CUANDO COMENCÉ A BUCEAR, me enamoré de los coloridos arrecifes de coral y la vida marina. Si me hubieran dicho que algún día la Antártida se convertiría en mi destino favorito, probablemente me habría reído y habría dicho que nunca bucearía en aguas tan frías ni en un lugar tan lejano. Décadas más tarde finalmente tuve la oportunidad de embarcarme en lo que erróneamente creí sería un viaje de una vez en la vida. Después de visitar el continente blanco tres veces, he contraído la muy real fiebre polar y he planificado al menos cinco expediciones más allí.
Es difícil expresar en palabras qué se siente al visitar la Antártida, pero afortunadamente soy fotógrafa. Viajar allí es como visitar otro planeta. El lugar tiene algo sobrenatural, y es diferente a cualquier otro destino. Imagine un lugar donde no hay personas, la vida silvestre no le tiene miedo y está rodeado del paisaje más impresionante. Eso es la Antártida.
La Antártida es el continente menos explorado del planeta. Con una superficie de más de 13.985.936 km cuadrados (5,4 millones de millas cuadradas), tiene aproximadamente el doble del tamaño de Australia y se conoce como el desierto más grande de la Tierra, con el 90 por ciento del hielo del mundo que cubre el continente. Las condiciones remotas y adversas han hecho que la exploración polar en el lugar sean un desafío durante cientos de años.
La Antártida no pertenece a nadie, no es un país, y no está gobernada como uno. En 1959, 12 países firmaron el Tratado Antártico, y actualmente hay 54 países que lo respetan. No hay residentes permanentes, pero siete naciones —Argentina, Australia, Chile, Francia, Nueva Zelandia, Noruega y el Reino Unido— han reclamado partes del continente. Muchos otros países, incluido Estados Unidos, no han reclamado territorio, pero tienen estaciones de investigación científica permanentes en el lugar.
Siguiendo los pasos de grandes exploradores polares como Sir Ernest Shackleton y Sir James Clark Ross, partimos hacia el continente blanco. Incluso con nuestros robustos barcos y nuestra moderna tecnología, aun así puede ser una travesía estresante. La mejor época para visitarlo es entre noviembre y marzo. Cada mes ofrece algo especial, un motivo más para volver una y otra vez. Durante estos meses, las temperaturas pueden oscilar entre -6,6 °C y 4,4 °C (20 °F y 40 °F) en la península Antártica; por lo tanto, si bien hace mucho más frío en el interior, algunas áreas no son tan extremas como se cree.
La ruta más cercana hacia la Antártida supone abordar un buque de expedición en Ushuaia, Argentina, en el extremo sur de América del Sur, y navegar por el pasaje de Drake hacia la península Antártica. Existen muchos itinerarios y rutas, pero cruzar el pasaje de Drake puede ser una experiencia deportiva. En mis tres viajes anteriores, durante el cruce de dos días experimenté el pasaje de Drake turbulento como un “batido” (del inglés “Drake Shake”) y el más tranquilo como un “lago” (del inglés “Drake lake”). En mi primer viaje tuvimos mares de 9 metros (30 pies) en ambas direcciones, pero en el segundo cruce apenas alcanzaron los 1,8 metros (6 pies), lo que fue agradable. En mi viaje más reciente a principios de 2022, las aguas llegaron a los 7,6 metros (25 pies) a la ida y a los 4,6 metros (15 pies) al regreso, lo que no fue malo. Los buques tienen buenos estabilizadores, especialmente los buques más nuevos, por lo que los mareos no han sido un problema para mí. Aún me resulta impresionante ver grandes olas rompiendo sobre la proa y me pregunto cómo los exploradores polares soportaban estas condiciones hace 100 o 200 años.
El buceo está limitado a aproximadamente 18 metros (60 pies) debido a la falta de apoyo y cámaras hiperbáricas en esta área remota. Es necesario usar un traje seco junto con prendas interiores térmicas, guantes secos y una capucha de, al menos, 7 mm.
