EDC en Cozumel

Miembros del personal monitorean y se comunican con pacientes en la cámara de Costamed.

Empecé a bucear en 2013 con 44 años. El buceo siempre me había intrigado y, una vez que comencé, quedé fascinado. No hay nada que se le parezca. Desde ese momento, el buceo ha inspirado mis viajes y me ha llevado a Palau, Tailandia, Socorro, Bonaire y muchos más lugares.

No obstante, para un nativo del medio oeste como yo, Cozumel se encuentra entre los mejores destinos de buceo. Está cerca, es accesible y el buceo es espectacular.

Esta última Navidad visité Cozumel para disfrutar de una semana de buceo a la deriva. He ido a la isla varias veces y siempre me voy con una renovada sensación de aprecio por su belleza y fascinación por las rayas águila, las tortugas marinas y otras criaturas marinas que llaman a estas aguas su hogar.

Nuestro primer buceo matutino fue un buceo de verificación para determinar el nivel de habilidades de todos antes de la semana de buceo. Fue sencillo, con una profundidad máxima de 23 metros (75 pies) durante 50 minutos. La corriente era leve y la visibilidad era espectacular —un primer buceo ideal. Terminó con un ascenso lento y agradable y una parada de seguridad de tres minutos.

un buceador nada sobre un arrecife de coral
Un buzo nada sobre un arrecife de coral que brilla con los colores del arcoíris de abundantes esponjas en Cozumel, México.

Cuando regresamos a la embarcación, me quité el traje de neopreno y guardé mi equipo. Sentí un cosquilleo repentino en el pie derecho seguido de un dolor sordo en la rodilla, como si acabara de terminar una larga carrera. Supuse lo peor y pensé que tenía una enfermedad por descompresión (EDC). Sin embargo, cuando repasé el buceo en mi mente, eso parecía imposible. Había tenido perfiles de buceo similares o más difíciles cientos de veces. Además, estaba buceando con Aire Enriquecido Nitrox al 32 por ciento. Como la mayoría de los buzos de nuestro grupo estaba utilizando aire, todos buceábamos con un perfil de aire y yo usaba una computadora de buceo conservadora.

Debido a todos estos factores, descarté mi preocupación inicial; después de un intervalo de superficie de una hora, hice el segundo buceo sin mayor reflexión. Al día siguiente, hice dos buceos matutinos con perfiles de profundidad similares. El cosquilleo en mi pie había desaparecido, pero la rodilla seguía molestándome. Simplemente se sentía “raro”, pero no con el típico dolor muscular o articular. En ese momento comencé a entender el viejo dicho que afirma que el primer síntoma de la EDC es la negación.

Cuando regresé a mi hotel, me comuniqué con DAN® con lo que supuse era un exceso de cautela. Hablé con un miembro del personal médico que pacientemente tomó nota de mis perfiles de buceo y mis síntomas y luego me dijo con calma pero con firmeza: “debe ir a un hospital”.

Esas no son palabras que alguien quiera escuchar, especialmente cuando está de vacaciones.

Para cuando llegué a Costamed, el proveedor de servicios de salud de Cozumel que me recomendaron, en DAN ya se habían comunicado con ellos, y el Dr. Jorge Darío Gómez Castillo me estaba esperando. Mi primera pregunta fue: “¿es usted buzo?”. Él sonrió, asintió con la cabeza y me hizo unos exámenes de equilibrio y reflejos. Me dijo que cerrara los ojos y que mantuviera las manos frente a mí con las palmas hacia arriba. Estaba seguro de que podía hacer eso, pero casi me caí y él tuvo que sostenerme. Finalmente me di cuenta de la gravedad de mi condición.

En efecto, tenía un caso leve de EDC. Me administraron líquidos por vía intravenosa y oxígeno al 100 por ciento de inmediato y me recomendaron una terapia de recompresión con una tabla 6 de la Marina de los Estados Unidos en la cámara hiperbárica. No sentí dolor en ningún momento, sólo fue un poco aburrido e incómodo. Pasé el tiempo mirando las películas de John Wick con el asistente de cámara, aunque mi vista de la pantalla era sólo a través de la mirilla de la cámara. El dolor en mi rodilla disminuyó durante el tratamiento.

Matthew Brett se prepara para su tratamiento de cámara
Matthew Brett se prepara para su tratamiento de cámara

Pasé la noche en Costamed y me realizaron un examen posterior al tratamiento a la mañana siguiente. El dolor en la rodilla había desaparecido por completo. Me dieron el alta con una recomendación de no bucear hasta que me sometiera a un control de seguimiento con un médico y recibiera la autorización para regresar a la práctica de buceo. Pasé el resto de la semana en la superficie, desilusionado por no poder bucear, pero agradecido de estar bien.

Mi caso de EDC fue leve, pero perfectamente podría haber sido mucho peor. Cuando recuerdo mi buceo y mis acciones previas, me quedo en blanco respecto a qué pudo haber desencadenado el incidente. No hubo ninguna violación en mi perfil de buceo ni ninguna circunstancia agravante en relación con las condiciones de buceo. El único factor contribuyente posible que se me ocurrió fue estar potencialmente deshidratado. Viajé de Chicago a Cozumel el día antes de bucear y probablemente no tomé suficiente agua como lo hubiera hecho normalmente.

La realidad es que no identificar una causa no debería cambiar su respuesta al experimentar síntomas. Hay una tendencia a no hablar sobre el hecho de tener una EDC —la idea predominante es que seguramente el buzo tuvo la culpa y cometió un error. No siempre sucede que el buzo comete un error, y avergonzar a los buzos que solicitan un tratamiento cuando creen que pueden tener una EDC es contraproducente. El Dr. Castillo afirmó que el 80 por ciento de los pacientes a los que trata por una EDC bucea con perfiles seguros.

No debí haber esperado hasta el segundo día para recibir tratamiento simplemente porque creí que era imposible que tuviera una EDC.

A mis colegas buzos quiero darles dos consejos. Primero, si creen que tienen una EDC, es muy probable que estén en lo cierto. El simple hecho de que hayan cumplido cada regla y buceado de manera conservadora, no quiere decir que no puede sucederles. Sigan su instinto y comuníquense con DAN. No intenten racionalizar y evitar tomar una decisión inteligente para su salud. Un caso leve de EDC que no se trata puede convertirse en un gran problema.

Segundo, asegúrense de tener actualizados su seguro contra accidentes de buceo y su membresía de DAN. No tengo palabras suficientes para expresar la rapidez y la minuciosidad con la que en DAN gestionaron mi caso, y me ayudaron a manejarme con el sistema de salud en un país donde la logística habría sido abrumadora. Al no tener que preocuparme por pagar por la atención médica de mi propio bolsillo me quitaron un enorme peso de encima. Ya tenía que lidiar con suficientes cosas sin agregar eso a la situación.

Mi objetivo para el año 2021 es obtener mi certificación de divemaster y, cuando lo haga, será en Cozumel. No hay ninguna duda de que mi cobertura de seguro contra accidentes de buceo y mi membresía de DAN estarán actualizadas.

Muchas gracias a DAN, el Dr. Castillo y Costamed de Cozumel. Les deseo a todos un buceo seguro.

© Alert Diver - Q2 2021

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