Una conexión con el mar
Una fascinante variedad de enormes estatuas de bronce inspiradas en el mar me empequeñecía a medida que caminaba por el área frente al mar conocida como el Malecón. Había voluptuosas sirenas, delfines saltando, una concha de caracol del tamaño de un automóvil, una ballena jorobada, tiburones martillo, pescadores en acción, un tiburón ballena y un espigado Jacques Cousteau.
La Paz, en la península de Baja California, siempre ha tenido una conexión con el mar, desde sus habitantes indígenas precolombinos y un historial de exploradores del mar, buzos buscadores de perlas y pescadores hasta un destino moderno que atrae a turistas inspirados por el océano para interactuar con los abundantes tesoros marinos de esta región. Las maravillosas vistas del océano, el canto de las aves marinas y los cuantiosos mástiles y aparejos de barcos de vela del puerto corean el mismo mensaje: si busca aventuras tanto sobre como dentro del agua, este es el lugar indicado.
La apertura de México a los turistas ha ayudado a muchos negocios orientados a los viajes durante la pandemia de COVID-19, pero el gobierno ha implementado muchos requisitos: los visitantes pueden estar sujetos a controles de salud, incluso un control de la temperatura, el uso de mascarillas (cubrebocas) es obligatorio en todas partes y deben tomarse la temperatura y desinfectarse las manos y los pies antes de ingresar a cualquier edificación. El penetrante aire salado y los aromas de la comida de los vendedores callejeros, las algas marinas y el almizcle terroso de los leones marinos penetraban la tela de mi mascarilla y me hacían sentir viva y encantada de poder viajar nuevamente.
En el agua
Para mi primera salida matutina, el capitán de nuestra panga se dirigió al norte hacia la Isla Espíritu Santo, una isla montañosa distante que señala el archipiélago homónimo. La irregular serie de islas, islotes y áreas costeras del Golfo de California se convirtió en sitio del Patrimonio Mundial de la UNESCO en 2005 y en un parque nacional protegido en 2007.
A medida que nos acercábamos a las enormes formaciones volcánicas, caletas onduladas y playas desiertas tomaban forma en contraste con las aguas de color índigo. Fragatas volaban en lo alto contra un claro cielo turquesa, mientras las olas golpeaban contra las rocas antiguas. A la distancia, pude ver a un grupo de delfines cuyas aletas dorsales penetraban la superficie. Miré al capitán esperanzada para ver si él estaría dispuesto a tomar un desvío. Él reconoció mi mirada pero sacudió la cabeza con una sonrisa amable. Yo también le sonreí y esperé pacientemente la revelación de más maravillas.
Los Islotes
Juguetear con leones marinos de California es una experiencia con mamíferos marinos emblemática de La Paz. La colonia de Los Islotes de aproximadamente 400 animales, y que es evidente por los olores y los sonidos que pueden reconocerse al aproximarse, está justo al norte de Isla Partida en dos formaciones rocosas separadas por un estrecho canal. Nuestro guía nos dio un informe detallado de nuestros buceos y cómo interactuar con las traviesas crías, que a menudo usan sus bocas para explorar objetos y a buzos. Durante el primer buceo seguimos a nuestro guía a través de un impresionante arco submarino iluminado por rayos de sol que se reflejaban en las paredes y encendían corales de copa naranjas con un resplandor eléctrico de color mandarina. Grandes piedras recubrían el fondo a 14 metros (45 pies), al tiempo que crías de león marino se perfilaban en el arco tipo caverna más arriba mientras daban bocanadas de aire desde la superficie.
Al igual que un ballet bien coreografiado, las crías comenzaron a hacer maniobras serpenteantes entre ellas en dramáticas caídas en picada, pausando frente a nuestras máscaras como para confirmar cuál era nuestra especie. Nos mostraban que ellas también podían soplar burbujas mientras se dirigían a la superficie a toda velocidad a través de su propia explosión de burbujas. Los cachorros tomaban conchas y estrellas de mar y jugaban graciosamente con cualquier cosa que se viera interesante. Un equipo nos distraía con su total ternura desde el frente mientras otro se escabullía desde atrás para agarrar aletas, mangueras de reguladores y alguna que otra perilla de la caja estanca de una cámara. Nuestras carcajadas submarinas por su pícara coordinación consumían el aire de nuestros tanques.
Desde estas aguas cristalinas poco profundas llenas de corales y piedras, avanzamos hacia otras áreas donde hembras dormitaban sobre el fondo arenoso. Cada lado de Los Islotes ofrece un hábitat de leones marinos diferente.
