Bosques de manglares

Una joven tortuga marina carey —que está en grave peligro— nada a lo largo de un arrecife de coral superficial saludable que bordea un bosque de manglares en Raja Ampat, Indonesia. Los bosques de manglares son uno de los hábitats naturales principales de la tortuga, lo que ofrece abundante comida y refugio de los depredadores.

Guardianes de la costa

Los manglares son importantes. Son hábitats únicos y complejos que protegen las costas. Conectan la tierra con el mar, albergan una amplia variedad de vida animal y vegetal y reducen los efectos del cambio climático. Pero por toda su importancia, los manglares siguen siendo en gran parte poco valorados. 

El huracán Katrina me hizo empezar a considerar sus beneficios. A finales del verano de 2005, poco después de obtener mi certificación de aguas abiertas, veía que las noticias estaban llenas de predicciones y suspenso a medida que el huracán Katrina avanzaba lentamente hacia Nueva Orleans, Luisiana. Tocó tierra como una tormenta de categoría 5 con vientos de aproximadamente 225 kilómetros (140 millas) por hora y trajo consigo una furia imprevista e inimaginable. 

Los efectos fueron catastróficos, ya que causó casi 1.400 muertes y alrededor de USD 200 mil millones en daños, lo que lo convirtió en el huracán más costoso en la historia de Estados Unidos. La subida del nivel del mar y los poderosos vientos de Katrina dieron lugar a una destrucción masiva y una falla del dique, sumergiendo así el 80 % de la ciudad y dejando atrás una alarmante marca de agua alta. Si bien el entorno marino no protegió a Nueva Orleans de Katrina, los manglares han disminuido los daños causados por tormentas en otras ocasiones.

cocodrilo
Un cocodrilo vadea en los manglares en Jardines de la Reina, Cuba
A chocolate chip starfish
Una estrella de mar con chispas de chocolate recubre la entrada hacia los manglares superficiales en la marea baja en Raja Ampat, Indonesia

Los manglares como una barrera

Los manglares son una parte de las barreras naturales contra las tormentas costeras, lo que ayuda a minimizar el impacto de las inundaciones causadas por huracanes, tifones y ciclones. Los extensos sistemas de raíces entrelazadas de los manglares ayudan a adherir el sedimento, reducir la erosión y estabilizar las costas. La investigación muestra que los manglares disipan la energía de las olas y reducen la penetración de la marea de tormenta, lo que puede disminuir los daños por inundaciones y minimizar la erosión. 

Los estudios han demostrado que los manglares pueden reducir una parte importante de la energía de las olas a lo largo de las costas. La amplitud de las áreas de manglares parece ser un factor significativo en la protección costera, con bosques más densos que ofrecen mayor protección. La protección agregada de los manglares debería reducir las inundaciones y evitar la pérdida de miles de millones de dólares en daños para varios millones de personas en todo el mundo cada año. Lamentablemente, debido al cambio climático, el desarrollo costero y el crecimiento de la población, los riesgos de inundación costera se están elevando rápidamente.

Es importante destacar que los manglares no pueden reducir por completo los peligros de las tormentas tropicales y proporcionar la única forma de defensa costera. El Banco Mundial (World Bank) informa que los manglares pueden ayudar a reducir los riesgos costeros al actuar como una barrera natural contra las mareas de tormenta y la erosión, pero deben usarse junto con otras estrategias de protección costera como defensas construidas, sistemas de advertencia temprana y una cuidadosa planificación del uso del suelo para garantizar que las viviendas no estén ubicadas en áreas de alto riesgo. 

