Cómo lidiar con incidentes graves y sus impactos sobre los buzos
TODOS QUEREMOS BUCEAR sin experimentar ningún incidente ni accidente, pero lamentablemente esa no siempre es la realidad. Los accidentes suceden y, cuando esto pasa, pocas personas tienen la suerte de salir completamente ilesas física, mental o emocionalmente.
Estar involucrado en un suceso traumático puede afectar a todos: profesionales de buceo o buzos de rescate que realizan un rescate, proveedores no profesionales que ayudan con las maniobras de RCP y los primeros auxilios y compañeros de buceo o espectadores. Las personas pueden recuperarse de un evento con el tiempo y descubrir que solo han tenido mínimos efectos a largo plazo. Para algunos, el trauma se desvanece, pero aún puede producir reacciones, pensamientos y sentimientos fuertes pero transitorios al recordarlo.
Un incidente grave, prolongado o que pone en peligro la vida puede provocar que algunas personas tengan efectos que pueden durar meses o años. Cuando síntomas específicos duran al menos un mes, los médicos clínicos pueden diagnosticar un trastorno de estrés postraumático (TEPT). De acuerdo con el Centro Nacional de TEPT (National Center for PTSD), aproximadamente la mitad de toda la población adulta de Estados Unidos experimentará al menos un evento traumático, y alrededor del 6 por ciento desarrollará un TEPT.
Ya sea que el trauma cause sentimientos y pensamientos transitorios o un caso diagnosticado de TEPT, hay dos maneras generales de ayudar a lidiar con él: una informal y otra formal.
Los métodos informales incluyen actividades como salir a almorzar o tomar una taza de café con un compañero de buceo, un familiar o alguien involucrado en el evento y hablar con ellos sobre el incidente. Estas conversaciones a menudo ayudan a alguien a procesar el evento y puede ser todo lo que necesita para resolver los efectos. Si es la persona que está escuchando, puede ayudar si evita interrumpir o dar ejemplos de sus propias experiencias. Cuando el momento sea adecuado, podrá reconocer su angustia con frases como: “es muy difícil pasar por algo como eso” o “este es un momento tan duro para ti”.
La cuestión más importante que debe recordar es que la forma en que obtenemos apoyo de otras personas puede ser muy diferente. Haga lo mejor que pueda para ser el oyente que el individuo necesita.
La autoayuda es especialmente importante. Está bien no estar bien y reconocerlo es el primer paso para mejorar. Tener una dieta saludable, consumir comidas bien balanceadas, mantenerse hidratado y hacer ejercicio puede ser de gran ayuda. Reducir el consumo de cafeína, alcohol y otras sustancias de venta libre también puede ser provechoso. Descansar mucho es saludable; algunas personas pueden beneficiarse de desarrollar o mantener al menos una actividad determinada cada día, como, por ejemplo, un pasatiempo.
A veces las personas necesitan una estructura más formal de orientación individual o de grupo con un terapeuta o clínico con licencia. La orientación formal puede ser por una o dos sesiones o prolongarse en el tiempo.
Los primeros auxilios psicológicos (PAP) son un paso intermedio en algunos casos. Al igual que los primeros auxilios estándar, los PAP proporcionan una intervención inicial para reducir el sufrimiento inmediato y determinar la necesidad de atención adicional. Hay varios programas disponibles, como el modelo RAPID, que fue desarrollado por George S. Everly Jr., PhD, en la Universidad Johns Hopkins (Johns Hopkins University), o el programa Critical Incident Stress Management (CISM) (Manejo del estrés por incidentes críticos), creado por Jeffrey T. Mitchell, PhD, de la Universidad de Maryland (University of Maryland).
El modelo RAPID (del inglés “reflective listening, assessment of needs, prioritization, intervention, and disposition”, o reflexión sobre lo que escuchamos, evaluación de las necesidades, priorización, intervención y estado de ánimo) permite a los rescatistas, incluso aquellos sin capacitación en salud mental, ayudar con la administración de PAP. Se centra en cumplir con los siguientes cinco pasos al interactuar con un individuo afectado:
- Construir una relación con el individuo mediante una reflexión sobre los que escuchamos.
- Evaluar las reacciones cognitivas, emocionales, conductuales, fisiológicas y espirituales del individuo para determinar el grado del efecto del incidente.
- Priorizar a los individuos más afectados.
- Ejecutar el proceso de intervención para aquellos que lo necesiten.
- Analizar el estado de ánimo del individuo y la eficacia general de la intervención.
Otro componente crucial es comprender que cuando un proveedor no profesional no puede manejar y mitigar las reacciones alarmantes, es imprescindible poner al individuo en contacto con un nivel de atención más alto.
El CISM es una sesión de grupos pequeños propiciada por un clínico capacitado y un colega. En un entorno de buceo, el colega puede ser un profesional de buceo que aporta su experiencia en relación con el evento, mientras que el experto en CISM dirige el proceso informativo. El objetivo principal es proporcionar algunos PAP que fortalezcan a las personas involucradas en un incidente mediante la mejora de la resistencia frente a situaciones estresantes, el desarrollo de resiliencia y la agilización de la recuperación.
La sesión de CISM debe ser un grupo pequeño de personas involucradas en el incidente grave y que no participen actualmente en esfuerzos de respuesta. Todos los participantes deben estar psicológicamente listos para el repaso, y no fatigados. La sesión tiene lugar entre 24 y 72 horas después del incidente y cuando todo el trabajo relacionado, incluso la limpieza y documentación, haya finalizado.
Independientemente de qué método experimente para lidiar con los efectos de estar involucrado en un incidente traumático, o presenciar uno, pedir ayuda es un paso fundamental. No debe sentir vergüenza al pedir ayudar y comunicar sus necesidades después de un evento traumático. Esto lo ayudará a lidiar con el trauma psicológico y regresar a las actividades normales, incluido el buceo.
© Alert Diver - Q4 2022