Hipertensión

La hipertensión (presión arterial alta) es una condición médica común entre los buzos y la población general.

La presión arterial es una medida de la fuerza con la que la sangre presiona hacia afuera sobre las paredes arteriales. Una lectura de la presión arterial es una relación. El primer valor (presión sistólica) se mide cuando el corazón está latiendo. El segundo es la presión diastólica, que se toma cuando el corazón está en reposo entre latidos. Los valores de la presión arterial están en milímetros de mercurio (mmHg). Una lectura típica es 120/80 mmHg (“120 sobre 80”). Qué se considera hipertensión varía un poco de un país a otro y de una referencia a otra.

Epidemiología

  • Aproximadamente un tercio de los adultos de los Estados Unidos tiene hipertensión.
  • El 69 % de aquellos que tienen un primer ataque cardíaco, el 77 % de los que tienen un primer accidente cerebrovascular y el 74 % de los que tienen una insuficiencia cardíaca crónica tiene hipertensión. También es un factor de riesgo para la enfermedad renal.
  • En 2009, la hipertensión fue la causa principal o contribuyente de 348.000 muertes en los Estados Unidos.
  • Solo el 47 % de las personas con hipertensión tiene la condición bajo control.
  • El 30% de los adultos norteamericanos sufren de pre-hipertensión

Fuentes: U.S. Centers for Disease Control and Prevention; and American Heart Association

Síntomas

La mayoría de las personas no tienen síntomas evidentes y, por lo tanto, no saben que tienen hipertensión. Algunos saben, pero no la controlan porque se sienten bien.

Las personas sintomáticas suelen tener dolores de cabeza, sobre todo en la parte posterior de la cabeza. Los dolores de cabeza son lo suficientemente comunes como para que la gente pueda subestimarlos como síntoma. Las hemorragias nasales espontáneas y la dificultad para respirar son más preocupantes, pero no suelen aparecer hasta que la presión arterial alcanza niveles potencialmente mortales.

Manejo

Una hipertensión leve a menudo puede controlarse con dieta y ejercicio. En algunos casos, puede ser necesario tomar algún medicamento para mantener la presión arterial dentro de los límites aceptables. Para tratar la hipertensión se utilizan muchas clases de medicamentos, y estos pueden tener diversos efectos secundarios. Algunos individuos cambian los medicamentos cuando uno es (o se vuelve) ineficaz. Otros pueden necesitar más de un medicamento a la vez para mantener su presión arterial bajo control.

  • Los fármacos antihipertensivos, conocidos como beta-bloqueantes, pueden provocar una disminución de la tolerancia máxima al ejercicio y tener algún efecto sobre las vías respiratorias. Estos efectos secundarios no suelen suponer ningún problema para el buceador medio.
  • Otra clase de antihipertensivos, conocidos como inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina (IECA), pueden ser preferibles para los submarinistas. La tos seca persistente es un posible efecto secundario de los inhibidores de la ECA.
  • Los antagonistas del calcio son otra opción. Un posible efecto secundario de estos fármacos es el mareo al ponerse de pie.
  • Diuréticos: (medicamentos que promueven la producción de orina) se utilizan con frecuencia para tratar la hipertensión. Su uso requiere una minuciosa atención para mantener una hidratación adecuada y controlar los niveles de electrolitos en la sangre.

Complicaciones

La presión arterial alta puede afectar su salud de varias maneras. Una persona con hipertensión puede tener complicaciones a corto y largo plazo. Uno de los principales motivos por los que los médicos prestan tanta atención a la hipertensión es porque es un asesino silencioso.

  • Las complicaciones a corto plazo en general son producto de una presión arterial extremadamente alta. La más significativa es el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular por la ruptura de un vaso sanguíneo en el cerebro.
  • Los efectos nocivos a largo plazo son más comunes, lo que incluye:
    • Enfermedad arterial coronaria (angina)
    • Insuficiencia cardíaca congestiva
    • Fibrilación atrial
    • Enfermedad renal crónica
    • Accidente cerebrovascular
    • Pérdida de la visión

Consecuencias en el buceo

Para el buzo

  • Con una presión arterial controlada y sin evidencia de daños en los órganos principales, la mayor preocupación respecto a la aptitud física para el buceo son los efectos secundarios de los medicamentos utilizados. La mayoría de los antihipertensivos son compatibles con el buceo siempre que los efectos secundarios sean mínimos y que su desempeño en el agua no se vea significativamente comprometido.
  • Si tiene un historial de hipertensión, procure que un médico controle los posibles daños en el corazón y los pulmones.
  • Realícese exámenes físicos regulares, incluso un control de las consecuencias a largo plazo de la hipertensión como, por ejemplo, la enfermedad arterial coronaria.

Para el operador de buceo

  • Una hipertensión controlada no es una contraindicación para la práctica de buceo, pero es uno de varios factores de riesgo cardiovascular.
  • Los medicamentos para el control de la presión arterial pueden tener efectos secundarios tales como deshidratación, mareos, tos crónica o menor capacidad para hacer ejercicio. Estos efectos secundarios pueden ser una contraindicación para el buceo y deben ser tratados por un médico.
  • Los buzos con hipertensión deben estar bajo el cuidado de un médico y deben poder informarle que su condición se encuentra bajo control y sin ninguna complicación.
  • Los buzos mayores, con obesidad o que claramente están en mal estado físico corren un mayor riesgo de tener emergencias cardiovasculares y puede ser necesario que se sometan a una evaluación médica más exhaustiva antes de bucear.

Para el médico

  • Asegúrese de que los buzos con hipertensión puedan tolerar un alto nivel de esfuerzo por al menos cinco a 10 minutos, de ser necesario. Las condiciones ambientales pueden cambiar, o puede surgir una emergencia donde el buzo deba esforzarse para evitar un riesgo que ponga en peligro su vida.
  • Los niveles altos de catecolaminas pueden causar un estrés adicional en un corazón que ya está soportando una mayor precarga y poscarga debido a la inmersión. En el caso de los buzos, está completamente justificado aplicar un criterio más conservador para la realización de más pruebas.
  • Sufrir un paro cardíaco en el agua puede tener consecuencias incluso más graves que los casos extrahospitalarios, por lo que realizar una supervisión y una evaluación más detalladas para comprobar si hay riesgos inaceptables está justificado.
  • Al agregar o cambiar un régimen de medicamentos, espere varias semanas para controlar los efectos secundarios. No les indique a los pacientes que interrumpan el uso de antihipertensivos antes de bucear.

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