Capítulo 4: Apéndice

"La seguridad es una consecuencia de la educación"

Divers Alert Network alienta a los buzos de todos los niveles de certificación a realizar el entrenamiento en primeros auxilios de modo que estén preparados para responder a las lesiones provocadas por el buceo, incluyendo las causadas por la vida marina. El capítulo siguiente detalla algunas técnicas y tratamientos de primeros auxilios mencionados a lo largo del cuadernillo, incluyendo termólisis, antivenenos, y la técnica de inmovilización por presión. Sin embargo, es importante enfatizar que leer y comprender este material no substituye al entrenamiento en primeros auxilios.

Si usted no ha recibido entrenamiento formal, DAN recomienda enfáticamente que busque un instructor calificado DAN. Para encontrar un Instructor de Primeros Auxilios para las Lesiones provocadas por la Vida Marina Peligrosa, visite Directorio de Instructores DAN.

En este capítulo, aprenderá sobre:


Termólisis

La termólisis describe el uso del calor para romper sustancias (termo significa temperatura, y lysis rotura o destrucción). A menudo se logra sumergiendo la zona afectada en agua caliente.

Las proteínas son compuestos orgánicos esenciales que realizan una gran variedad de funciones dentro de los organismos vivientes. La mayoría de las formas de vida, viven a temperaturas por debajo de los 122°F (50°C).

Por arriba de esta temperatura, sus proteínas sufrirán un desdoblamiento irreversible de la estructura biomolecular tridimensional. Este proceso tiene consecuencias dañinas para su función, y se denomina desnaturalización. La aplicación de calor puede desnaturalizar los venenos que están constituidos por proteínas, eliminando entonces su efecto o reduciendo su potencia.

Técnica

Las recomendaciones estándar para la desnaturalización de las toxinas como una medida de primeros auxilios, requieren que se sumerja la zona afectada en agua dulce caliente a una temperatura máxima de 113°F (45°C) durante 30 a 90 minutos. Esto puede funcionar razonablemente bien cuando la inoculación de la toxina es superficial, como la picadura de una medusa, pero será menos efectiva cuando las toxinas hayan sido inoculadas mediante heridas punzantes más profundas, como es el caso de las espinas del pez león. Aunque un rápido razonamiento podría requerir el aumento de la temperatura, aplicar temperaturas más altas al nivel de la piel, en un intento por alcanzar la temperatura deseada en un nivel más profundo, representa un riesgo inaceptable de quemar la piel. Además, la vasodilatación provocada por la exposición a temperaturas elevadas puede acelerar el inicio de la absorción de las toxinas y sus efectos sistémicos.

Cada caso es único y requiere una estimación de la profundidad a la cual el veneno fue inyectado; para inoculaciones superficiales, la aplicación de calor podría ser útil para manejar el dolor y desnaturalizar las toxinas, mientras que en inoculaciones más profundas, el calor sólo es útil para el manejo del dolor.

Consideraciones de los riesgos

Si usted intenta utilizar la termólisis como una medida de primeros auxilios, minimice el riesgo de daño al tejido local en el buzo lesionado probando el agua primero en usted, en la misma zona que el buzo tiene la lesión. Utilice el agua a la temperatura más caliente que pueda tolerar evitando escaldarse. No confíe en la estimación de la víctima, ya que el dolor intenso puede alterar su habilidad para evaluar la tolerancia a la temperatura.


Antivenenos

Un antiveneno es un producto biológico utilizado en el tratamiento de mordeduras o picaduras venenosas (no confundir con antídoto). Aunque es infrecuente, los buzos recreativos con scuba pueden sufrir la picadura venenosa de ciertas especies marinas, como el pez piedra, o las cubomedusas, necesitando la utilización de un antiveneno. Las mordeduras venenosas, como las de las serpientes de mar, son aún menos comunes.

¿Qué es un antiveneno?

Los antivenenos son productos biológicos derivados de la sangre, desarrollados inyectando a un animal -generalmente un caballo, un chivo, o una oveja- dosis de venenos sub letales. El animal gradualmente desarrollará anticuerpos contra el veneno, que podrán luego ser extraídos de su sangre como un suero para administrarlo a la personas. Como la mayoría de los productos derivados de la sangre, los antivenenos requieren que no se rompa la cadena de frío (una adecuada refrigeración desde la producción, a través del almacenamiento, y hasta la administración).

Consideraciones de los riesgos

Aunque generalmente no es una preocupación para los equipos que brindan los primeros auxilios, la administración de antivenenos no está libre de riesgos. La administración intravenosa de sueros animales puede causar un shock anafiláctico en personas susceptibles.

¿Cómo funcionan los antivenenos autoinyectables?

En ocasiones, se le ha preguntado a DAN sobre los anti-venenos autoinyectables. Conceptualmente, estos funcionarían de manera similar a como lo hacen los autoinyectables de epinefrina (como EpiPen®) en la administración intramuscular. Aunque por cierto es una idea atractiva, los antivenenos son productos derivados de la sangre mucho más complicados que la epinefrina. Como tales, tienen una vida útil más corta y requieren de una cadena de frío continua. Además, los antivenenos se administran de manera intravenosa, una habilidad que está más allá de las que poseen los equipos que prestan los primeros auxilios. Estos factores limitantes hacen que la idea sea relativamente impráctica para la operación en campo.


Técnica de Inmovilización por presión

La técnica de inmovilización por presión es una habilidad de primeros auxilios que intenta contener el veneno dentro de la zona de la mordedura y evitar que pase al sistema circulatorio central, donde el veneno podría afectar órganos vitales. La técnica consiste en aplicar presión para evitar el drenaje linfático, e inmovilización para evitar el retorno venoso (cuando la sangre fluye de vuelta hacia el corazón) provocado por la acción de bombeo del músculo esquelético.

Técnica

Utilice una venda elástica y una férula para administrar la adecuada presión e inmovilización. Una tela que no sea elástica no es ideal, ya que es difícil que logre la presión óptima.

  1. Comience el vendaje unas pocas pulgadas por sobre el lugar de la mordedura (entre ésta y el corazón).
  2. Envuelva con el vendaje la extremidad con vueltas superpuestas hacia arriba de la extremidad y nuevamente hacia abajo por el lugar de la mordedura.
  3. El vendaje debe ser lo suficientemente ajustado para administrar presión, pero usted debe mantener la sensibilidad y el color normales de la piel, y el pulso palpable.
  4. Utilizar una férula o un sustituto adecuado para inmovilizar la extremidad.
  5. Si es posible, mantenga la extremidad superior con un cabestrillo.
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