A snorkeler with jellyfish
Una persona haciendo snorkel disfruta del ecosistema de manglares superficial con medusas en Raja Ampat
lettuce and staghorn corals
Esta imagen dividida muestra corales lechuga y cuerno de ciervo en los manglares de aguas azules superficiales en el centro de Raja Ampat

Los manglares como soporte del ciclo de vida

La importancia de los bosques de manglares se extiende más allá de la estabilidad de la línea costera. Servir como un hábitat marino crucial es uno de sus beneficios más conocidos. Los manglares a menudo son conocidos como criaderos —mientras actúan como refugio contra depredadores y corrientes, albergan una diversidad de peces jóvenes y otros animales marinos, como tortugas, tiburones, cocodrilos, manatíes, aves y serpientes—.

El mero guasa —que está en grave peligro—, por ejemplo, permanece en su criadero de manglares por un máximo de seis años y solo lo abandona después de alcanzar una longitud de aproximadamente 1 metro (3,3 pies). Es posible que algunos animales, como los cocodrilos, nunca abandonen los hábitats de manglares debido a su sombra continua, áreas de anidación y alimento abundante, lo que incluye peces, cangrejos y aves. Asimismo, varias especies en peligro —como el pez sierra peine, el manatí, el cocodrilo cubano y la tortuga marina carey— dependen del hábitat de manglares para alguna etapa de su ciclo de vida.

Los manglares son componentes cruciales de las cadenas alimentarias por sus relaciones entre depredadores y presas y porque producen grandes cantidades de hojas que caen de los árboles y se descomponen a través de hongos y bacterias. Esta materia descompuesta, llamada detritusproporciona un suministro de alimento abundante a algunos animales marinos en crecimiento. 

Además de albergar a muchos organismos marinos diferentes, los manglares también proporcionan grandes cantidades de mariscos. De acuerdo con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (International Union for Conservation of Nature, IUCN), más de 200 millones de personas viven dentro de los 10 metros (33 pies) del nivel del mar y cerca de manglares. Las personas que viven en comunidades costeras o cerca de ellas tienen una fuente de proteína habitual para alimentar a sus familias o para vender para ganarse la vida. Los pescadores de subsistencia dependen de los sistemas de manglares saludables para el funcionamiento de sus criaderos, lo que les permite tener un suministro continuo de especies recolectadas en arrecifes, como el pargo. 

Hard and soft corals
Corales duros y blandos prosperan en el hábitat de manglares superficial del centro de Raja Ampat
Los manglares de aguas azules superficiales de la isla de Gam en el centro de Raja Ampat crecen en agua cristalina
Los manglares de aguas azules superficiales de la isla de Gam en el centro de Raja Ampat crecen en agua cristalina

Los manglares como carbono azul

Los bosques de manglares están entre los ecosistemas más productivos de todo el mundo. Muchas personas se sorprenden al enterarse de que los bosques de manglares almacenan grandes cantidades de carbono. Conservation International informa que los manglares contienen tanto carbono en 2,6 kilómetros cuadrados (una milla cuadrada) como las emisiones anuales de 90.000 carros. 

Los bosques de manglares capturan enormes cantidades de dióxido de carbono de la atmósfera y lo almacenan en sus raíces y suelos ricos en carbono. Este carbono enterrado se conoce como carbono azul porque es almacenado bajo el agua. En términos científicos, el carbono azul costero es el carbono capturado por organismos marinos y costeros vivos y almacenados en ecosistemas costeros. Estos tipos de hábitats, que a veces actúan como sumideros de carbono, contienen enormes almacenes de carbono acumulado a lo largo de miles de años.

Estudios actuales de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (National Oceanic and Atmospheric Administration, NOAA) sugieren que los manglares y los humedales costeros capturan carbono anualmente a un ritmo 10 veces mayor que los bosques tropicales maduros y almacenan de tres a cinco veces más carbono por área equivalente que los bosques húmedos tropicales, que almacenan más carbono en materiales vegetales de la superficie. No obstante, el carbono azul costero es almacenado principalmente en el suelo o los sedimentos. Los manglares están adaptados a vivir en suelos anaeróbicos (sin oxígeno), por lo que el carbono que es incorporado en los suelos se descompone muy lentamente y puede permanecer en su lugar durante cientos o miles de años.

