia (Introduction to Saturation Diving: Aquarius Operations and Benefits to Science) de la Universidad Internacional de Florida (Florida International University, FIU) —el simulacro de emergencia—.
Tras finalizar el programa de educación a distancia de ocho semanas, fui una de las cinco estudiantes seleccionadas para participar en persona en las instalaciones de Aquarius Reef Base en Islamorada, Florida. El simulacro de emergencia que haríamos ese día no sería un ejercicio de entrenamiento común. Estaríamos a 13,7 metros (45 pies) bajo el agua en el hábitat Aquarius Reef Base. Nuestra misión era atravesar una situación de emergencia sorpresa —una de las varias que habíamos estado practicando— y salir del hábitat hacia una cámara hiperbárica móvil en una embarcación. Al llegar a tierra, practicaríamos el traspaso a una cámara en tierra.
Esta situación de práctica no era mi primer simulacro de emergencia en un entorno extremo. Anteriormente en mi carrera había respaldado los programas de la Estación Espacial Internacional (International Space Station, ISS) y el Transbordador Espacial (Space Shuttle) de la NASA. Como controladora aérea de actividades extravehiculares del equipo del Centro de Control de Misiones (Mission Control Center), practicaba regularmente situaciones de desacoplamiento y separación rápida y conjunta (Joint Expedited Undocking and Separation). Estos ejercicios simulaban situaciones que involucraban pérdidas de presión, incendios o una atmósfera contaminada, donde todas requerían respuestas rápidas y precisas por parte de los astronautas. El entorno espacial extremo exige una minuciosa atención a los detalles, ya que incluso la más pequeña desviación del protocolo podría tener graves consecuencias.
La diferencia crucial en este simulacro bajo el agua era que yo interpretaría el rol de una técnica del hábitat Aquarius. Me había tomado un tiempo de descanso del trabajo e invertido dinero para conocer, aprender y entrenar con el legendario equipo de operaciones de Aquarius. Incluso NASA, una organización con su cuota de leyendas, respetaba la experiencia del equipo de Aquarius.
Cada estudiante de nuestro equipo tenía una conexión única con los vuelos espaciales tripulados, y estábamos ansiosos por aprender más acerca de las características comparables del mundo submarino. Sergey, un fotógrafo y videógrafo submarino amateur y antiguo controlador aéreo e ingeniero biomédico de la NASA, condujo desde el Centro Espacial Kennedy (Kennedy Space Center) en Merritt Island, Florida, donde se desempeña como ingeniero de soporte de vida y había estado probando el sistema de soporte de vida del vehículo espacial Orion para la misión Artemis II. Elias es parte del equipo que está diseñando el próximo brazo robótico canadiense para el Programa Gateway de la NASA. Judah, del Laboratorio Nacional de Los Álamos (Los Alamos National Laboratory) en Nuevo México, tiene experiencia en geología y medicina de campo y presta servicio en la Reserva de la Fuerza Aérea (Air Force Reserve). Matt es de Polonia y está construyendo un hábitat submarino para entrenamientos de vuelos espaciales tripulados —partiría hacia el Ártico al día siguiente de la finalización de nuestra clase—. Mi función actual supone capacitación y operaciones para una nueva clase de trajes espaciales para entornos de microgravedad y gravedad parcial. Paso mi tiempo libre volando hidroaviones, haciendo trabajo voluntario como buceadora de restauración de coral y dando charlas sobre temas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemática (STEM, por sus siglas en inglés). Lógicamente, todos somos buzos.
Tras haber pasado años estudiando los diseños de trajes espaciales, estaciones espaciales, transbordadores, módulos lunares y vehículos lunares, estaba particularmente fascinada con la sostenibilidad. En cierto modo, es fácil diseñar y construir algo nuevo; el verdadero desafío a menudo radica en el sostenimiento y las operaciones. Mantener un entorno habitable en condiciones adversas es una prueba del ingenio y la perseverancia del ser humano. Las presiones extremas y el entorno corrosivo del lecho del océano presentan uno de los desafíos más formidables de la presencia humana.
Había estado recopilando preguntas para el equipo de operaciones de Aquarius con diligencia desde el inicio del programa. Las pequeñas fallas en los equipos —una falla inesperada de una junta tórica o la ruptura de un componente de plástico debido a fallas de ciclo— resultan familiares para los buzos. Pero quería profundizar y comprender las complejidades del funcionamiento a largo plazo de Aquarius.
Tuvimos la oportunidad de revisar registros de mantenimiento y buscar información sobre fallas prematuras, medidas preventivas clave y
componentes aparentemente indestructibles que habían desafiado las probabilidades. El equipo de operaciones de Aquarius, con sus décadas de experiencia, guardaba los secretos del éxito duradero de este extraordinario hábitat submarino.
Esa mañana salimos a la superficie en la piscina lunar ("moon pool") de Aquarius, y rápidamente guardé mi equipo de buceo, ansiosa por salir del agua y secarme. Había sido mi segundo buceo en Aquarius, y el aumento de presión al respirar por primera vez me resultó familiar. Mi voz también adquirió un tono un poco más agudo, un resultado sutil del aumento de presión en mis cuerdas vocales.
