Dispositivos de disuasión de tiburones

Los trajes hechos de cota de malla de acero inoxidable actúan como una fuerte capa protectora entre el buzo y los tiburones. © Stephen Frink

Muchos buzos buscan tener interacciones con tiburones, pero otros procuran activamente evitarlos. Siempre que haya tiburones en el agua, las personas buscarán maneras de reducir la letalidad de una mordedura de tiburón o disminuir los encuentros por completo. 

El desarrollo de dispositivos de disuasión de tiburones a lo largo de los años ha variado entre los que resultan desconcertantes y los que son dementes: jaulas de buceo móviles autopropulsadas, pistolas de succión invertida que emplean cebo como una contramedida de restos de carnada, picanas eléctricas para tiburones conectadas a mochilas con baterías e incluso granadas antitiburones (patente US4155186A). Comprender la historia de los dispositivos de disuasión de tiburones es importante para apreciar las innovaciones modernas.

Bangsticks

Los bangsticks han existido desde la década de 1950 y algunos de los fabricantes de equipos de buceo originales los vendían directamente bajo sus marcas comerciales. Si bien los dispositivos de disuasión letales han perdido popularidad, los bangsticks para buzos aún existen y son producidos por diferentes fabricantes —aunque en la actualidad es raro ver a un buzo con uno—. 

Tienen un diseño simple, que consta de un palo con una cámara en la punta que contiene una ronda de munición real sobre un percutor fijo. Al lanzar el bangstick hacia el objetivo la ronda regresa al percutor y dispara el proyectil. Tanto el proyectil como el gas en expansión provocan un traumatismo masivo y un daño grave en los tejidos. 

Si bien los bangsticks vienen en diversos largos y prácticamente cualquier calibre, los cartuchos deben ser impermeabilizados, ya que no están diseñados para ser sumergidos o sometidos a los efectos de la presión a profundidad. Los bangsticks tienen un impacto debilitante en los tiburones, pero el usuario no sale ileso. El uso de un bangstick a profundidad puede dañar los tímpanos y la onda de presión puede ser incómoda, en especial con la munición de gran calibre. El ruido y el derrame de sangre posteriores también pueden atraer a más tiburones y crear un problema mayor que el original.

Bang sticks
Los bangsticks y las armas de gas comprimido comparten las mismas deficiencias: dependencia de la visibilidad y necesidad de reflejos casi sobrehumanos para usarlos con eficacia bajo el agua. © Kyle Habecker
Ambos dispositivos fallan con un golpe de refilón, y la mayoría de los buzos no ve venir el ataque de un tiburón. © Kyle Habecker

Sistemas de gas comprimido

El Shark Dart fue diseñado en 1971 como una alternativa silenciosa a los bangsticks y comercializado como una herramienta de defensa para que los buzos lo usaran solo cuando estuvieran en peligro inminente de un ataque. Fue promocionado como “el arma antitiburones más letal del mundo” y, fiel a la descripción, esta arma de inyección de gas comprimido tenía resultados terroríficos cuando golpeaba a un tiburón en el área objetivo correcta. 

La lanza con punta de aguja penetraba la piel del tiburón y activaba el mecanismo de liberación del cartucho, lo que hacía que el gas de dióxido de carbono irrumpiera en el cuerpo del tiburón, reventara y desplazara los órganos internos y obligara al tiburón a expulsar sus entrañas por la boca. El tiburón luego masticaba sus propias vísceras a la vez que simultáneamente sufría rápidas convulsiones y un ascenso positivo descontrolado. El Shark Dart venía en diferentes modelos, pero desapareció del mercado después de unos pocos años. 

El concepto fue retomado brevemente en 2008 con el WASP Injection Knife. Diseñado para “reducir los niveles de estrés de los buzos”, el objetivo del WASP era combinar la precisión de un cuchillo con la potencia de frenado del gas comprimido. Funcionaba de manera similar al Shark Dart, pero con un botón cerca del protector de hoja que podía ser presionado manualmente para liberar el gas.

