Ayudando a buzos a bucear por más tiempo, a mayor profundidad y de manera más segura
Pieter-Jan van Ooij, MD, PhD, es el jefe del Departamento de Investigación, Innovación y Educación del Centro de Medicina de Buceo (Diving Medical Centre, DMC) de la Armada Real de los Países Bajos (Royal Netherlands Navy). Como el principal centro de buceo y medicina de buceo de los Países Bajos para los buzos de las fuerzas armadas, el DMC también ayuda a buzos profesionales y civiles que necesitan asistencia médica.
Van Ooij planifica e inicia investigaciones de buceo para determinar cómo los buzos pueden bucear por más tiempo, a mayor profundidad y de manera más segura.
¿Cuáles son sus antecedentes académicos y cómo surgió su interés en este campo?
Después de graduarme en 1991, consideré seguir una carrera en anestesiología o medicina respiratoria. No obstante, recibir capacitación especializada en estas áreas en los Países Bajos era muy difícil en aquella época, así que empecé a trabajar en cardiología como residente que no estaba en formación.
Un día leí una entrevista periodística a Rob van Hulst, que era el jefe del DMC. Siempre me había interesado el buceo, por lo que pensé: “¿Qué podría ser mejor que una combinación de buceo y medicina?”. En lugar de ingresar a la marina, decidí formarme para convertirme en médico especialista en medicina del trabajo y luego combinar la especialidad con la medicina de buceo.
Tras finalizar mi capacitación en 1998, trabajé en un centro de salud ocupacional comercial antes de unirme al centro de salud ocupacional del Real Ejército de los Países Bajos (Royal Netherlands Army) en el año 2000. En 2002 fui designado como médico experto en medicina de buceo del ejército. El DMC ya era el centro de conocimientos especializados en medicina de buceo, por lo que van Hulst y yo decidimos combinar la atención especializada en medicina de buceo para ambas fuerzas. En 2006 empecé en el DMC como médico experto en medicina de buceo civil y he trabajado allí desde entonces.
Cuéntenos acerca de su investigación sobre marcadores de intoxicación pulmonar por oxígeno.
Durante mis estudios de doctorado en intoxicación pulmonar por oxígeno, mi objetivo principal era identificar un mejor marcador para su desarrollo durante el buceo. Mi supervisor era el fisiólogo respiratorio Peter Sterk, que estaba produciendo resultados prometedores sobre compuestos orgánicos volátiles (COV) en pacientes con asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), cáncer pulmonar y tuberculosis.
Ese logro nos inspiró para ver si los COV tenían relevancia en la medicina de buceo. Encontré cinco COV relevantes, la mayoría de los cuales eran alcanos y metil alcanos. Otros investigadores obtuvieron resultados similares, lo que indicó que habíamos encontrado una correlación con la intoxicación pulmonar por oxígeno, aunque debemos investigar más para tener una confirmación final.
Nuestro enfoque en el futuro está en el uso de narices electrónicas (e-noses) una vez que reunamos datos suficientes. Las e-noses utilizan un sensor de gas y convierten las señales moleculares del gas del aire exhalado en señales eléctricas, lo que les da una identidad a esas señales. La prueba de alcoholemia que utilizan los oficiales de las fuerzas policiales es un ejemplo. Nuestro objetivo es lograr que el dispositivo sea más pequeño y combinarlo con una aplicación que pueda indicar la predisposición para el buceo con un simple sistema de codificación por colores. Este sistema tiene mucho potencial para mejorar la seguridad de las operaciones de buceo, particularmente para las fuerzas especiales, que deben realizar buceos más prolongados, profundos y seguros. Este será mi proyecto principal durante los próximos dos años.
Algunos médicos que no pertenecen al ámbito de la medicina de buceo cuestionan el uso de la hiperoxia. ¿Ha experimentado algún temor a la hiperoxia en su trabajo?
Durante mi investigación inicial sobre la intoxicación pulmonar por oxígeno, tuve que obtener la aprobación del comité de ética médica de la Universidad de Ámsterdam (University of Amsterdam), donde algunos anestesiólogos cuestionaban la administración de oxígeno al 100 % sobre la base del temor a las complicaciones vinculadas al oxígeno en las unidades de cuidados intensivos.
A finales de la década de 1960, muchas personas con sistemas respiratorios comprometidos empeoraban después de estar intubados con oxígeno al 100 por ciento por períodos prolongados. Los modelos de respiradores más antiguos proporcionaban solo una fracción (40 % al 50 %) del oxígeno suministrado a los pacientes, pero los nuevos dispositivos aportan mucho más.
Nuestra investigación sugiere que administrar concentraciones de oxígeno más altas, hasta un 100 % si es necesario, puede ser beneficioso para los pacientes, en especial para mejorar la función de los glóbulos y la recuperación de los pacientes. Incluso con nuestros hallazgos, algunos profesionales médicos aún tienen un temor persistente respecto de la hiperoxia. Teniendo en cuenta que la cautela proviene de la historia de la terapia con oxígeno, alentamos a adecuar los niveles de oxígeno para satisfacer las necesidades de los pacientes.
También ha investigado las diferencias de salud en los submarinistas. ¿Qué fue lo que encontró?
