EL CILINDRO DE ALUMINIO DE 2,3 METROS CUBICOS Y 11 LITROS, llamado así acertadamente por su volumen interno de 11 litros y su capacidad de 2,3 metros cúbicos (80 pies cúbicos) cuando se llena a su presión nominal de 200 bar/3.000 PSI, es, por mucho, el cilindro más común. No obstante, solo porque es el más común no quiere decir que sea el más adecuado para usted.
Los cilindros vienen en una amplia variedad de tamaños y materiales y pueden utilizarse con múltiples configuraciones. Elegir el cilindro adecuado para su buceo es fundamental para su entretenimiento y seguridad.
Tamaños
El cilindro de aluminio de 2,3 metros cúbicos estándar es un cilindro económico que ofrece una cantidad apropiada de mezcla respiratoria para la mayoría de los buzos. Sin embargo, los buzos más jóvenes o pequeños pueden tener problemas con el tamaño y el peso de un cilindro de aluminio de 2,3 metros cúbicos y en cambio pueden estar más cómodos con un cilindro más corto, como el de aluminio de 1,8 metros cúbicos (63 pies cúbicos). Los buzos que consumen gas rápidamente pueden beneficiarse de un cilindro de mayor capacidad, como el de aluminio de 2,8 metros cúbicos (100 pies cúbicos), para extender su tiempo de fondo.
A la hora de elegir el tamaño de botella adecuado, tenga en cuenta factores como el peso de la botella, su índice de consumo de gas, el perfil de inmersión previsto, la comodidad personal y la cantidad de gas que puede necesitar su compañero si tiene que compartir el aire en caso de emergencia. Si las botellas de aluminio más grandes no le proporcionan el gas adecuado, considere la posibilidad de cambiar a botellas de acero o a una configuración que le permita llevar varias botellas.
Materiales
Comprender las diferencias entre las botellas de acero y las de aluminio es importante para elegir el material adecuado a sus necesidades. Los cilindros de acero vienen en una amplia variedad de capacidades que coinciden con las de los cilindros de aluminio, pero algunos cilindros de acero - como el monstruoso acero 130 - pueden transportar significativamente más gas que el más grande de aluminio 100.
Los cilindros de acero, ya sea que estén llenos o vacíos, tienden a tener una flotabilidad negativa bajo el agua. Los cilindros de aluminio a menudo comienzan con una flotabilidad negativa, pero con el tiempo adquieren una flotabilidad positiva a medida que un buzo consume la mezcla respiratoria. Esta diferencia de flotabilidad quiere decir que los buzos que utilizan cilindros de acero no necesitan demasiado lastre para alcanzar el peso adecuado. Si bien los cilindros de acero tienen una mayor flotabilidad negativa bajo el agua, tienen paredes más delgadas que los de aluminio y a menudo pesan más o menos lo mismo, si no menos, en tierra que los cilindros de aluminio comparables.
La consideración final, y quizás las más importante, es que el acero es mucho más vulnerable al óxido que el aluminio. Si en un cilindro de aluminio entra humedad es posible que se produzca una oxidación leve, pero es poco probable que esto cause daños importantes. Incluso pequeñas cantidades de agua en un cilindro de acero pueden causar una oxidación y picaduras considerables, lo que puede dañar permanentemente el cilindro. Las inspecciones visuales anuales son fundamentales para detectar corrosión antes de que se convierta en un problema importante y que dé lugar a un daño irreversible.
Configuraciones
La configuración monocilíndrica con la que todos aprendimos a bucear es suficiente para la mayoría de las condiciones de inmersión. Si desea disponer de redundancia o de gas respirable adicional, puede añadir otra botella a su configuración. Puede considerar una minibotella de rescate con regulador integrado, pero su limitado volumen de gas y la posible falta de un manómetro sumergible (SPG) adecuado restringen su utilidad. Otra opción es una botella más grande, de 13 a 80 pies cúbicos, que puede atarse a la botella de la espalda o engancharse a las anillas en D del compensador de flotabilidad. Con su propia primera etapa, segunda etapa y SPG, estas botellas Pony proporcionan un sistema completamente redundante con más gas respirable en caso de que el buceador se encuentre con un problema. Para más información sobre pequeñas botellas de rescate, consulte el artículo de Jill Heinerth "Air
and a Spare" del número de Q3/Q4 2021 de Alert Diver ((DAN.org/alert-diver/article/air-and-a-spare)).
Los cilindros dobles de montaje posterior pueden ser una buena alternativa si desea una configuración donde los cilindros estén más seguros y proporcionen más gas que una configuración con un único tanque y una botella tipo “pony”. Esta configuración de montaje posterior consta de dos cilindros con válvulas para zurdos y diestros interconectadas por un colector. Cada cilindro tendrá su propia primera y segunda etapa, una manguera del inflador del chaleco compensador o traje seco y un manómetro sumergible conforme sea necesario. El beneficio de esta configuración es que tiene un sistema completamente redundante en su espalda, similar a llevar un único cilindro. Si un regulador o cilindro tiene una falla catastrófica, el buzo puede aislar el problema con solo cerrar la válvula apropiada y aún tener acceso al otro cilindro como una reserva de gas.
Una configuración de montaje lateral puede ser apropiada si tiene problemas para llevar un pesado juego de cilindros dobles o si le resulta difícil desplazarse por espacios estrechos en cuevas o naufragios. Con un montaje lateral, la persona sujeta los cilindros a los costados de su cuerpo a través de un sistema de cuerdas elásticas y pasadores de fijación. Esta configuración flexible le permite identificar y resolver cualquier problema rápidamente porque los reguladores y las válvulas son visibles y de fácil acceso, a diferencia de los cilindros dobles, donde las válvulas se encuentran detrás de la cabeza. Debido a que cada cilindro es independiente, debe intercambiar los reguladores ocasionalmente para mantener una presión similar en cada cilindro. Las posiciones de los cilindros y los accesorios flexibles pueden hacer que sea difícil dar una gran zancada o manipular cilindros en una embarcación, especialmente en condiciones adversas.