Ciudad natal: Oakland, California
Edad: 63
Cantidad de años de buceo: 50
Por qué soy miembro de DAN: tengo una infinita gratitud por los esfuerzos de investigación, información y educación permanentes de DAN, junto con la extraordinaria red de servicios para buzos a donde quiera que vayan. La membresía de DAN proporciona un importante respaldo para buzos de todos los niveles de habilidades y todas las disciplinas.
Una conversación con Liz Taylor es un placentero debate centrado en el sinfín de pasiones que son importantes para ella, desde sus cuatro perros hasta DOER Marine, la empresa de beneficios que ha dirigido con su esposo, Ian Griffith, en Alameda, California, desde 1994. La madre de Taylor, la famosa oceanógrafa Sylvia Earle, inició DOER (Deep Ocean Exploration and Research) Marine en 1992 para ampliar los conocimientos sobre el océano y los desafíos que enfrenta.
Una infancia única
Taylor, que nació en Dunedin, Florida, en 1960, creció en una granja en la costa del golfo del estado. Earle tenía 20 años cuando se casó con el padre de Taylor, Jack, un biólogo de invertebrados. “Obviamente, el hecho de que mis padres fueran científicos marinos me ayudó mucho [al aprender a bucear]”, comentó.
“Íbamos a la playa, subíamos al barco e interactuábamos en el agua”, continuó. “Disfrutaba cada oportunidad de ponerme una máscara y un snorkel. Cuando era muy joven y pasábamos mucho tiempo en Florida, era increíble flotar por los lechos de pastos marinos. ¿Cómo podía alejarme de esas grandes praderas? Había tanta diversidad en la intersección de los manglares y los pastos marinos. Mi papá siempre mencionaba los gusanos, las almejas y las ostras. Empecé a preguntarme por cosas como qué le sucede a una pequeña tortuga que es tan pequeña ahora, pero que sé crecerá mucho más. Ser curiosa era algo natural para mí”.
Su educación sobre el océano era absorbente, sin embargo, su educación formal era inconexa. “Teníamos un triángulo de hogares —Florida, Boston y California— y debido a las expediciones y otras cosas que estaban sucediendo, a menudo había inconsistencias en mis estudios”, compartió Taylor. Cuando tenía 13 años, recibió capacitación de buceo formal en UNEXSO en las Bahamas. “Sentí como que estaba recibiendo capacitación para convertirme en miembro del grupo SEAL de la Marina. Era muy riguroso —dos semanas, ocho horas por día—”.
Cuando era adolescente, se ofreció como voluntaria en el acuario Steinhart Aquarium en San Francisco e inició un club de buceo en la escuela secundaria para crear conciencia sobre el océano. Después de su graduación, tomó algunos cursos en un centro de estudios superiores. “Hice algunos cursos fundamentales para quitármelos de encima, pero también podía decir: “ah, por ciento, haré una expedición de siete semanas para contar ballenas”.
En 1981 inició las clases en la Universidad de California en Davis (University of California, Davis) donde estudió ornitología marina. Después de una llamada para regresar a casa para ayudar con algunas cuestiones familiares, se cambió a la Universidad de California en Berkeley (University of California, Berkeley), donde se le permitió crear una especialidad independiente que incorporaba cursos en inglés, comunicaciones, ciencias naturales e historia natural. Después de graduarse en 1985, trabajó en proyectos que le permitieron reunir todas sus pasiones —buceo, historia natural y ciencias naturales—.
La misión de DOER Marine
Taylor y Griffith han desarrollado DOER Marine a partir de una firma de servicios de consultoría y de campo y la convirtieron en una empresa de soluciones de ingeniería de servicio completo, y ocuparon el histórico hangar 41 en la antigua Estación Aérea Naval de Alameda (Alameda Naval Air Station), que hoy se conoce como Alameda Point. Taylor y el equipo de DOER han trabajado en varios proyectos cruciales, como respaldar la producción de la BBC Planeta Azul II, (Planeta azul II), ayudar en la expedición del Deepsea Challenger de James Cameron a la Fosa de las Marianas y realizar inspecciones de infraestructuras fundamentales de represas y puentes.
“Soy una oyente activa y puedo satisfacer las necesidades de las personas al ser una persona resolutiva. Somos hacedores”, afirmó Taylor con una sonrisa. “El objetivo de la empresa realmente es solucionar los problemas de las personas”.
La empresa también está trabajando para mejorar el intercambio de datos marinos clave. “Por muchos años hemos visto datos acumularse”, comentó Taylor. “Si está considerando un cambio con el tiempo, gran parte de los datos están guardados bajo llave o deteriorándose, y esos datos se perderán. Es exasperante y triste. Hay lugares, en especial grandes instituciones de investigación, que están haciendo un gran trabajo, pero embargan los datos por años. No tenemos tiempo. Debemos encontrar maneras de fomentar estos datos”.
Está justificadamente orgullosa de un proyecto con Google y la Marina de los Estados Unidos para incorporar el océano en Google Earth. “En Google dijeron que no debería ser tan difícil, pero no habían diseñado el software para sumergirse bajo el nivel del mar”, explicó Taylor. “En Google tuvieron que volver a elaborar todo el programa. Acudimos a la Marina para obtener los datos batimétricos que necesitábamos para cartografiar el fondo en 3D, pero teníamos tantos tipos de datos distintos —cartas en papel, microfichas, DVD, CD y cintas— que contratamos a varios especialistas navales en batimetría que podían encontrarle sentido a todo y convertir la información a un formato que la plataforma de Google Earth pudiera comprender. Finalizar el proyecto tomó tres años y fue lanzado en 2009.
Taylor evalúa posibles proyectos de DOER para asegurarse de que cada iniciativa aumente la conciencia sobre el océano a nivel mundial. “Necesitamos un océano saludable si queremos estar saludables”, afirmó. “La verdadera misión es marcar la diferencia. Puede ser ayudar a una ciudad con un problema con un acueducto espantoso que requiera que ingresemos para ver qué está sucediendo, o podría ser ayudar a científicos a acceder a entornos particularmente complejos, como aguas realmente profundas. Tomamos la idea que está en su cabeza y producimos algo útil para que ellos lo lleven a la práctica”.
Taylor, que fue incorporada al Salón de la Fama de Buceadoras (Women Divers Hall of Fame) en 2023, espera lograr que las personas piensen en cosas pequeñas que pueden hacer cada día que colectivamente pueden hacer una gran diferencia. “Los buzos son importantes porque son testigos”, expresó. “Ven la basura y los desechos marinos, el viejo equipo de pesca y todas estas cosas. Pueden traerlo de vuelta y decir: “miren, ¿qué estamos haciendo?”.
“El tiempo es corto. Las personas pueden tener impacto; digan lo que piensan. Preocúpense por los sistemas naturales de la Tierra. Ese es el poder que todos tenemos”.
Explore más
Vea por qué el océano es importante en este video con Liz Taylor y su madre, Sylvia Earle.
© Alert Diver - Q1 2023