Cuando los manglares son degradados o destruidos, su capacidad de captación de carbono se pierde y el carbono almacenado es liberado como dióxido de carbono al remover el suelo, lo que aumenta los niveles de gases de efecto invernadero en la atmósfera y contribuye al cambio climático. La Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (U.S. Environmental Protection Agency) informa que el dióxido de carbono representa el 76 % de las emisiones de gases de efecto invernadero, muchos de los cuales provienen de procesos industriales como la quema de combustibles fósiles. Mientras nos enfrentamos a un aumento de las emisiones de carbono y el calentamiento del planeta, esta función fundamental en la captación y el reciclaje de carbono es incluso más importante para ayudar a compensar y reducir los efectos del cambio climático. 

El ecoturismo de manglares

El ecoturismo se ha convertido en una de las herramientas más eficaces para promover el turismo respetuoso del medio ambiente y de la cultura. Asimismo, el potencial del ecoturismo para promover la conservación de recursos y el desarrollo comunitario ha atraído más atención a lo largo de la última década.

Uno de los atributos más apreciables de los bosques de manglares saludables es su belleza natural, especialmente en hábitats impolutos. Algunos turistas buscan excursiones por manglares porque los árboles son fáciles de ver al pasear en barco, hacer canotaje o hacer snorkel debido a su poca profundidad. También son el lugar perfecto para fotografiar vida silvestre dentro y fuera del agua. Mientras que corales, peces, tortugas, tiburones y crustáceos habitan el entorno submarino, aves, cangrejos y vegetación exuberante prosperan por encima de la línea de flotación.

mangrove forest habitat
Un hábitat de bosques de manglares saludables en el centro de Raja Ampat

Para los fotógrafos, los bosques de manglares ofrecen oportunidades infinitas para capturar imágenes únicas que recompensan la creatividad. Debido a que los bosques de manglares se encuentran en aguas poco profundas, hay mucha luz disponible, lo que facilita la fotografía. Estos lugares poco profundos también son puntos ideales para practicar imágenes divididas, que reflejan mejor el fascinante contenido tanto por encima como por debajo de la línea de flotación. Además, no es necesario usar aire comprimido para explorar los mangares, así que allí puede hacer snorkel convenientemente como un intervalo de superficie entre buceos. 

El ecoturismo de manglares puede ayudar a conservar manglares y mejorar la vida de las comunidades locales. El aumento de los ingresos a partir del ecoturismo puede generar desarrollo de infraestructura, mejor conciencia ambiental y turismo sustentable. Al tener habitantes locales dirigiendo las actividades de ecoturismo como las visitas guiadas, pueden ganar dinero mientras ayudan a garantizar la conservación de la biodiversidad.

Degradación de los manglares

Si bien los bosques de manglares se encuentran entre los ecosistemas más productivos de la Tierra, también están entre los más vulnerables debido al desarrollo humano cada vez mayor. De acuerdo con EcoWatch, los bosques de manglares están desapareciendo a un ritmo de 1 % a 2% por año. Este porcentaje de pérdida puede no parecer alarmante, pero todo suma. 

Conservation International informa que aproximadamente el 35 % de los manglares del mundo ha desaparecido desde 1980. Los científicos estiman que las emisiones de carbono de la desforestación de manglares representan hasta el 10 % de las emisiones de la desforestación a nivel mundial a pesar de abarcar solo el 0,7 % de las zonas terrestres.  

De acuerdo con la Evaluación de los Recursos Forestales Mundiales (Global Forest Resources Assessment, FRA) de 2020, se estima que la cobertura de manglares mundial tiene 14,8 millones de hectáreas (36,6 millones de acres). Mientras que Indonesia contiene el mayor porcentaje de la cobertura de manglares del mundo con un 22 %, más del 40 % de los manglares del mundo están situados en solo cuatro países: Indonesia, Brasil, Nigeria y México. La FRA informó que entre 1990 y 2020 los manglares se redujeron en 1,04 millones de hectáreas (2,57 millones de acres) en todo el mundo y en los últimos 30 años se perdieron hasta 800.000 hectáreas (1,98 millones de acres) solo en Indonesia.

