DEAN HOLLIS, FUNDADOR DE LA EMPRESA DE SERVICIOS DE NATACIÓN Y BUCEO DIVENTURES, creció en Lakeland, Florida, como un habitante de Florida de tercera generación. “Pasé los primeros 22 años de mi vida en Florida, donde prácticamente vivía en el agua”, comentó. “Mis padres y abuelos estaban en el negocio de los comestibles y se enorgullecían de tener una organización excepcional centrada en los clientes, lo que la convirtió en un éxito. Así que crecí con dos cosas en mi ADN: el agua y la experiencia del cliente”.
Hollis obtuvo su certificación de buceo con aire comprimido tan pronto como sus padres se lo permitieron. “Me dijeron que tenía que esperar hasta los 16 años”, recordó. “El día de mi cumpleaños número 16, mi mamá me recogió de la escuela secundaria, me llevó para que obtuviera mi licencia de conducir y luego me llevó a una escuela de buceo”. Hizo sus buceos de verificación en Crystal River y quedó completamente fascinado con el buceo.
Después de graduarse de la Universidad Stetson (Stetson University) en 1982, siguió una carrera en la industria de los comestibles, lo que incluyó 21 años en diversos cargos ejecutivos en ConAgra Foods. Fue una carrera profesional que lo hizo salir de su Florida natal y lo llevó a trasladarse a varios lugares de Estados Unidos. En cualquier sitio donde su vida corporativa lo llevaba, se las arreglaba para encontrar una tienda de buceo local. Sus experiencias con algunas de ellas hicieron que se preguntara cómo podía reimaginar el modelo de negocio minorista del buceo.
“Todos hemos visitado esas tiendas donde a los propietarios les encanta bucear, pero el trabajo monótono que implica dirigir un negocio supera la pasión”, comentó. “Se encuentran a sí mismos haciendo las cosas que nos les gustan o que no quieren hacer y no lo que los hizo dedicarse a la actividad en primer lugar: enseñarles a las personas a bucear y llevarlos de viaje”.
Hollis, junto con su esposa, Lisa, y sus cinco hijos finalmente se instalaron en Omaha, Nebraska. “He trasladado a mis hijos a todos lados”, comentó, “y les prometí que no volvería a hacerlo”.
Hacer llegar el agua a Omaha
En 2008, Hollis se retiró como presidente y director de operaciones de ConAgra Foods, Consumer Foods, y comenzó a considerar la posibilidad de abrir una tienda minorista de buceo en Omaha, que carece de acceso al mar.
“Pensaba que abriría una pequeña tienda de buceo y tendría un excelente lugar para que los buzos pasaran el rato, hablaran sobre buceo e hicieran un par de viajes de buceo al año”, afirmó Hollis. “Cuanto más me involucraba, más me daba cuenta de que era una verdadera oportunidad para transformar una industria si me concentraba completamente en el cliente”.
Cuando inició Diventures en 2009, Hollis sabía que quería crear una tienda minorista de buceo con todas las eficiencias de ser una organización bien dirigida. Lo que es más importante, quería que fuera un lugar donde los clientes tuvieran un sentimiento de pertenencia.
“Creo que nuestra salsa secreta es combinar mi experiencia en el mundo empresarial con un equipo de personas apasionadas y una atención centrada en el cliente”, afirmó. “Nos llevó un tiempo, pero creemos que hemos encontrado la visión, la misión y los valores correctos —y tenemos un equipo de personas que trabaja duro todos los días para lograrlo”.
Diventures se ha expandido más allá de Omaha hasta Lincoln, Nebraska; Lexington, Kentucky; North Liberty, Iowa; Phoenix, Arizona; Atlanta, Georgia; Battle Creek, Michigan; Springfield, Columbia y Kansas City, Missouri; y Fitchburg y Sun Prairie, Wisconsin.
Ciudad natal: Omaha, Nebraska
Edad: 62
Cantidad de años de buceo: 46
Destino de buceo favorito:: St. Lucia
Cuándo se convirtió en miembro de DAN:: 2010
“Creo que nuestra salsa secreta es combinar mi experiencia en el mundo empresarial con un equipo de personas apasionadas y una atención centrada en el cliente...”
INCORPORACIÓN DE CLASES DE NATACIÓN A LA MEZCLA
Hacer hincapié en la seguridad en el agua y las clases de natación se ha vuelto crucial para la misión de la organización. De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), en los Estados Unidos cada año se producen aproximadamente 3.960 ahogamientos fatales accidentales, lo que incluye ahogamientos relacionados con la navegación, y 8.080 semiahogamientos.
“Tenemos la obligación de enseñarles a las personas a nadar, en especial cuando sabes que habrá ahogamientos de dos cifras cada día en los Estados Unidos”, comentó Hollis. Si tenemos una verdadera pasión por el agua, ¿cómo podemos aceptar eso?”.
Hollis se dio cuenta de que un programa de enseñanza de natación exitoso podría llevar a que más personas obtuvieran su certificación de buceo. “Teníamos que resolver cómo lograr conectar la natación con el buceo”, expresó. “En cada lugar donde actualmente tenemos piscinas, tenemos aproximadamente 1.000 niños por semana que están aprendiendo a nadar. Si pudiéramos convertir a tan solo 10 de esos nadadores en buzos con aire comprimido, la industria podría cambiar por completo. Si vemos esto como el canal para futuros buzos, debemos enseñarles a estos niños a estar seguros en el agua y a amar el agua. Luego podemos tener un vínculo con ellos de por vida, hacer viajes con ellos hasta que tengan 90 años y, con el tiempo, introducir a sus hijos y a sus nietos en el buceo”.
Los ingresos de la natación le permitieron a Hollis contratar a personas capacitadas dedicadas a evitar ahogamientos, asegurarse de que las personas estén seguras en el agua y animarlas a disfrutar. “Queremos permitirles que amen el agua, y luego poder mantenerlas como clientes para toda la vida”, afirmó. “Cuando veamos una oportunidad, les diremos a las generaciones más jóvenes: “¡vayamos a bucear!”.
LA CONEXIÓN EMOCIONAL
Las experiencias de buceo personales de Hollis han ayudado a avivar la alegría que siente al introducir a personas en el buceo con aire comprimido. Una de sus experiencias más humildes fue etiquetar tiburones blancos para su investigación en Guadalupe, México. “Estar cara a cara con un tiburón blanco fue simplemente maravilloso —una experiencia increíble”, compartió.
Hollis estuvo buceando recientemente cerca de Guanaja, una de las Islas de la Bahía de Honduras, en un punto llamado Black Rock Canyon. “Hay un par de partes llamadas Torres y Catedrales que tienen enormes pasadizos”, comentó, “y me volteé y capturé una de mis imágenes submarinas favoritas de mi hijo. Sus burbujas se elevaban, la luz brillaba hacia abajo y yo pensaba: ‘por esto buceo’. Es casi inimaginable. Es una experiencia espiritual”. Para Hollis, la conexión emocional es igualmente importante que el aspecto económico del negocio. “Somos una organización motivada por nuestra misión”, afirmó. “Amo la declaración de nuestra visión. Trabajamos arduamente en ello: ¡Usar nuestra pasión y el poder del agua para influir en las vidas de las personas, cambiar el mundo y divertirnos haciéndolo!”.
“En cada viaje de buceo que hago, alguien llora porque es una experiencia completamente poderosa. Como dijo un cliente reciente mientras me apartaba a un lado: ‘esto me ha cambiado y salvado la vida’”.
© Alert Diver - Q4 2022