Después de tres buceos con leones marinos, nos dirigimos al naufragio Fang Mingpara realizar el último buceo del día. El naufragio está en el lado sudoeste de Isla Espíritu Santo y yace a aproximadamente 21 metros (70 pies). Cuando comencé a circunnavegar la cubierta a aproximadamente 14 metros (45 pies), advertí la presencia de tortugas marinas verdes diseminadas por doquier y a menudo escondidas en ranuras y recovecos protegidos. El naufragio ofrece buenas oportunidades de entrada, pero para mí la estrella del espectáculo era la agrupación de tortugas perezosas.
Otro día buceamos cerca del extremo sur de Isla Espíritu Santo en el canal de San Lorenzo en el rocoso Swanee Reef. Se puede ver la roca principal que se encuentra a 2 metros (6 pies) de la superficie. A medida que descendíamos por delante de una robusta capa de coral de coliflor que cubría los lados del pináculo de roca, observamos un sinfín de pequeños peces tropicales escondidos en sus protuberantes ramas. Peces halcón de coral, pequeños meros pintados, jóvenes peces ángel rey, peces ángel de Cortez y algún que otro pulpo vivían en el lugar. En el jardín de arena, anguilas se balanceaban en la corriente como un campo de trigo, mientras bancos de chivos barbones paseaban por la arena, explorando con sus barbillas. La profundidad máxima de 14 metros (45 pies) nos dio tiempo de fondo de sobra para explorar la totalidad del arrecife y ver la sorprendente variedad de corales, que iban desde pequeños corales de abanico hasta corales duros incrustantes.
El Salvatierra yace a poca distancia de Swanee Reef sobre un fondo arenoso a aproximadamente 18 metros (60 pies). El naufragio de este transbordador de carga, que golpeó el arrecife y se hundió en 1976, está engalanado con vida marina y es el hogar de grandes bancos de peces ballesta, peces ángel rey, morenas y tortugas. Pargos de cola amarilla y roncadores plateados encuentran refugio entre los corales blandos amarillos y negros que cuelgan dentro de los camarotes. Cuando la corriente es intensa, el contorno de la estructura cobra vida con peces que se pegan al naufragio y nadan para mantener sus posiciones.
Exploración en la superficie
Durante mi visita, un viento temprano del norte pasó por el área, lo que obligó a cerrar todos los puertos. Varios guías me dijeron que debía visitar Balandra Beach, que tenía acceso restringido por la pandemia, pero llegué cuando la cantidad limitada de ingresos al parque ya se había asignado. Puse mi mejor cara de turista desilusionada (algo difícil cuando usas una mascarilla) y le pregunté al guardaparque en mi español mal hablado si había alguna otra opción. Con un guiño cómplice, me insinuó que era posible que hubiera un sendero por la carretera en Tecolote Beach que permitía disfrutar de una impresionante vista de Balandra.
Después de andar media milla por la carretera les pregunté a unos lugareños sobre el sendero para ver Balandra y ellos me indicaron una ladera de aspecto escarpado y me dijeron que necesitaría buen calzado para la insignificante caminata. Miré mis chancletas para la playa y pensé: “el que no arriesga, no gana”, mientras pisaba cautelosamente las rocas sueltas y la gravilla que se movía.
Finalmente, una brusca brisa salada me sorprendió en el borde de un acantilado que proporcionaba una vista impresionante: una hermosa playa desierta en forma de medialuna y un segundo arco que mostraba Balandra un poco más lejos. Bajé rápidamente por la pendiente para disfrutar de mi recompensa de una enorme playa privada protegida del viento y bañada por aguas que brillaban con tonos iridiscentes de aguamarina que me recordaban más al Caribe que al Pacífico.
Una visita a las reinas
El viento finalmente dio paso a una brisa suave. Nuestro capitán aprovechó la calma del mar para dirigirnos a las distantes La Reina , y La Reinita . A medida que nos acercábamos podíamos ver a los siempre presentes leones marinos tomando sol sobre las rocas mientras nuestro guía nos conducía al tranquilo lado de sotavento de la isla. Ingresamos y solté un pequeño grito ahogado al comprobar la visibilidad de más de 30 metros (100 pies), bastante diferente a la mayor parte de mis buceos en el Pacífico oriental. Una gran tortuga se marchaba mientras avanzábamos hacia los restos de un naufragio fracturado, a la vez que otra rodeaba la enorme hélice y se desplazaba hacia una sección recubierta de brillantes corales de copa naranjas. Un tímido pez halcón gigante se camuflaba entre el coral, con sus patrones similares al acero incrustado. Una morena cebra hizo una aparición fugaz pero impresionante. A una corta distancia un gran banco de peces mariposa barberos rodeaba una roca cercana.
Nuestro guía nos hizo una seña para que nos detuviéramos. Estiramos nuestros cuellos cubiertos de neopreno, con la esperanza de que este comportamiento de estación de limpieza significara que alguna criatura grande —quizás una manta o un tiburón— aparecería en cualquier momento, pero esa visita no estaba en el programa para este buceo. Mientras doblábamos en una esquina, un curioso león marino nos acompañaba. No importa cuántos vea, el encanto nunca se pierde.