Uno de los motivos principales de la pérdida a gran escala de hábitats de manglares es el desbroce de tierras, principalmente cuando se hace para proyectos de desarrollo costero y prácticas de acuicultura como la cría de camarones. World Wildlife Fund señala que la producción de camarones tiene una huella de carbono mayor que la mayoría de los otros mariscos; ha destruido millones de acres de manglares y tiene un desperdicio excesivo que contamina las vías fluviales. 

Lleva aproximadamente tres a seis meses criar camarones de talla comercial en estanques que producen un flujo constante de desechos orgánicos, lo que incluye químicos y antibióticos que pueden contaminar humedales costeros y agua subterránea que puede, a su vez, filtrarse en tierras agrícolas, lo que puede tener efectos negativos de larga duración.  

Científicos de Global Mangrove Watch realizaron un estudio para analizar los cambios en los ecosistemas de manglares del mundo desde 1996 hasta 2010 y descubrieron que la actividad humana afectó el 38 % de los bosques de manglares que se observaron en el sudeste de Asia. Esta área es el hogar de alrededor del 34 % de los manglares del mundo y el 90 % de la acuicultura del mundo, lo que la convierte en la región más afectada.

El desbroce de tierras también tiene un impacto directo en el océano. El océano absorbe aproximadamente el 30 % del dióxido de carbono de la atmósfera, pero la desforestación y la actividad humana aumentan la cantidad de carbono absorbido por el agua de mar, lo que conduce a la acidificación del océano. Este proceso dificulta la creación de caparazones y esqueletos de los organismos marinos y puede dar lugar a floraciones de algas tóxicas y nocivas.

Restauración de los manglares

La conservación y rehabilitación de los bosques de manglares podría beneficiar a millones de personas ribereñas y contribuir a un aumento de la captación de carbono en todo el mundo. La restauración de los manglares se ha convertido en un tema ampliamente debatido y foco de objetivos ambientales internacionales. 

Junto con el Decenio de las Naciones Unidas para la Restauración de los Ecosistemas (United Nations Decade of Ecosystem Restoration) de 2021 a 2030, la comunidad mundial ha expresado su firme compromiso con el aumento de la cobertura de manglares en un 20 % para el año 2030. Alcanzar este objetivo podría ayudar a reducir el carbono en la atmósfera y los efectos del cambio climático.

Un artículo de 2023 en Nature Ecology and Evolution de Sasmito et al. informa que Indonesia, que contiene la cobertura de bosques de manglares de una única nación más grande del mundo, ha creado el plan de rehabilitación de manglares más ambicioso de un país, que incluye agregar 600.000 hectáreas (1,48 millones de acres) para finales de 2024. Este plan podría beneficiar a 74 millones de personas ribereñas y ayudar a reducir las emisiones nacionales del sector terrestre en un 16 %.

Personas y organizaciones participan en actividades de restauración para intentar compensar la degradación de los manglares. En la mayoría de los casos la restauración de los manglares se aborda como la plantación de árboles en un bosque. Las plántulas de manglar son trasplantadas a marismas a lo largo de la costa, especialmente en áreas donde los manglares prosperaron anteriormente. Sin embargo, muchos de estos proyectos tienen bajas tasas de éxito por diversos motivos. 

Primero, las plántulas de manglar son más frágiles que las plántulas terrestres, ya que están expuestas a mareas cambiantes y sumergidas en agua durante ciertos períodos de tiempo. Si el nivel del agua no es óptimo, las plántulas tienen una baja tasa de supervivencia. De acuerdo con estudios realizados por el científico de Florida Robin Lewis, un ictiólogo que desarrolló un interés en los humedales, la mayoría de los manglares tienen un mejor desarrollo con una relación de humedad y sequedad de 30 a 70, con sus raíces húmedas el 30 % del tiempo y secas el 70 %. Reproducir esta hidrología natural aumenta enormemente las posibilidades de supervivencia de las plántulas. 