Analizamos el bienestar de los submarinistas retirados y cómo sus singulares condiciones de vida afectaron su salud mental y física. Factores como una ausencia prolongada de luz solar, falta de privacidad y el entorno submarino pueden tener efectos considerables en los individuos. Explorar estos elementos podría darnos información para poder desarrollar nuevos submarinos y evaluar las horas de trabajo y los horarios de turnos de las tripulaciones.
Nuestros descubrimientos a partir de un cuestionario enviado a submarinistas retirados demostraron que generalmente informaban una mejor salud general que sus pares civiles. El cuestionario tenía un amplio alcance, con preguntas que incluían cómo se sentían, con qué frecuencia visitaban a su médico y sus hábitos de consumo de alcohol. No preguntamos sobre cuestiones de salud específicas como problemas cardíacos o pulmonares. El departamento de medicina del trabajo del Ministerio de Defensa de los Países Bajos (Netherlands Ministry of Defense) está haciendo un seguimiento para lo que continúa investigando estos aspectos y profundizando en la salud de los submarinistas, incluso su salud pulmonar y riesgo de cáncer.
Cuéntenos sobre su proyecto que abordaba los antihistamínicos y la narcosis por nitrógeno.
El estudio analizaba los efectos de los medicamentos antihistamínicos de vieja y nueva generación en la narcosis por nitrógeno. A los participantes se les administraron tres medicamentos diferentes (vieja generación, nueva generación y placebo) en distintos buceos —un medicamento por buceo— sin saber el tipo de medicamento. Luego fueron sometidos a pruebas de reactividad a profundidades de 0 metros, 10 metros (33 pies) y 30 metros (98 pies). Descubrimos que los niveles de narcosis por nitrógeno inducidos por el antihistamínico de nueva generación eran comparables con los inducidos por el placebo, lo que demostró que no influye en la narcosis por nitrógeno. Determinamos que el antihistamínico de nueva generación es seguro para los buzos hasta una profundidad de 30 metros (98 pies).
Mi participación en este estudio se dio por querer ver el procedimiento como participante y demostrarles a nuestros otros participantes que no estábamos realizando ningún procedimiento inusual. A partir de mi experiencia pude decir qué medicamento era de la vieja generación, ya que me hizo sentir increíblemente somnoliento. Al igual que los otros participantes, no pude distinguir los efectos del medicamento de nueva generación y el placebo. Todos pudieron identificar el medicamento de vieja generación, porque también les provocó somnolencia.
No hay muchas investigaciones sobre medicamentos en el buceo en general. Después de los desafíos que tuvimos al intentar obtener la aprobación de un comité de ética médica para este estudio entiendo por qué. Espero que las personas continúen esta línea de investigación porque si bien utilizar medicamentos puede no inhabilitar estrictamente a una persona para el buceo, es importante reconocer los riesgos potenciales. La mayor preocupación es la enfermedad subyacente por la que el buzo toma el medicamento y no el medicamento en sí y sus efectos secundarios.
Usted viene del área de la medicina del trabajo y ha hecho miles de evaluaciones de aptitud física para el buceo. ¿Cuál es su opinión sobre las radiografías de tórax en los exámenes de aptitud física para el buceo en el buceo comercial?
Algunas de las investigaciones actuales se centran en la aptitud física para el buceo, y los procedimientos no han cambiado en mucho tiempo. Recientemente realizamos un estudio que analizaba si los buzos deben hacerse una prueba de audiometría y cuestionaba si debían hacerse anualmente, en especial teniendo en cuenta su ausencia en los estándares del buceo deportivo.
También examinamos el beneficio de hacer radiografías de tórax, práctica presente desde la década de 1960, cuando la tomografía computarizada de alta resolución (TCAR) aún no se había desarrollado. En ese momento, las radiografías de tórax eran la mejor opción para detectar el daño pulmonar relacionado con la tuberculosis, pero en la actualidad pueden ser obsoletas.
Hicimos un estudio retrospectivo que analizaba las diferencias en la detección de anomalías pulmonares a partir tanto de radiografías de tórax como de TCAR. Comprobamos que la TCAR era más precisa para encontrar anomalías como bullas, aunque también puede proporcionar otros hallazgos, como anormalidades renales. Llegamos a la conclusión de que un muy buen cuestionario y un historial médico completo son suficientes para evaluar el estado de salud de un buzo, incluso su salud pulmonar. Si los médicos sospechan algo a partir de esa información, entonces pueden hacer una TCAR o una radiografía de tórax si no es posible hacer una TCAR. En la armada neerlandesa dejamos de hacer radiografías de tórax y esperamos que más instituciones navales y de medicina del trabajo sigan el ejemplo.
¿Cómo piensa que será el futuro de la medicina de buceo?
En los próximos 50 años preveo cambios considerables en la tecnología e investigación de buceo. Los desarrollos de la electrónica y la inteligencia artificial harán que las cosas que hoy parecen imposibles sean posibles. Es posible que el equipo de buceo con aire comprimido se vea muy diferente o incluso sea obsoleto debido a los avances.
Los sistemas de buceo personalizados que consideran la temperatura, el sudor, el consumo de gas, la formación de burbujas y otros factores podrían eliminar la necesidad de usar tablas de buceo estandarizadas. Con los posibles desafíos ambientales como el cambio climático, los hábitats submarinos pueden volverse más populares.
Si bien podemos no tener agallas artificiales o sistemas de buceo completamente integrados todavía, la investigación continua hará que ese tipo de progreso sea posible.
© Alert Diver — Q2 2024