Result of shark dart used on a shark
Con la penetración, la lanza con punta de aguja del Shark Dart inyecta gas de dióxido de carbono en el cuerpo del tiburón, lo que revienta y desplaza los órganos internos. Cortesía Bob Hollis.

Dispositivos de disuasión no letales

Las armas de gas comprimido y los bangsticks comparten las mismas deficiencias: dependencia de la visibilidad y necesidad de reflejos casi sobrehumanos para usarlos con eficacia bajo el agua. Ambos dispositivos fallan con un golpe de refilón, y la mayoría de los buzos no ve venir el ataque del tiburón. 

En la actualidad, matar tiburones es sumamente controvertido. La percepción pública hacia los tiburones ha cambiado de tenerles miedo como monstruos marítimos devoradores de hombres a darse cuenta de su valor intrínseco y su papel fundamental en los ecosistemas marinos. La mayoría de las personas ahora creen que los incidentes de mordeduras de tiburón son accidentales en lugar de intencionales, pero las muertes por mordeduras de tiburón continúan ocurriendo en todo el mundo. 

Los efectos de eliminar a los tiburones de nuestros océanos pueden ser perjudiciales a nivel tanto económico como ecológico, y este entendimiento ha dado lugar al desarrollo de dispositivos de disuasión de tiburones no letales como soluciones alternativas. Existen varios conceptos detrás de los dispositivos de disuasión de tiburones de protección personal disponibles actualmente que los buzos pueden usar o lanzar. 

Repelentes químicos

Los tiburones tienen un sistema olfativo impresionante y son muy sensibles a los olores. La manipulación de este sistema sensorial es una antigua área de desarrollo de dispositivos de disuasión de tiburones. La historia de que los tiburones evitan las áreas donde pueden encontrar a sus camaradas en descomposición ha sido propagada por pescadores por cientos de años. 

La Marina de los Estados Unidos desarrolló el primer repelente de tiburones químico, conocido como Shark Chaser, durante la Segunda Guerra Mundial. Estaba hecho de una mezcla de acetato de cobre y colorante de nigrosina y diseñado para oler a cadáver de tiburón en descomposición. El repelente fue entregado a personal militar de Estados Unidos desde 1945 hasta principios de la década de 1970 hasta que informes sobre su eficacia condujeron a su eventual retirada de la distribución general. 

chemical repellant
La Marina de los Estados Unidos desarrolló el primer repelente de tiburones químico, conocido como Shark Chaser, durante la Segunda Guerra Mundial

Empresas independientes han seguido desarrollando dispositivos de disuasión químicos mediante el uso de una infinidad de mezclas, lo que incluye irritantes, vinagre, sulfuro, pimientas, aceite de pino, nicotina y compuestos altamente tóxicos. Los métodos de dispersión incluyen bloques de carnada, latas de aerosol subacuáticas, botellas rociadoras, paquetes solubles, geles, pastas y cuentas. Algunos productos contenían partículas de escamas de aluminio filosas diseñadas para quedar suspendidas en el agua e ingresar en los ojos, la boca y las agallas del tiburón. Los conceptos de coser bolsitas con productos químicos liberados con una mordida en los trajes de baño o mezclarlos con lociones bronceadoras también fueron aplicados. 

Se ha intentado recoger mecanismos de defensa químicos de diversos animales marinos, pero obtener cantidades suficientes, recrear sintéticamente las secreciones y extender su vida útil deficiente han sido obstáculos logísticos constantes. 

El trabajo ha continuado sobre la base de la teoría de que los tiburones muertos pueden repeler a los vivos mediante el uso de necromonas extraídas del tejido de tiburón putrefacto licuado. Si bien las pruebas experimentales han dispersado temporalmente a algunas especies de tiburones, las críticas a este tipo de dispositivo de disuasión son que algunos tiburones exhiben un comportamiento caníbal y que buscar tiburones muertos no es comercialmente viable y es contrario a los esfuerzos de conservación. 

