Siempre obtengo una cobertura de viaje de DAN para viajes al extranjero, lo que me brinda tranquilidad en caso de que se presente algún imprevisto. Se debe realizar un pequeño pago inicial sobre la base de los costos totales del viaje y la edad del pasajero, por lo que consideré omitirlo para un viaje a Raja Ampat, ya que había hecho muchos viajes sin tener la necesidad de presentar un reclamo. Estoy feliz de que elegí lo contrario.
Me inscribí para este viaje de mi lista de deseos a finales de 2019, con una partida programada para 2022. El viaje se retrasó dos veces debido a las restricciones del COVID-19 en Indonesia. El operador de la embarcación de vida a bordo finalmente lo confirmó para febrero de 2024, así que finalicé todos los preparativos necesarios. Aboné mis boletos de avión, hoteles, la embarcación y, sí, la cobertura de viaje. Estaba todo listo para un viaje inolvidable, entonces ¿qué podía salir mal?
En junio de 2023 realicé un viaje ida y vuelta en una embarcación de vida a bordo a Palaos que incluía 17 días de buceo. Hice 63 buceos sin ningún problema. Después del viaje me sentí inusualmente cansado, pero creí que se debía a la gran cantidad de buceos.
Mi examen anual de aptitud física para el buceo con mi médico de cabecera estaba programado para el mes siguiente. Había pasado todos mis chequeos médicos anuales anteriores sin ningún problema, pero ese año fue diferente. Mi médico detectó un soplo cardíaco y me envió a un cardiólogo para una evaluación más detallada. El cardiólogo realizó un electrocardiograma, un ecocardiograma y una prueba de esfuerzo, los cuales superé con facilidad, pero también solicitó una tomografía computada para confirmar que todo estuviera bien. Yo tenía muchos motivos para creer que no habría ningún otro problema.
La tomografía detectó una masa en mi abdomen. Fue una absoluta sorpresa, ya que no tenía síntomas aparte de sentirme un poco más cansado de lo habitual desde mi viaje a Palaos. No tenía idea de qué esperar, pero sabía que debía concentrarme en mi salud. Toda la planificación, la espera y la ansiedad por viajar a Raja Ampat no me permitían pensar en cancelar. Aún estaba emocionado por el viaje, así que esperaba que la masa resultara ser benigna.
Me realizaron dos biopsias en noviembre y diciembre de 2023, lo que confirmó la presencia de un linfoma de células B de alto grado (no Hodgkin). Alrededor del momento de mis biopsias empecé a experimentar un dolor intenso en la zona lumbar, que es coherente con este tipo de cáncer. Tuve que cancelar mi viaje.
No fue fácil renunciar a algo que había estado esperando tanto, pero era lo correcto. No solo mis síntomas habrían empeorado, sino que podría haber sido una carga para los participantes del viaje y la tripulación de la embarcación, y tal vez podría haber necesitado una evacuación médica.
Presenté los papeles de la cobertura necesarios para mi reclamo de reembolso con documentación de mi diagnóstico. No hubo ningún problema y rápidamente recibí un reembolso de todo el dinero que había invertido en el viaje.
La buena noticia es que finalicé todos mis tratamientos de quimioterapia en junio de 2024 y el cáncer ha desaparecido. Estoy en vías de recuperación e intentando recuperar toda mi fuerza, lo que puede llevar un tiempo. En retrospectiva, el examen de aptitud física para el buceo probablemente me salvó la vida, ya que condujo al descubrimiento del cáncer de forma temprana cuando respondía mejor al tratamiento.
Estoy ansioso por disfrutar de más días de buceo —y, con suerte, ese viaje a Raja Ampat—. Esta dura experiencia me enseñó que, si algo puede salir mal, es probable que salga mal —incluso si es el problema más inesperado—. Seguiré obteniendo una cobertura para todos mis viajes de altos costos, algo que creo todo buzo debe hacer. Nunca se sabe cuándo se necesitará esa cobertura antes o durante un viaje de buceo.
© Alert Diver – Q1 2025