El buceo deportivo es un deporte divertido y relajante cuyo objetivo es disfrutar. Pero ¿qué sucede cuando las cosas no se desarrollan según lo previsto: su máscara se sale de lugar, su regulador sale despedido o un miembro de su grupo se queda sin aire?
Cualquiera de esas situaciones puede suceder durante su carrera de buceo. Planificar, pensar y practicar estas situaciones y sus reacciones puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
Mi último recorrido en la Guardia Costera de los Estados Unidos fue en el Centro de Entrenamiento de Buceo y Salvamento Naval (Naval Diving and Salvage Training Center, NDSTC) en Panama City, Florida. Me desempeñaba como oficial de buceo de enlace de la Guardia Costera con un destacamento de instructores de buceo de la Guardia Costera. Nuestras obligaciones incluían la selección y capacitación de buzos de la Guardia Costera, ejecución del curso anual de buceo en el hielo en climas fríos e integración en el entrenamiento de buzos militares.
Todos los cursos del NDSTC son deliberadamente exigentes y rigurosos. Los estudiantes provienen de todos los estratos sociales y la mayoría nunca ha respirado gas comprimido. Durante las primeras semanas pasan mucho tiempo en la piscina, entrenando y realizando ejercicios para sentirse cómodos en el agua. Llevan a cabo varias sesiones diarias de natación, caminatas, ejercicios con peso y ejercicios cardiovasculares en la terraza de la piscina. El entrenamiento se centra en la adaptabilidad acuática y permite que aquellos individuos que tienen un buen desempeño en el agua alcancen un nivel de élite.
El entrenamiento se pone a prueba durante la semana en la piscina, que es cuando los estudiantes experimentan con la colocación y el uso de equipo de buceo por primera vez. Los estudiantes practican con equipo básico en tierra y en el agua, trabajando en equipos para asegurarse de que todos los elementos estén correctamente colocados.
La semana en la piscina es una culminación de la memoria muscular y la capacidad para mantener la calma y pensar en los procesos durante los problemas exigentes que les plantean los entrenadores. Los estudiantes trabajan para pasar la semana en la piscina y seguir adelante, pero algunos no lo logran y otros repiten las clases.
El personal ayuda a los buzos a trabajar con los informes de seguridad de buceo, las listas de verificación anteriores al buceo y los controles prácticos antes de ingresar al agua. Una vez en la piscina, los estudiantes llevan a cabo exhaustivas buddy-checks (verificaciones mutuas con su compañero) para asegurarse de no tener deficiencias y los miembros del personal mantienen una mirada atenta para que los procedimientos se lleven a cabo de manera adecuada.
Los estudiantes nadan en círculos mientras miran al fondo de la piscina, y los instructores están divididos entre buzos de seguridad y quienes plantean los problemas. Mientras los buzos de seguridad están en el fondo de la piscina con equipo de buceo para ayudar a los estudiantes y calificarlos, los buzos que plantean los problemas se encuentran en la superficie y practican buceo en apnea. Este buzo elige a un estudiante desprevenido y le plantea una situación mientras se encuentra en el fondo de la piscina.

Los problemas comienzan de a poco —una máscara retirada, un regulador sacado de la boca o una correa arrancada— y el estudiante debe mantener su equipo y resolver el problema. Luego pasan a problemas más difíciles, como correas de tanque completamente retiradas, aire apagado, aletas removidas o presencia de un nudo en una manguera del regulador. Los estudiantes deben permanecer en el fondo de la piscina, analizar el problema, solucionarlo y presentarse ante el buzo de seguridad para una inspección y evaluación. En ese momento pueden aprobar o deben repetir el proceso.
Los estudiantes deben intentar mantener el control del equipo, especialmente sus tanques, que el buzo que plantea el problema intenta quitarles, algunas veces con éxito. Es una semana difícil, y los estudiantes deben pasar por muchas etapas de problemas tanto como buzos individuales como en parejas de buzos.
Para tener una noción más clara de este entrenamiento, imagine que está en el fondo de la piscina, con el quipo colocado y con la cara pegada al fondo impaciente por saber qué vendrá. Escucha cómo la persona delante de usted es evaluada por un buzo que le plantea un problema, pero no mira al pasar nadando junto a ellos. Se acurruca y sostiene las correas de su tanque cada vez que algo lo toca.
Luego es su turno y sus correas salen volando, su máscara es arrancada y le quitan el regulador de la boca, y agarra lo que puede durante el violento recorrido. Los buzos que plantean los problemas normalmente lo buscan después de una inhalación, pero a veces sucede durante una exhalación.
La paliza de 10 segundos parece una eternidad. A medida que se recupera, lo primero que piensa es que solo quiere respirar. Debe encontrar su regulador y volver a colocárselo en la boca, verificar que el suministro de aire esté encendido y comprobar si el regulador esta obstruido. Los segundos pasan mientras recupera su regulador y toma esas primeras bocanadas de aire.
Le hace la seña de “OK” a su instructor y se prepara para una inspección con la máscara nuevamente colocada y desempañada, los tanques otra vez puestos con sus correas sin vueltas y las aletas recuperadas junto con otros objetos que el buzo posiblemente le haya quitado. La deducción de puntos es estricta, incluso por algo tan aparentemente inocuo como una correa retorcida.
Las calificaciones se basan en la atención a los detalles. Algunos errores pequeños podrían derivar en una muerte durante el buceo, razón por la cual la prueba es tan particular. Cuántos más detalles pase por alto, más demostrará su falta de autocontrol en una situación adversa.
A medida que se prepara para la evaluación, lleva a cabo sus controles finales y se pone de rodillas para que el buzo de seguridad pueda inspeccionarlo y calificarlo. Se pregunta si aprobó la evaluación o si pasó algo por alto. Al final del día está agotado mental y físicamente, pero la memoria muscular ha comenzado a manifestarse. Para el final de la semana, las pruebas son solo otro proceso del que se recupera y sigue adelante.
¿Por qué debe realizar un entrenamiento de adaptabilidad acuática? Estas situaciones pueden no suceder con frecuencia en el buceo en aguas abiertas, pero si efectivamente ocurren, su memoria muscular se manifestará para ayudarlo a conservar la calma y pensar cómo resolver el problema sin entrar en pánico. Incluso el mejor buzo puede tener un mal día, y tener la posibilidad de confiar en habilidades y situaciones practicadas es la diferencia entre la vida y la muerte.
No digo que hay que comenzar a arrancarles el quipo a los compañeros de buceo —esa no es la intención—. Las situaciones de entrenamiento que he descrito se llevan a cabo en un entorno altamente controlado, y los extensos procedimientos de seguridad y el amable personal contribuyen a la seguridad de todos durante el entrenamiento.
Siempre puede haber incidentes, por lo que debe tener un informe de seguridad anterior al buceo con su compañero, hablar sobre los diferentes escenarios y planificar cómo se desempeñarán para superar la situación.
El buceo es una experiencia increíble y no hay ninguna otra cosa que preferiría hacer. Pero lo desafío a pensar en situaciones posibles y una forma de proceder que evite el pánico y permita bucear de manera segura.
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Vea algo del entrenamiento de la semana en la piscina del NDSTC en este video.
© Alert Diver – Q2 2025