Métodos visuales

Las especies de tiburones tienen diferentes grados de agudeza visual para detectar movimiento y colores contrastantes. Los trajes de neopreno azules y con estampado camuflado pretenden lograr que el buzo se mimetice con el agua circundante mediante la descomposición de su silueta. La ropa de buceo con rayas blancas y negras diseñada para emular los patrones naturales de los peces piloto y las serpientes marinas venenosas ha existido desde la década de 1970, y los trajes completos, las camisetas protectoras y las mangas de protección varían en popularidad y disponibilidad constantemente. Los efectos de advertencia de estos patrones pueden funcionar con algunas especies, pero pueden ser limitantes para otras. El tiburón tigre, por ejemplo, es un gran depredador de serpientes marinas.  

Dispositivos de disuasión acústicos

Los tiburones tienen un agudo sentido del oído y pueden rastrear sonidos con una precisión considerable. Los métodos acústicos para modificar el comportamiento de animales marinos son atractivos porque los estímulos sonoros pueden propagarse mucho más lejos bajo el agua que cualquier método químico, eléctrico o visual. 

Los dispositivos de disuasión acústicos para buzos incluyen bocinas portátiles a batería que emiten señales sonoras adecuadas, lo que incluye sonidos de orcas grabados. Algunos sonidos bajo el agua pueden alterar el comportamiento de un tiburón y posiblemente disuadirlo de ingresar a un área. Sin embargo, los sonidos artificiales fuera del paisaje sonoro normal de un tiburón pueden desencadenar un comportamiento de investigación en algunas especies. Es necesario examinar y estudiar más para comprender el impacto de los dispositivos de disuasión acústicos en otras criaturas marinas. 

Ropa protectora

El concepto de ropa protectora para mordeduras de tiburón ha existido desde los primeros días del buceo deportivo. Algunos diseños de trajes de buceo ofrecían trajes blindados con púas como las de los peces globo como un potencial método para evitar mordeduras. Estos trajes tenían tantas posibilidades de dañar al usuario como de protegerlo y rápidamente se volvieron obsoletos. 

El enfoque se trasladó a los materiales textiles que podían minimizar las lesiones al usuario de manera más eficaz. El neopreno con Kevlar reduce idealmente el tamaño y la cantidad de perforaciones de una mordedura de tiburón y los trajes de neopreno que utilizan una tecnología de fibra de polímero exclusiva combinan protección y flexibilidad. Los trajes hechos de cota de malla de acero inoxidable actúan como una fuerte capa protectora entre el buzo y el tiburón, pero no pueden garantizar plenamente la seguridad del buzo. 

protective wear against sharks
Se cree que la mayoría de los ataques de mordedura de tiburón son casos de identidad equivocada y se producen en las extremidades de la víctima. Algunos dispositivos de disuasión visuales están diseñados con esta área objetivo frecuente específicamente en mente. © Kyle Habecker

Dispositivos de disuasión electrosensoriales y magnéticos

Los tiburones tienen un complejo sistema electrosensorial de receptores especializados llamados ampollas de Lorenzini. Estos pequeños sacos llenos de gel en la cabeza y la nariz de un tiburón le permiten detectar pasivamente estímulos bioeléctricos producidos por posibles presas, depredadores y otros tiburones de la misma especie. Los tiburones usan este sistema sensorial para atraer y evitar a otras criaturas. Las especies que dependen en gran medida de este sentido tienen muchos electrorreceptores, mientras que los que no por lo general tienen menos. 

Los siguientes dispositivos de disuasión intentan saturar ese sistema sensorial con un estímulo corto pero intenso, con un efecto mínimo o nulo en las especies no objetivo que no tienen estos receptores. Las ampollas de Lorenzini solo pueden detectar campos eléctricos y magnéticos pequeños a distancias muy cortas. Estos campos se disipan rápidamente en el agua, por lo que para ser eficaces estos tipos de dispositivos de disuasión requieren que el tiburón esté en una proximidad muy cercana para tener un efecto. 