Al acercarse a las Islas Shetland del Sur, el mar está tranquilo. El clima puede ser soleado, gris, brumoso con nieve o una mezcla de todo esto en el transcurso de una hora. Al llegar a la península, pasará junto a cientos de icebergs donde pingüinos hacen guardia a medida que el buque avanza. También verá diferentes tipos de focas sobre el hielo, y todos los días hay avistamientos de ballenas jorobadas y Minke. A veces las ballenas están tan cerca que el buque debe detenerse cuando salen a la superficie y se alimentan con redes de burbujas al lado del buque. Un día observamos este increíble comportamiento por más de una hora, y el buque no molestó a las ballenas para nada.
Algunos lugares memorables que se debe visitar son el canal Lemaire (Lemaire Channel), la isla Danco (Danco Island), la bahía Paraíso (Paradise Bay) y puerto Neko (Neko Harbor). En muchos viajes también se puede visitar islas cercanas, como la isla Decepción, la isla Georgia del Sur, las islas Malvinas e incluso la isla Elefante, que recibió su nombre por su forma de cabeza de elefante y su población de elefantes marinos. Esta isla también es donde Shackleton y su tripulación desembarcaron ilustremente después de que el hielo del mar de Weddell destruyera su barco Resistencia. Adicionalmente, una expedición descubrió el naufragio del Resistencia a una profundidad de más de 3.048 metros (10.000 pies) en marzo de este año. Es un descubrimiento increíble, y el barco está extraordinariamente intacto incluso después de 107 años.
Las islas y el hielo tienen abundante vida marina diversa. Podrá disfrutar de vistas espectaculares de enormes glaciares con vetas de color azul aguamarina y verde azulado que los atraviesan, y las texturas del hielo están en constante cambio. Cuando sale el sol, el hielo destella como los diamantes y el agua se asemeja al mar azul del Caribe pese a que está helada. El sol puede desaparecer, y amenazantes nubes grises o niebla pueden cambiar el ambiente por completo y darle a todo un tono monocromático hasta que se ve lo que hay debajo de la superficie.
Es común bucear con un solo tanque con una válvula en H y tener dos primeras etapas en caso de un flujo continuo en agua fría. El buceo está limitado a aproximadamente 18 metros (60 pies) debido a la falta de apoyo y cámaras hiperbáricas en esta área remota. Es necesario usar un traje seco junto con prendas interiores térmicas, guantes secos y una capucha de, al menos, 7 mm. He hecho la mayoría de mis viajes polares sin ropa interior climatizada, pero vale la pena la inversión si siente frío con facilidad. Todos los buceos se hacen desde botes inflables de casco rígido (RIB, por sus siglas en inglés) que normalmente llevan a unos seis buzos a la vez.
Esto se considera buceo de expedición, por lo que, en lo que respecta a la seguridad, recomiendo tener algo de experiencia en buceo en agua fría junto con el requisito mínimo de 40 buceos con traje seco. Lo mejor antes de un gran viaje como este es bucear lo más que pueda con un traje seco y que se acostumbre al volumen si no bucea en agua fría habitualmente. Sus buceos serán mucho mejores si se siente cómodo con el equipo.
El buceo de expedición también puede suponer ir a lugares donde nadie haya ido, por lo que el divemaster no podrá decirle demasiado acerca de esos lugares; podrá explorarlos usted mismo. Los puntos pueden ser paredes llenas de kelp verde y rojo con criaturas macro o cementerios de huesos de ballena producto de la caza de ballenas de principios del 1900. Los icebergs ofrecen puntos de buceo únicos porque están en constante cambio.
Un divemaster con experiencia en buceo polar elegirá el iceberg adecuado donde bucear —en general uno que esté bien cimentado y sin grandes salientes—. Las salientes son peligrosas porque pueden desprenderse y lesionar a los buzos o provocar que el iceberg se voltee repentinamente. Los mejores icebergs para bucear tienen la superficie plana o redondeada y están cimentados para que no puedan moverse. El hielo es extremadamente dinámico, por lo que debe tener cuidado cerca de él.