En los trasplantes normalmente se utiliza una sola especie de manglar, mientras que los bosques de manglares nativos son una mezcla de numerosas especies. Si los esfuerzos de reforestación no se planifican cuidadosamente para igualar la zonificación y la estructura de los bosques históricos, entonces la biodiversidad general puede ser más baja y, por tanto, el bosque podría ser menos estable.

Lewis también descubrió que las plántulas se desarrollan mejor en las condiciones que la Madre Naturaleza tenía previstas, no necesariamente en filas organizadas de una única especie. Recomienda mapear el movimiento del agua del área y luego eliminar cantidades significativas de suciedad y construir una gran área ligeramente inclinada que conduzca al océano, donde las mareas puedan fluir. 

Los métodos de Lewis, si bien requieren mucho tiempo, han demostrado ser exitosos. Entre 1989 y 1991 en West Lake Park, Florida, las tres especies de manglares de Florida se habían establecido con una diversidad de peces adultos y jóvenes asemejándose a un sitio de manglares natural más antiguo cercano. Los métodos de restauración de Lewis han sido utilizados para restablecer manglares en Estados Unidos y otros 25 países, incluso Indonesia. 

Con la mirada puesta en el futuro

Si bien la metodología de Lewis ha demostrado ser exitosa, es importante reconocer que los ecosistemas de bosques de manglares varían según el lugar en lo que respecta a especies de plantas, movimientos de las mareas, temperatura del agua, composición química y muchos otros factores. Lo que tiene éxito en un lugar puede no tenerlo en otro. Por otra parte, muchos bosques de manglares plantados a mano están mostrando potencial. 

En mayo de 2024 tuve la oportunidad de visitar el centro de restauración de manglares Mahonia Na Dari en Kimbe Bay, Papúa Nueva Guinea, que se encuentra junto al complejo Walindi Plantation Resort. Este centro ecológico se inició en 1996 y tiene como objetivo restaurar bosques de manglares a lo largo de la costa. Veinte años atrás no había manglares aquí. En 2017 y 2021, voluntarios (principalmente estudiantes de escuelas locales) trasplantaron plántulas de sitios cercanos a este lugar, que en la actualidad tiene aproximadamente 300 metros (984 pies) de largo y al menos 50 metros (164 pies) de ancho. 

Los manglares actualmente están creciendo y desarrollándose a un ritmo saludable. Organismos gubernamentales financiaron el proyecto, ya que el área contiene plantaciones de aceite de palma, y se cree que la instalación de una barrera entre los árboles de aceite de palma y el mar será beneficiosa para la plantación por sí misma y los arrecifes de coral cercanos.

Hay esperanza de que las acciones colectivas de grupos de personas puedan lograr un cambio positivo. El trabajo realizado por personas como Lewis y los voluntarios de Mahonia Na Dari son ejemplos de la vida real de lo que podemos lograr con visión de futuro y un objetivo en mente. 

“No es absurdo pensar en aumentar la cantidad de manglares”, señaló Lewis. “Incluso con la subida del nivel del mar, podríamos detener la pérdida, por lo que realmente debemos ponernos a trabajar”.  

Los bosques de manglares han actuado como protectores de la costa por miles de años. Si bien Nueva Orleans aún sufrió una pérdida catastrófica, las comunidades en torno al océano Índico que enfrentaron tsunamis y las de Florida que sufrieron los efectos del huracán Irma vieron el impacto de estos fenómenos meteorológicos disminuidos en parte por la presencia de los manglares. 

Con el cambio climático que está alterando nuestro planeta y las fuertes tormentas que se están volviendo la norma y no la excepción, es cada vez más importante que hagamos todo lo posible para preservar estos ecosistemas únicos para generaciones futuras.


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© Alert Diver – Q4 2024

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