Eléctricos: los dispositivos de disuasión de tiburones eléctricos funcionan mediante la creación de un campo eléctrico que rodea al usuario. Una vez que el tiburón detecta el campo a través de sus receptores sensoriales, se cree que causa una leve molestia y espasmos musculares en las ampollas de Lorenzini, lo que se traduce en un comportamiento evasivo. 

Para que un dispositivo de disuasión eléctrico funcione, el buzo debe posicionarlo de acuerdo con las especificaciones de colocación del fabricante, encenderlo y tener una batería suficientemente cargada. Las características específicas del campo eléctrico, como gradiente y frecuencia de voltaje, son factores clave que afectan cómo un dispositivo de disuasión eléctrico afecta el comportamiento de un tiburón. 

Hay varios dispositivos de disuasión eléctricos disponibles para el público, todos exitosos según los fabricantes, pero las pruebas independientes han demostrado que no todos tienen el mismo nivel de eficacia. Mientras algunos de estos dispositivos tienen electrodos constantemente emitiendo que crean un campo eléctrico tridimensional alrededor del usuario, otros son dispositivos de pulso que tienen un retardo de tiempo considerable entre los pulsos de voltaje. 

Magnéticos: varias especies de tiburones han demostrado la capacidad de percibir campos magnéticos. Se cree que el campo geomagnético de la Tierra ayuda a los tiburones a orientarse y desplazarse por los océanos del mundo. Algunos dispositivos de disuasión utilizan una potente tecnología magnética para crear un campo electromagnético alrededor del usuario. 

Se presume que las ondas magnéticas provenientes del campo del dispositivo de disuasión afectan los electrorreceptores del tiburón y tienen un efecto repelente. Estos dispositivos no requieren baterías ni carga y el campo generado por el imán siempre está activo. 

Debido a la fuerza del imán, pueden potencialmente afectar equipos sensibles como tarjetas de memoria, discos duros, brújulas y computadoras de buceo si se colocan a poca distancia. Los buzos con dispositivos médicos que pueden verse magnéticamente afectados deben consultar a su médico y el fabricante del dispositivo antes de usar este tipo de dispositivo de disuasión. 

Electroquímico: los metales electropositivos sufren hidrólisis y producen un voltaje medible al ser sumergidos en agua de mar. Se cree que la distribución de carga aprovecha la sensibilidad de un tiburón a los gradientes de voltaje al saturar su sistema electrosensorial, y el cambio localizado en el equilibrio del pH del agua puede actuar como un irritante. 

Estos dispositivos no necesitan potencia externa y el efecto repelente puede durar hasta 48 horas dependiendo del tipo y el grosor de la aleación o el metal que se utilice. El metal se pierde por la corrosión durante la reacción química, por lo que los buzos deben reemplazar el dispositivo después de utilizarlo. 

Conclusión

Ha habido informes de ataques y muertes de víctimas que utilizaron diferentes tipos de dispositivos de disuasión. El uso de uno de estos dispositivos puede darle tranquilidad durante un buceo, pero ninguno de ellos tiene 100 % de eficacia. 

El comportamiento de los tiburones puede generalizarse, pero la motivación individual —ya sea hambre genuina o simple curiosidad— es un factor importante en la determinación de un tiburón de superar victoriosamente a los dispositivos de disuasión. No permita que un aumento de la percepción de la seguridad personal por el uso de un dispositivo de disuasión lo lleve a tomar riesgos que normalmente no tomaría.


Explore más

Si bien este artículo trata sobre dispositivos de disuasión de tiburones, algunos buzos prefieren acercarse a los tiburones. Stephen Frink presenta una galería de fotos complementaria de algunas de sus imágenes de tiburones favoritas. También puede obtener información sobre investigaciones recientes de dispositivos de disuasión de tiburones en estos videos.

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© Alert Diver – Q3 2024

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