Las islas y el hielo tienen abundante vida marina diversa. Podrá disfrutar de vistas espectaculares de enormes glaciares con vetas de color azul aguamarina y verde azulado que los atraviesan, y las texturas del hielo están en constante cambio. Cuando sale el sol, el hielo destella como los diamantes y el agua se asemeja al mar azul del Caribe pese a que está helada.
Cuando desciende por la pared blanca y helada, resplandece y se ve translúcida a la luz. La superficie es resbaladiza y fría con hendiduras causadas por el deshielo, lo que recuerda a una pelota de golf gigante. Disfruto de pasar la mano por la superficie y sentir el hielo resbaladizo. Pienso en estar en el fondo de un iceberg, en el fondo del planeta, y cómo nunca anticipé bucear en un lugar como este. Es posible que sea la única persona en bucear en ese iceberg. Los icebergs se transforman a medida que se derriten, se rompen, se voltean o se fusionan al congelarse, por lo que probablemente nunca vea el mismo dos veces.
El hielo puede ser difícil de fotografiar. Es blanco brillante, y el agua dulce que se derrite lentamente y se mezcla con el agua salada crea una haloclina borrosa alrededor del iceberg. Las haloclinas también crean un desafío para la flotabilidad. Si logra ajustar su flotabilidad y nada más cerca del iceberg, donde se encuentra el agua dulce, podrá sentir cómo desciende algunos metros repentinamente. Este cambio en la densidad del agua es algo que se debe tener en cuenta al bucear en torno a hielo e intentar fotografiarlo. A medida que los icebergs se derriten, también liberan pequeñas burbujas que pueden adherirse a la cubierta tipo domo de un fotógrafo, por lo que debe continuar quitándolas o alejarse 2 o 3 metros (7 a 10 pies) hacia el agua salada, donde podrá obtener imágenes más nítidas.
No es necesario ser buzo para disfrutar del agua en la Antártida. El snorkel es fantástico alrededor de los icebergs, donde se pueden ver pingüinos y focas. Hay varias especies de focas: de Weddell, cangrejeras, leopardo y lobos marinos. Durante mi primer viaje, lo que más quería era estar en el agua con focas leopardo, uno de los grandes depredadores de la Antártida. Vimos varias descansando sobre icebergs, y una tarde, mientras caminaba por la costa rocosa con agua hasta la cintura, vi que una sombra grande y oscura se me acercaba. Inmediatamente puse mi cámara frente a ella y comencé a disparar. En ese momento no tenía la máscara puesta, pero creía que el animal era una foca leopardo. Cuando revisé las imágenes, vi que era una foca cangrejera grande, lo que también fue realmente fantástico. Se acercó a la cámara y me miró varias veces antes de alejarse nadando. Ese año me fui de la Antártida sabiendo que debía regresar para ver una foca leopardo bajo el agua.
Una foca cangrejera se acerca en agua con una profundidad hasta la cintura cerca de la costa. Realmente no comen cangrejos, sino que se alimentan del kril que filtran a través de sus singulares dientes lobulados.
La persistencia da frutos: en mis últimas dos visitas he tenido encuentros maravillosos con focas leopardo por más de una hora en el agua cada vez. El primer encuentro fue cerca del final del viaje que hice en 2020. Estábamos buceando en un iceberg, pero salí a la superficie antes por una pequeña filtración en mi traje seco. El resto de los buzos que estaban conmigo salieron a la superficie 10 minutos después, y cuando estábamos en el RIB, escuchamos en la radio que el grupo de snorkel estaba en el agua con una foca leopardo. Rápidamente saqué mi snorkel del bolsillo (un snorkel plegable es una gran inversión para un viaje a la Antártida) y me puse las aletas mientras navegábamos hasta el lugar donde estaba el grupo de snorkel. El agua estaba llena de restos de hielo —trozos del tamaño de balones de playa— así que ingresé con cuidado y aleteé torpemente, pensando que solo vería a la foca pasar una o dos veces, si tenía suerte. No tenía idea de que estaría en el agua con ella por casi 90 minutos.
