Bahía de Monterrey

Una nutria marina del sur sostiene su comida -un cangrejo Dungeness- mientras nada por el puerto de Moss Landing. ©DOUGLAS CROFT

El Serengueti del mar cumple 30 años.

Dentro de los límites geográficos del Santuario Marino Nacional de la Bahía de Monterrey (MBNMS) se encuentra uno de los entornos marinos costeros ecológicamente más diversos del mundo. Los límites del santuario abarcan casi 6.000 millas cuadradas (15.540 metros cuadrados) y contienen más de 276 millas (444 kilómetros) de costa californiana. 

Un enorme cañón submarino -más profundo que el Gran Cañón y comparable en tamaño y longitud- nace en las aguas profundas mucho más allá de los límites del santuario y llega hasta el centro de la bahía de Monterrey. Cada primavera, el viento que sopla a lo largo de la costa californiana estimula el ascenso del agua fría del cañón de aguas profundas, sacando de la oscuridad agua rica en nutrientes, exponiéndola a la luz del sol y depositándola en el corazón de la bahía. 

Este proceso alimenta una explosión de sustento en la cadena alimentaria, lo que provoca que las especies acudan en manada a la región en una migración temprana y agiten las olas en frenesíes de alimentación en grupo. Serpenteantes aglomeraciones de leones marinos, delfines y ballenas, igualados en el fervor por aves que se sumergen desde las alturas, crean una escena impresionante que vale la pena contemplar. 

Veintiséis especies reconocidas a nivel federal como amenazadas o en peligro residen en el santuario o migran hacia él, atraídas desde lugares lejanos por mucho más que solo el afloramiento de la primavera boreal. En el verano boreal, tortugas laúd en grave peligro llegan después de su travesía de 11.265 kilómetros (7.000 millas) a lo largo de nueve meses desde playas de anidación en Indonesia. Cada tortuga del santuario se alimenta de hasta 50 medusas por día antes de completar su ciclo de alimentación e iniciar la migración a casa de casi un año para anidar. 

Al igual que el Parque Nacional Serengeti (Serengeti National Park) en el norte de Tanzania, que es conocido como el sitio de la migración animal terrestre anual más grande del mundo, no es una sorpresa que el santuario de la bahía de Monterrey se conozca como su contraparte acuática debido a la cantidad y diversidad de animales que se puede ver en la bahía en un día cualquiera. 

El MBNMS, que ahora es un lugar donde la vida marina y los humanos pueden coexistir, nos brinda la oportunidad de contener nuestro instinto natural de dominar y consumir el entorno que nos rodea. Pero en esta área de los Estados Unidos, esa mentalidad no siempre fue el caso. 

La historia de la bahía de Monterrey y sus costas adyacentes es una historia de explotación ambiental humana. La fiebre del oro de 1849 marcó el inicio de una migración masiva de buscadores listos para hacer pedazos las laderas en busca del metal precioso. Muchas de las personas que no tuvieron éxito se dedicaron al comercio de pieles existente, para lo que atrapaban nutrias marinas por sus pieles, mientras otros cazaban elefantes marinos entre las olas por su grasa. Ambas especies casi se extinguieron en el proceso. 

También estaban aquellos que se aventuraron a aguas más profundas en busca de ballenas, cuyo aceite funcionaba como la fuente de energía de la época. Un año después del inicio de la fiebre del oro, la industria ballenera comercial comenzó en Monterrey, con estaciones de caza de ballenas que salpicaron la costa hasta 1921. Los residentes costeros acudían a las playas para observar como los cazadores de ballenas eran arrastrados de acá para allá por la bahía por las criaturas de las profundidades arponeadas mientras intentaban en vano escapar de sus persecutores.

Un buceador se cierne sobre un par de anémonas piscívoras (Urticina piscivora)
Un buceador se cierne sobre un par de anémonas devoradoras de peces (Urticina piscivora) en el Santuario Marino Nacional de la Bahía de Monterrey. ©ANDY SALLMON

La abundancia aparentemente ilimitada de la región costera demostró lo contrario cuando desaparecieron las nutrias, los leones marinos y las ballenas, y la bahía se convirtió en un desierto acuático. Los residentes simplemente pasaron a la siguiente economía marina: la recolección del abalón rojo gigante de California, la especie de abalón más grande del mundo. Un año antes de que cerrara la última estación ballenera, nueve empresas diferentes de abalón operaban a lo largo de la costa del actual santuario, recolectando abalón todo el día y enviándolo a todo el mundo. 

Cuando disminuyó el suministro de abulón, se disparó la industria de la sardina, lo que dio lugar a la famosa Cannery Row de la región y a que Monterey pasara a ser conocida como la capital mundial de la sardina. Pero ese título duró sólo unos años. A finales de la década de 1940, la industria local se hundió al agotarse la abundancia de sardinas. Esto, unido al vertido de petróleo de Santa Bárbara en 1969, ocurrido a unos 402 kilómetros de la costa, hizo que muchos residentes se dieran cuenta del impacto de las distintas industrias en la ecología local.

Cuando los políticos y los ejecutivos de la industria petrolera dirigieron la mirada a la bahía de Monterrey para la exploración y extracción de petróleo, gas y minerales, los esfuerzos de conservación que habían existido solo a nivel popular por décadas comenzaron a crecer exponencialmente. Las comunidades costeras del centro de California se congregaron y, con el liderazgo de héroes de la política local, llevaron el asunto al Congreso después de años de batallas legislativas. Los esfuerzos combinados de todos los involucrados ayudaron a la bahía de Monterrey a obtener la condición de santuario marino nacional en 1992, una designación que ha conservado por 30 años. 