La corriente nos empujaba suavemente hacia un cañón de corales de abanico balanceándose plagado de microburbujas. Este efecto gaseoso de la acción de las olas en la superficie adornaba todo con un destello iluminado por el sol. Un gran banco de pargos de rayas azules junto con barracudas y sabalotes distantes agregaban movimiento al efecto de tierra de hadas. Pasamos nuestra parada de seguridad asombrados ante la vida más pequeña entre los corales de abanico de color blanco y morado berenjena, aprovechando al máximo la impresionante visibilidad.
La Reinita es una serie de grandes rocas que se asoman en la superficie y luego llegan a una profundidad de más de 24 metros (80 pies). A medida que descendía lentamente, se me ocurrió que su nombre también podía hacer referencia a la gran cantidad de pequeños residentes. Aleteé a través de bancos de chromis y sargentos mayores y jugué a las escondidas con una esquiva vieja copetona. Ocasionalmente veía a un interesante nudibranquio brillante y una variedad de blénidos que asomaban en pequeñas grietas. En un área de arena y ripio a 14 metros (45 pies), redujimos la velocidad para ver a la comunidad de peces mandíbula refugiarse en agujeros a medida que nos acercábamos. Grandes estrellas de mar Cortez cubrían el fondo y yo veía los destellos rojos y azules de coloridos gobios Catalina azul que aparecían y desaparecían a toda velocidad a lo largo de los bordes de los enormes afloramientos rocosos.
Tiburones ballena
La Paz Bay tiene agregaciones de tiburones ballena jóvenes entre octubre y mayo y solo los operadores autorizados pueden ingresar al área protegida. El gobierno no emitió ningún permiso durante nuestra visita, por lo que no pudimos experimentar este maravilloso evento. A veces es posible ver tiburones ballena en otras partes de La Paz durante las proliferaciones de plancton del otoño y la primavera boreal.
Cabo Pulmo
Puede programar una visita y bucear en el Parque Nacional Cabo Pulmo, que está a dos horas y media por carretera al sur de La Paz. En 1995 el gobierno mexicano designó más de 70 kilómetros cuadrados (27 millas cuadradas) de arrecife como área marina protegida para protegerla de la sobrepesca. Sin anclas ni sedales, el arrecife comenzó a crecer nuevamente y la biomasa de vida marina regresó. Después de más de 20 años como zona de protección total, Cabo Pulmo hoy es un maravilloso ejemplo de éxito y una prometedora muestra de lo que puede lograrse en otras regiones.
Existen estrictas limitaciones para los buzos con el objeto de mantener y proteger el arrecife. Los capitanes de embarcaciones llaman con anticipación para reservar tiempo en el lugar. Solo se permiten dos embarcaciones de buceo a la vez en el mismo lugar y los buceos pueden tener una duración máxima de 45 minutos. Nuestro guía estaba empecinado con que debíamos visitar El Vencedor, una pequeña trainera de atún que había estado bajo el agua por más de 35 años. Los funcionarios del parque nos autorizaron para bucear allí a la 1 de la tarde, por lo que matamos el tiempo observando aves marinas rozar la plácida superficie hasta que el capitán vio a los buzos anteriores salir a la superficie y entonces nosotros fuimos autorizados para ingresar al agua.
Mientras descendíamos hacia el fondo arenoso a 14 metros (45 pies), nos sentimos afortunados por haber ingresado cerca de un enorme banco de peces espada del Pacífico que nadaban apaciblemente en la corriente. Hice lo mejor que pude para aletear con cuidado entre ellos antes de desplazarme a la deriva hacia el naufragio. El Vencedor no tiene una estructura discernible y parece una masa amorfa de peces. A medida que nos acercábamos, los bancos lentamente se apartaban como un velo y revelaban el naufragio diseminado. Pasamos todo el buceo explorando partes del naufragio acompañados por las fluctuaciones del banco comunitario de peces de arrecife con sus colores y patrones rodeándonos en todas las direcciones. El momento culminante de mi buceo fue un impresionante mero dorado —un mero leopardo que ha adoptado un brillante color dorado— bien alimentado y en busca de posibles presas desprevenidas. Los tiburones ballena son visitantes regulares de este punto de estaciones de limpieza, pero durante este viaje no vi ninguno.
En nuestro último buceo en Cabo Pulmo, esperaba ver el enorme banco de jureles ojones que reside en el área. El capitán me dijo: “¡primero debemos encontrar el banco!”. Así que salimos bajo la brillante luz del sol, equipados con gafas de sol polarizadas y teniendo en cuenta las instrucciones específicas que el capitán nos había dado. Inspeccionamos el horizonte como marineros en los tiempos antiguos, buscando no solo el soplo de ballenas sino también algo mucho más sutil.
