En noviembre de 2022 estaba buceando en el naufragio del HMHS Letitia en el puerto de Halifax, Nueva Escocia, una de las provincias marítimas de Canadá. El buque hospital británico, que yace cerca de una colonia de focas grises, quedó encallado y se hundió en 1917 mientras regresaba de Liverpool, Inglaterra, con soldados canadienses heridos. Letitia naufragio en el puerto de Halifax, Nueva Escocia, una de las provincias marítimas de Canadá. El buque hospital británico, que se encuentra cerca de una colonia de focas grises, encalló y se hundió en 1917 cuando regresaba de Liverpool, Inglaterra, con soldados canadienses heridos.
Unos minutos después de iniciar nuestro ascenso desde el naufragio, vi una cola gigante similar al atún sobre mi hombro a unos 6 metros (20 pies) de distancia. Antes de poder determinar qué era, la cola había desaparecido. Cuando volví a verla, nadando por el fondo, reconocí de inmediato la cola de un tiburón blanco antes de que volviera a desaparecer. Agité los brazos para hacerle señas a mi compañero sin apartar la mirada del lugar donde había estado el animal.
El tiburón volvió a aparecer segundos más tarde a mi derecha, examinándonos más de cerca. Había regresado hacia la costa, una estrategia de caza de focas para cortar la retirada. No había duda de que era un tiburón blanco —la forma de la cabeza, el cuerpo fornido, el pedúnculo caudal ancho y que se estrechaba gradualmente, la cola larga y el color a contratono dorsal oscuro a blanco lo distinguían de los tiburones mako o cailón similares pero más pequeños—. Con la boca ligeramente abierta, el tiburón de 3,4 metros (11 pies) se desplazó de forma lenta y deliberada junto a nosotros una vez más y luego desapareció.
El corazón me latía con fuerza, estaba sorprendido y no podía creer que un tiburón blanco pasara tan cerca de nosotros al final de la temporada en el puerto de Halifax. Empecé a golpear mi tanque con la linterna para atraer la atención de mi compañero sin dejar de girar la cabeza, esperando la llegada del tiburón.


Apareció una tercera vez por la ladera y en el límite de mi visibilidad a aproximadamente 9 metros (30 pies) de distancia. Nos había rodeado y había regresado desde la misma dirección y mi compañero finalmente pudo verlo. Estábamos en aguas turbias con un tiburón blanco perseverante que había pasado tres veces y nos encontrábamos a solo 1,6 kilómetros (una milla) de una colonia donde regularmente veíamos focas grises muertas a las que les faltaban trozos de 9 kilogramos (20 libras) de carne de sus costados y lomos. Nos pegamos al lecho marino y nos arrastramos por el fondo de regreso a la línea de ascenso.
Cuando llegamos al ancla, nuestro modo de supervivencia se activó. Estaríamos vulnerables durante el ascenso y mientras nuestra silueta se proyectara en la superficie antes de subir a la embarcación. No habría parada de seguridad; nos dirigimos directamente a la superficie para salir tan rápido como fuera posible.
Cuando llegamos a la escalera de buceo, mi compañero salió trabajosamente, mientras yo me encontraba en el agua y le pedía que se moviera más rápido. Esos últimos minutos junto a la embarcación se sintieron como los más largos de mi vida, ya que sentía una presión intensa y aplastante en la parte inferior del cuerpo y las piernas. Finalmente, me desplomé en la cubierta de manera completamente desgarbada.
Después de 60 años de nadar en las aguas de Nueva Escocia, mi error fue pensar que mediados de noviembre era demasiado tarde para que hubiera tiburones blancos presentes cerca de la costa. No obstante, no debería haber sido una sorpresa que los tiburones siguieran señales ambientales y no calendarios. El agua estaba inusualmente cálida —12 °C (54 °F)—, y las focas abundaban en los alrededores.


Presencia de Tiburones Blancos
A mi entender, el nuestro fue el primer encuentro de buzos de aguas abiertas con un tiburón blanco en Canadá. Sabía que los tiburones blancos estaban presentes en cantidades cada vez mayores, ya que había filmado a los tiburones desde una jaula conjuntamente con Tell Tale Productions, una productora de documentales de Halifax. Habíamos viajado por la costa este de Nueva Escocia para filmar a esta especie bajo el agua por primera vez en Canadá.
Encontrar y atraer a 42 tiburones diferentes a lo largo de cuatro años fue sorprendentemente sencillo. En una jornada memorable vimos siete tiburones blancos, incluso uno que medía 1,4 metros (4,5 pies) de largo, el más joven ese año. La mayoría de los tiburones eran jóvenes de menos de 3 metros (10 pies) de largo.
Después de obtener un permiso federal de la Ley de especies en riesgo (Species at Risk Act), utilizamos cabezas de atún, drones, cámaras telescópicas, cámaras de transmisión remota, un sonar de haz amplio Gemini y a mí en una jaula para filmarlos desde una embarcación anclada bien lejos de otros humanos. Las primeras imágenes submarinas de esta especie en Canadá fueron la ilustración de la contraportada de mi guía de 2022, Maritime Marine Life(Vida marina de las provincias marítimas), y el esfuerzo general dio lugar al primer documental de la Semana de los tiburones (Shark Week) de Discovery USA filmado en Canadá, Great White North El Gran Norte Blanco, en 2024.