SANTUARIO MARINO NACIONAL DE LA BAHÍA DE MONTEREY DE LA NOAA
El límite del santuario abarca casi 6.000 millas cuadradas (15.540 kilómetros cuadrados), con aproximadamente 8 millones de personas que viven en un radio de 50 millas (80,5 kilómetros) de las 276 millas (444 kilómetros) de costa. DATOS DEL MAPA ©2018 GOOGLE / SANTUARIO MARINO NACIONAL DE LA BAHÍA DE MONTEREY DE LA NOAA

¿Qué es el santuario después de estos 30 años? 

Es una historia de éxito de la conservación. Desde la creación del MBNMS, el ecosistema se ha recuperado y las poblaciones de especies han vuelto de sus niveles históricamente bajos y siguen prosperando gracias a los grandes esfuerzos de protección. Gracias a la preservación del acceso público a playas y aguas costeras, la bahía de Monterrey es un catalizador social donde la gente se reúne, ya sea para ir a la playa a peinar las rocosas pozas de marea, surfear en las legendarias olas de Mavericks o bucear entre frondosos bosques de algas, arrecifes de coral y paredes de cañones incrustadas de colorida vida marina. 

Es un lugar de descubrimientosComo los miles de pulpos de aguas profundas que ponen sus huevos a 3,2 kilómetros bajo la superficie en los oscuros recovecos de la zona del monte submarino Davidson, que pasó a formar parte del santuario en 2008. El MBNMS tiene 463 pecios declarados en sus aguas, como el legendario USS Macon y sus biplanos Sparrowhawk de alas amarillas y azules, a 457 metros de profundidad, y aún quedan más por descubrir.

Es un lugar de economíadonde cada año se generan miles de millones de dólares en ingresos. La bahía de Monterrey, antaño capital californiana de la matanza de ballenas, es ahora la capital del avistamiento, y genera más dinero que la caza. Todavía se pescan abulones y sardinas, y la bahía es uno de los principales mercados mundiales de calamares. El cumplimiento de la normativa garantiza que los recursos de la bahía no vuelvan a sobreexplotarse. 

Es un lugar de cienciaEl santuario de mamíferos marinos de Monterey es un laboratorio vivo de investigación para mejorar nuestro conocimiento de los océanos y ayudarnos a tomar decisiones de gestión con conocimiento de causa. Once años después del brote de 1987 de intoxicación amnésica por marisco en seres humanos en Canadá, el Centro de Mamíferos Marinos de Monterrey descubrió la toxina del ácido domoico en los leones marinos del santuario, que consumen el mismo pescado que capturan las personas en la bahía. Crearon una cadena de notificación para que los funcionarios de salud pública ayudaran a cartografiar los brotes de toxina y a cerrar los lugares de captura. Cuando se detectan animales con la toxina, la pesca en las zonas afectadas puede regularse intensificando las pruebas y adoptando medidas preventivas. 

Las ballenas jorobadas se alimentan de anchoas en la Bahía de Monterrey
Las ballenas jorobadas se alimentan de anchoas en la Bahía de Monterrey mientras las gaviotas se abalanzan desde arriba. ©DOUGLAS CROFT

Es un lugar de creciente preocupación. El santuario marino no abarca ningún terreno seco, y el límite costero no se extiende más tierra adentro que la línea de pleamar media. El litoral del santuario es extenso y abarca densas zonas urbanas y cuatro grandes puertos marítimos frecuentados por buques internacionales. Aproximadamente 8 millones de personas viven en un radio de 80,5 kilómetros (50 millas) de la costa del santuario, y miles de millas cuadradas de cuencas costeras adyacentes al santuario vierten residuos directamente a los humedales y aguas marinas del santuario. 

Las concentraciones de plástico en el agua varían en densidad en todos los niveles de la columna de agua, desde la superficie hasta los 1.000 metros. Un estudio de 2022 de la Universidad de Stanford sugiere que las ballenas azules y jorobadas del santuario de Monterey pueden ingerir 10 millones de trozos de microplásticos -hasta 95 libras (43 kilogramos)- al día. Los datos son tan recientes que los investigadores aún no están seguros de los efectos futuros sobre las ballenas y las personas, pero las ramificaciones del plástico en el océano han sido históricamente menos que ideales para los animales marinos.

El MBNMS es mucho más que solo un baluarte ambiental. Constituye un modelo de éxito para los santuarios para los Estados Unidos e inspira esfuerzos de conservación marina en todo el mundo. Treinta años como un santuario marino nacional es una victoria, pero es solo el comienzo cuando se compara con casi dos siglos de impacto humano negativo sobre las aguas que están dentro de sus límites. Algunas personas creen que el santuario hoy se encuentra en su estado más vulnerable, no solo a partir de los efectos estudiados de la humanidad sobre el entorno, sino también por el falso sentido de protección a perpetuidad sin ninguna necesidad de nuevas medidas. 

Se requiere un esfuerzo humano duradero para retener el significado que el nombre santuario pretende expresar. Siempre hay amenazas al santuario en el horizonte en forma de cambio climático, desarrollo costero, polución y necesidades energéticas. El MBNMS requiere un financiamiento y un respaldo continuos para poder continuar preservando y protegiendo los recursos naturales y culturales y las características del océano y las zonas estuarinas dentro de sus límites. 


Explore más

Si desea apoyar los esfuerzos para conservar el Santuario Marino Nacional de la Bahía de Monterey, visite montereybayfoundation.org

Vea más de la bahía de Monterrey en estas cámaras web en vivo.

https://elephantseal.org/live-view/

© Alert Diver - Q1 2023

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