Cuando pasó a toda velocidad junto a mí por primera vez, pude ver cómo me miraba y probablemente se preguntaba por este extraño animal. La foca tenía aproximadamente 2 metros (7 pies) de largo, era muy elegante y similar a una serpiente. Era difícil para mí girar para poder seguirla con la mirada mientras se movía rápidamente por el agua. El hielo me golpeaba en la cabeza, y yo pateaba hielo, pensando que había pateado a otro buzo accidentalmente. No fue algo muy agraciado, pero fue una de las tres mejores experiencias bajo el agua de mi vida.
La foca se ubicó nariz con nariz con mi domo —tan cerca que podía ver el pelo de su hocico y sus bigotes—. Me alejé de las otras personas que hacían snorkel y me ubiqué cerca de un iceberg, con la esperanza de que la foca nadara frente a la escena que había montado. Finalmente vino hacia mí con una sonrisita siniestra, y pude capturar la imagen que quería. La madre naturaleza fue buena con nosotros ese día: el mar de trocitos de hielo de iceberg era increíble, el agua era cristalina y las condiciones no podrían haber sido mejores.
No pensé que podría tener otra experiencia como esa, pero sí la tuve. Hace algunos meses, en nuestro primer día de buceo, vimos una foca leopardo descansando sobre un iceberg. Queríamos pasar junto a ella para verla de camino a nuestro punto de buceo, pero cuando empezamos a detenernos, vimos otra foca que se desplazaba bajo el agua. Cuando el divemaster preguntó si nos gustaría ingresar al agua con ella, yo ya estaba sacando mi snorkel y estaba lista para comenzar. Esta foca era más grande que la primera y pasaba junto a nosotros a toda velocidad, investigando a todos atentamente. Me sorprendió que se quedara con nosotros por tanto tiempo y que no se alejara.
Con todo respeto la dejamos que se acercara e intentamos no acorralarla ni cercarla. Las focas leopardo tienen la boca llena de dientes y pueden abrir la mandíbula a casi 180 grados. Son cazadoras y se alimentan de otras focas, pingüinos, tiburones y calamares. Pueden ser peligrosas para los humanos, y muchos buzos que navegan en RIB cuentan historias de terror sobre una foca leopardo que perforó sus tubos y mordió el bote. Debe tratarlas, como a cualquier otro animal salvaje, con cuidado y respeto. No hay nada mejor como fotógrafa que poder documentar y capturar los comportamientos únicos de un animal que es misterioso y posiblemente incomprendido. Nunca olvidaré estas experiencias.
También podrá ver —y oler— millones de pingüinos. Sí, se los puede oler antes de ver las colonias. En el continente solo hay pingüinos emperador y de Adelia, pero hay otros que se reproducen en la península. Se puede ver pingüinos juanito, que son los terceros más grandes y los más veloces en el agua —pueden nadar a una velocidad de hasta 35 km/h (22 mph)—. Son muy curiosos en tierra y caminarán tambaleándose, lo mirarán y, a veces, picotearán los cierres de sus pantalones o investigarán la bolsa de su cámara. Los pingüinos son aves pequeñas y determinadas que construyen nidos de piedras y trepan paredes de roca o acantilados cubiertos de hielo para anidar. La región tiene aproximadamente 20 millones de parejas de pingüinos reproductores. Las crías de pingüinos de Adelia nacen en diciembre, por lo que podrá verlos crecer y abandonar el nido si visita la Antártida después de esa época.
Es agradable sentarse sobre las rocas y ver a los pingüinos pasar, observar sus comportamientos y verlos recorrer los senderos de pingüinos hacia y desde el agua. Saltan sobre icebergs, y desde ellos, y se desplazan a toda velocidad como torpedos en aguas poco profundas. Son veloces y elegantes en el agua, pero torpes en tierra. Brincan sobre las rocas y caen sobre su cara, pero se sacuden y continúan su marcha.