Aumento de la Población
La investigación ha revelado que el impacto más significativo en los tiburones blancos en el noroeste del Atlántico después de la Segunda Guerra Mundial fueron los pescadores de trofeos de Nueva Inglaterra que los capturaban, quienes extraían los animales más fértiles. Si bien esta práctica ya no está permitida, el daño a una especie longeva y de crecimiento lento ya estaba hecho, y las estimaciones de población precisas siguen siendo desconocidas.
En 2018, un destacado investigador canadiense proporcionó una estimación de la totalidad de la población de tiburones blancos del noroeste del Atlántico de 500 animales. Estudios de telemetría recientes realizados por Greg Skomal, PhD, muestran una población de al menos 800 individuos cerca de Cabo Cod, Massachusetts. Varios miles de tiburones blancos es una conjetura razonable para todo el Atlántico Norte. Al parecer muchos tiburones hacen una migración estacional en dirección norte hacia las aguas canadienses repletas de focas, y llegan hasta el golfo de San Lorenzo y Terranova para alimentarse.
La Coexistencia de Humanos y Tiburones
La evidencia sugiere que los tiburones blancos tienen cerebros especiales con receptores muy fuertes y enormes lóbulos y tractos olfatorios, acústicos y ópticos. Al igual que la mayoría de las especies de tiburones, no son tan fuertes en lo que se refiere al procesamiento de información. Si bien es posible que menos humanos estén viendo a los tiburones blancos como depredadores peligrosos, aún debemos comprender la forma en que sus cerebros rigen su comportamiento.
Los tiburones blancos han evolucionado a lo largo de 30 millones de años como depredadores de emboscada de mamíferos. No podemos pretender que usen un segmento cerebral de procesamiento central del tamaño de una nuez para distinguir a buzos de focas mientras se abalanzan en condiciones de mala visibilidad durante un ataque de lleno. En los últimos cinco años, mis observaciones de campo con cámaras remotas para contemplar a poblaciones de tiburones ingenuos con respecto a la presencia de humanos han revelado que no hay dos animales que se comporten de la misma manera al acercarse a su alimento. Hay tiburones audaces de 3 metros (10 pies), a menudo cubiertos de cicatrices de rasguños de focas, que se abalanzan y atrapan carnadas. También he visto tiburones cautos menos maltratados pasar 20 minutos haciendo docenas de pasadas y círculos cada vez menores antes de chocar lentamente y luego mordisquear con cuidado un cebo suspendido.
Compartir la zona cerca de la costa en las provincias marítimas de Canadá y noreste de los Estados Unidos con tiburones blancos en el futuro próximo es una nueva situación para los habitantes locales. Después de un grave ataque a un nadador en Nueva Escocia en 2021 y una muerte sin precedentes en Maine en 2020, las personas están intentando desarrollar un mejor sentido de cómo interactuar con un poderoso depredador del océano en aguas donde antes no era necesario proceder con cautela.
Con el extenso suministro de alimentos en el Atlántico norte y el calentamiento de las aguas en otros lugares, los tiburones blancos están aquí para quedarse. Las personas que pasan tiempo en el océano —surfistas, nadadores, kayakistas, usuarios de tablas de remo y buzos— ahora están en un entorno de tiburones blancos. Si bien el riesgo de tener un encuentro es bajo, no es inexistente.
Tener conciencia de la situación es crucial para compartir las aguas con tiburones blancos, y debemos estar atentos y reaccionar de manera apropiada. Además de todos los demás tópicos de seguridad trillados frente a la presencia de tiburones, también debe prestar mucha atención a la vida marina que esté a su alrededor. Si las focas se comportan de forma inusual —como, por ejemplo, si escalan acantilados verticales para salir del mar, se suben a su embarcación o su tabla de surf o nadan donde no lo hacen habitualmente, como hacia la costa desde una rompiente— vaya a alguna otra parte. Si hay focas, es más seguro permanecer completamente fuera del agua, en especial si su vestimenta hace que se parezca a ellas. Encontrar estas áreas más seguras es un gran desafío en las aguas turbias de las provincias marítimas canadienses, donde hay miles de focas grises.
Tras leer un reciente relato de un momento memorable de un buzo experimentado —su alegría al ver un tiburón blanco durante un buceo cerca de la Isla Catalina en California— espero poder compartir su entusiasmo contagioso. La descripción del buzo hizo que la presencia del tiburón pareciera sumamente poética al destacar su belleza elegante y mortal mientras se desplazaba sigilosamente.
La realidad de mi encuentro fue que me sentí acosado de una forma que no había experimentado en el pasado en cientos de encuentros con tiburones a lo largo de 47 años de investigación, más de 50 documentales cinematográficos bajo el agua y más de 3.000 buceos. No estaba mentalmente preparado para el encuentro en aquel día a comienzos del invierno, pero los cambios en nuestro ecosistema implican que podremos esperar encontrarnos con tiburones blancos donde no ha sucedido en el pasado.
Explore Más
Obtenga más información sobre El Gran Norte Blanco en estos videos.
© Alert Diver – Q1 2025