Anteriormente había pasado más de 48 horas en el hotel Jules’ Undersea Lodge a una profundidad de 6,4 metros (21 pies). Si bien Aquarius y Jules’ mantenían niveles de oxígeno más altos que la atmósfera en la superficie, en el hotel no había sentido el cambio de presión. La diferencia en Aquarius era un recordatorio constante del entorno extremo que nos rodeaba.
Cuando todos los estudiantes estaban listos, el director de operaciones e instructor de cursos de Aquarius, Roger Garcia, hizo una seña para indicar el comienzo del simulacro. No perdimos tiempo y asumimos nuestros roles designados. Como líder, asentí con la cabeza para indicarle a Sergey que avanzara, quien ejecutó impecablemente la tarea de cerrar las líneas de oxígeno externas al tiempo que demostraba su experiencia y actitud tranquila.
Los minutos pasaban y nosotros nos desempeñábamos con una mezcla de adrenalina y cuidadosa coordinación. Trabajamos juntos como un equipo, comunicándonos de forma clara y eficiente para superar cada obstáculo. Mientras concluíamos el simulacro con una exitosa evacuación nos invadió una sensación de logro. Esto nos permitió apreciar más profundamente las complejidades y los desafíos de mantener un entorno habitable en el océano.
El simulacro bajo el agua puso a prueba nuestro trabajo en equipo y nuestra atención a los detalles. Seguimos cada paso con cuidado y nos ganamos los elogios de nuestro instructor gracias a nuestra precisión y concentración. Tuve la suerte de ser quien cerrara la escotilla del hábitat al salir. Giré el mecanismo, haciendo uso de todo mi peso para asegurar la barrera entre el hábitat y el área de la piscina lunar. Un buzo de la embarcación salió a la superficie en la piscina lunar e informó que nuestro equipo de rescate estaba allí para acompañarnos de regreso a tierra. Todos permaneceríamos a unos metros bajo el agua sujetos a una línea hasta que el equipo pudiera llevarnos a la superficie y hacia la cámara en la embarcación de manera segura.
Más allá del entorno simulado, nos embarcamos en una serie de buceos a Aquarius. Sumergido en las profundidades del océano, se ha convertido en una parte integral de sus alrededores y actúa como un pequeño arrecife artificial que alberga un ecosistema marino.
Si bien Aquarius ofrece la capacidad de extender el tiempo a profundidad de un buzo para un entrenamiento científico o en un entorno extremo, las personas aún necesitan la capacidad de trasladarse a ese entorno. El buceo con suministro desde la superficie (SSD, por sus siglas en inglés) permite a los acuanautas de Aquarius realizar buceos largos sin necesidad de cambiar tanques o lidiar con las complicaciones de un rebreather (recirculador). Nuestro curso de introducción al SSD tenía tres fases y culminó con un buceo en aguas abiertas. Perfeccionamos nuestras habilidades de SSD bajo una experta supervisión, y cada persona tuvo un papel fundamental a la hora de apoyar al buzo durante los buceos en aguas abiertas.
Después de realizar un buceo con aire suministrado desde la superficie para ensamblar una pequeña configuración de piezas de equipos, me convertí en la asistente de línea, guiando el umbilical en medio de las corrientes mientras me aseguraba de tener un suministro de aire estable y comunicación con el siguiente buzo.
Aquarius tiene especial importancia para mí, ya que me recuerda a mis primeros buceos en Florida y mi posterior participación en esfuerzos de restauración de coral durante los últimos cinco años. Los Cayos de la Florida se han convertido en una especie de segundo hogar, con rostros familiares, restaurantes locales y puntos de buceo favoritos.
No había palabras para capturar el sentimiento de pérdida, profunda tristeza y cambio venidero durante las temperaturas sin precedentes del último verano. No me sorprendió ver los azules de tonalidad fosforescente de los corales durante nuestro primer buceo a Aquarius. Algunos ya eran de color blanco brillante, lo que indicaba genotipos que eran más sensibles al cambio de temperatura. Aun así, un pulpo había encontrado consuelo en la hendidura entre una ventana y una cubierta de puerto para dormir, y algunos corales, esponjas, abanicos de mar y peces habían hecho de Aquarius su hogar como prueba de su capacidad de adaptación.
Al igual que el transbordador espacial y la ISS, Aquarius no existirá para siempre. El curso destacó que debemos estudiar casos como Aquarius para poder prosperar en entornos extremos y no simplemente sobrevivir. Debemos aprender de las personas que lo diseñaron y que vivieron y trabajaron allí.
Acerca de Aquarius Reef Base
Aquarius Reef Base tiene una posición privilegiada para brindar a estudiantes oportunidades para mejorar sus conocimientos de contenidos y recibir capacitación universitaria en ciencia marina, tecnologías de buceo, medicina de buceo y operación de cámaras de recompresión. Estos cursos desarrollan habilidades para la vida profesional y algunos se ajustan a certificaciones de la industria del buceo actuales. Fortalecen la capacidad competitiva de los estudiantes en su transición de la universidad a la carrera profesional.
Muchos cursos ofrecen una opción solo en línea que les resulta particularmente interesante a los educadores y estudiantes permanentes que buscan ampliar sus enseñanzas o profundizar sus conocimientos sin necesidad de recurrir a actividades experimentales prácticas. Para obtener más información, visite environment.fiu.edu/aquarius/.
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© Alert Diver — Q1 2024