El capitán y los guías nos señalaron emocionados un distintivo tono oscuro de índigo en el agua a medida que nos acercábamos a él, y el aire parecía eléctrico mientras percibíamos el olor a pescado. Nos colocamos el equipo y el capitán nos situó junto a alguien muy experimentado que había pasado décadas en el agua. La fuerte corriente podía dificultar bastante este buceo, dependiendo del comportamiento de los peces, pero eso solo aumentaba nuestro entusiasmo. Nos lanzamos al agua, pero no vimos nada. Por un momento, se me cayó el alma a los pies de solo pensar en otro posible fracaso.
El guía nos indicó que lo siguiéramos y después de altear un poco vimos una inmensa sombra oscura de arriba a abajo. A continuación, nos encontramos con que había cientos de jureles frente a nosotros. Había nadado con bancos de jureles muchas veces en todo el mundo, pero este era el grupo más grande que había visto hasta el momento. Es difícil describir la sensación de puro asombro cuando inmensas criaturas marinas te empequeñecen tanto que te vuelves insignificante. Quedar alucinados probablemente se acerca bastante. Nos quedamos con el banco el tiempo suficiente como para quedar completamente rodeados mientras los peces cambiaban de dirección en respuesta a algún conductor oculto —dando vueltas a la izquierda, luego a la derecha, haciendo espirales, desplazándose en diagonal a toda velocidad—, algunas veces al unísono y otras como torrentes giratorios en direcciones opuestas. Durante nuestro ascenso, el inmenso banco hizo un último giro impresionante y la luz lo iluminó perfectamente mientras los líderes se alejaban hacia la corriente. Estábamos exhaustos. Estábamos encantados. Y cuando nos quitamos los reguladores de la boca, también salieron toneladas de exclamaciones, todas a la vez. Este encuentro era lo que estábamos esperando.
Con su vida silvestre, las personas, los paisajes y la comida, La Paz me hechizó. No conseguí ver todo lo que estaba en mi lista de deseos —los buzos que viajan rara vez lo logran—, pero no podía esperar a regresar y continuar explorando los tesoros del lugar. Quizás la próxima vez podré ver todas las hermosas sonrisas ocultas detrás de las mascarillas faciales de las muchas personas que trabajaron duro para hacer de mi estadía una experiencia inolvidable.
Cómo bucear en este lugar
Cómo llegar: el Aeropuerto Internacional Manuel Márquez de León (LAP) en La Paz recibe vuelos de Estados Unidos vía Ciudad de México, Guadalajara o Los Ángeles. Los vuelos provenientes de otros continentes hacen conexión en Ciudad de México. Una vez que haya aterrizado, podrá hacer un rápido viaje en autobús hasta los centros turísticos de buceo. Muchos visitantes deciden volar al Aeropuerto Internacional de Los Cabos (SJD), que ofrece más opciones de vuelos, y luego hacer un viaje de 2 horas y media en autobús al norte en dirección a La Paz. También puede alquilar un automóvil y conducir por una hermosa carretera para disfrutar de montañas desérticas, el océano Pacífico y el golfo de California.
Condiciones: se puede bucear durante todo el año, ya sea desde tierra o desde una embarcación de vida a bordo. La Paz ofrece alojamiento en centros turísticos en tierra que se ajustan a todos los presupuestos; la mayoría de los buceos se hacen desde pangas pequeñas pero cómodas que permiten ingresar al agua con una sencilla entrada de backroll (de espaldas). Las embarcaciones de vida a bordo parten de La Paz o Cabo y los operadores brindan itinerarios únicos para ofrecer los mejores puntos de buceo de la región. Al bucear en un parque marino, los operadores de embarcaciones de vida a bordo deben usar un operador de buceo con sede en tierra para realizar los buceos, pero este convenio se desarrolla sin inconvenientes y no restringe la experiencia de la embarcación de vida a bordo.
Investigue un poco para determinar cuál es la mejor época del año para lo que espera experimentar. Las condiciones y la vida marina varían durante el año y es posible que algunos encuentros con vida marina estén restringidos. La temperatura del agua en el golfo de California cambia considerablemente a lo largo del año. De junio a noviembre se recomienda usar un traje de neopreno de 3 mm, cuando la temperatura del agua oscila entre los 25 °C y los 30 °C (78 °F y 86 °F). La visibilidad en general es excelente durante las proliferaciones de plancton. De diciembre a mayo es más apropiado utilizar un traje de neopreno de 5 mm o 7 mm, cuando la temperatura promedio del agua es de 21 °C (70 °F).
Explore más
Mire el video a continuación para realizar un buceo virtual en La Paz, y luego vea más imágenes de Tanya Burnett en una galería de fotos complementaria.
© Alert Diver —primer trimestre 2021.