Son ruidosos y llaman a sus parejas y crías. A veces se puede ver peleas de pingüinos o crías persiguiendo a uno de sus padres para conseguir comida. Podrá observar a los padres alimentando a las crías hasta que puedan nadar. Los pingüinos no les tienen miedo a los humanos en tierra, y es maravilloso estar cerca de vida silvestre que no tiene nada de miedo. Son muy prudentes si hay un individuo haciendo snorkel cerca de la playa porque pueden confundirlo con una foca leopardo depredadora.
Además de buceo, la Antártida ofrece aventura y exploración en la superficie. Navegar en RIB es una excelente manera para los fotógrafos de ver una gran cantidad de vida silvestre, así como también imágenes pintorescas de icebergs y glaciares. Los pingüinos saltan junto al bote en todas direcciones, y siempre existe una posibilidad de que una ballena jorobada salga a la superficie cerca de allí. Durante una excursión, mientras nos acercábamos a un impresionante iceberg azul brillante, aproximadamente dos docenas de focas cangrejeras salieron a la superficie y comenzaron a nadar alrededor de nosotros, y luego pingüinos empezaron a saltar por todas partes. No sabía a dónde apuntar mi cámara, y mi cerebro estaba desbordado de alegría. Con la gran cantidad de oportunidades para capturar fotografías y videos que tiene para ofrecer, la Antártida es un paraíso para los fotógrafos.
La mayoría de los buques de expedición también ofrecen canotaje y camping. Nunca he acampado allí, pero el canotaje le permite moverse silenciosamente por el hielo y ver vida silvestre. El camping es una experiencia única que requiere un registro anticipado. También se puede disfrutar de un chapuzón polar, pero yo solo me animo a hacerlo con mi traje seco.
Cada vez que parto y veo ese último iceberg desaparecer detrás de un velo de niebla gris, planifico mi regreso a este lugar mágico. A veces me pregunto si regresar podría ser tan bueno como la primera expedición, pero he comprobado que cada visita es mejor que la última.
La Antártida me inspira, y la idea de que desaparezca o que cambie me aterra. Este lugar remoto en el fin del mundo es frágil, y el Tratado Antártico debe renovarse en 26 años. Eso puede parecer mucho tiempo, pero el tratado fue creado para que generaciones futuras como la mía pudieran experimentar la Antártida, y quiero verla protegida para próximas generaciones. La mejor manera de hacer eso es a través de la educación y la inspiración.
Solía pensar que la Antártida estaba lejos, pero no está tan lejos. Es espectacular pero delicada. Espero que sienta el deseo de aprender más o incluso visite el continente blanco usted mismo.
Cómo bucear en este lugar
Condiciones: la mejor época para ir es de noviembre a marzo. Las temperaturas del aire oscilan entre -6,6 °C y 1,6 °C (20 °F y 35 °F), y las temperaturas del agua oscilan entre -1,6 °C y 1,6 °C (29 °F y 35 °F). Si bien hay muchos operadores turísticos, expertos en buceo polar experimentados ofrecen solo algunos viajes de buceo cada año. Los buzos deben tener una certificación de buceo con traje seco y haber registrado al menos 40 buceos con traje seco. La profundidad máxima para el buceo es de 18 metros (60 pies). Para hacer snorkel no es necesario tener experiencia.
Consejos fotográficos: conserve una cámara con usted a bordo de la embarcación para aprovechar las oportunidades para capturar vida silvestre, utilice buen calzado en el barco y siempre tenga su abrigo. Cuanto más tiempo pase afuera en la cubierta o en un RIB, tendrá más oportunidades de divisar vida silvestre o maravillosos paisajes. Lleve dos cámaras si tiene pensado tomar fotografías tanto bajo el agua como en la superficie para no tener que sacar una cámara de su caja estanca. No obstante, no pase el viaje mirando a través de un visor. Recuerde mirar todo con sus propios ojos y recuérdelo para usted mismo.
Explore más
Vea más del viaje a la Antártida de Becky Kagan Schott en estos videos.
© Alert Diver - Q2 2022