¿Cuándo empezó a bucear?
Obtuve mi certificación en 1992 en la Gran Barrera de Coral en Queensland, Australia. Durante los cinco años siguientes buceé en Turquía, Tailandia y en los naufragios de Scapa Flow en las islas Orcadas, Escocia —por todas partes—. En 1997 hice la capacitación de instructor en Bass Lake en Sudáfrica y luego comencé a enseñar en Gales, donde vivía. Mi esposa y yo nos mudamos a Australia Occidental en 1999 y abrí un centro de capacitación para buzos en la concesionaria de barcos local. La vida fue bastante buena por algunos años, y emití más de 500 certificaciones, desde buceo básico en aguas abiertas hasta buceo técnico de descompresión.
Allí las cosas estaban muy tranquilas durante el invierno, así que volví a la universidad y obtuve una licenciatura en capacitación y desarrollo. Después de eso, pase otros dos años investigando los accidentes de buceo mientras estudiaba para obtener mi máster en salud pública. Luego cerré el negocio de buceo para concentrarme en la investigación de buceo, y por aquél entonces comencé a bucear en cuevas.
¿Dónde hizo su doctorado?
En 2005 le pregunté al difunto Richard Vann, Ph.D., si podía trabajar en mi doctorado con él, pero quería quedarme en la Universidad de Australia Occidental (University of Western Australia, UWA) Después de analizarlo un poco, decidió que dividir mi programa entre dos universidades no iba a funcionar, así que en 2006 comencé en la UWA. En 2007, Vann me invitó a postularme para una pasantía de DAN. Mi solicitud fue aceptada, y él me recogió en el aeropuerto a finales de mayo.
Ese año éramos bastantes pasantes, y todos nos capacitamos para reunir datos para el proyecto Project Dive Exploration (PDE). Después de una semana, los demás volaron a diversos destinos de buceo, y yo me quedé en DAN con Erin de Carolina del Sur y Alex de Colorado. Trabajábamos en proyectos en la oficina de DAN o la Universidad Duke (Duke University) durante la semana e íbamos a bucear el fin de semana. Ese verano, Alex y yo hicimos 135 buceos en seis estados. Nuestro primer estudio de observación mostró que los límites de no descompresión en los manuales del usuario de las computadoras de buceo no eran una guía confiable por lo conservadoras que probablemente serían las computadoras para el buceo en lagos a grandes altitudes.
¿Qué hizo una vez que finalizó la pasantía?
Regresé a Australia Occidental y continué reuniendo datos para el proyecto PDE —más de 1.500 perfiles de buceo en total—. Mientras tanto, buceé, normalmente en cuevas, y luego finalicé mi doctorado y presenté mis hallazgos en la reunión de la Sociedad Europea de Medicina Subacuática e Hiperbárica (European Underwater and Baromedical Society, EUBS) en Estambul, Turquía. El profesor e investigador de buceo noruego Alf Brubakk, M.D., Ph.D., fue uno de mis examinadores, y presidió la sesión matutina antes de que yo presentara mis resultados. Estaba nervioso, pero un mes más tarde me enteré de que había aprobado mi tesis con solo unas pocas correcciones.
Para ese entonces había obtenido mi certificación para bucear con Trimix con niveles de oxígeno bajos (Trimix hipóxico), que usaba para bucear en cuevas muy profundas. Pasé los siguientes dos años buceando en minas en Suecia, buceando en pozos en cuevas de Polonia y explorando las gigantes cuevas llenas de agua 91 metros (300 pies) debajo de la llanura de Nullarbor, una inmensa meseta de piedra caliza en la costa sur de Australia Central. Allí es donde buceo en la actualidad.
¿Cómo terminó en Europa?
Después de finalizar mi doctorado, me preguntaba qué hacer a continuación cuando recibí un mensaje de correo electrónico donde me invitaban a postularme para una beca posdoctoral de dos años en investigación de descompresión como parte del proyecto Physiopathology of Decompression (PHYPODE) (Fisiopatología de la descompresión) en la Université de Bretagne Occidentale en Francia. El día de Navidad de 2012, mi esposa y yo llegamos a Brest, Francia. La universidad no reabriría hasta el 4 de enero, lo que nos daba dos semanas para explorar.
En mi primer día, caminé al trabajo con un diccionario de bolsillo francés-inglés en mi poder, contando mis pasos a lo largo del camino. “Une, deux, trois”. Para cuando llegué al trabajo, podía contar en francés.
¿Qué estaba haciendo allí?
El trabajo era fascinante, y trabajar para François Guerrero, Ph.D., era un placer y muy demandante. Nos alentaba para a aspirar a más, presentar nuestros resultados a mejores publicaciones y aprovechar al máximo cada oportunidad que se nos presentara. Fui mentor de tres estudiantes de doctorado —uno que investigaba células cultivadas, otro que descomprimía ratas y otro que usaba sujetos humanos—. Además de ayudarlos, yo analizaba datos epidemiológicos a nivel de población. Esta época de mi carrera fue sumamente productiva, e hice grandes amigos con los que aún trabajo en la actualidad.
Buceaba en cuevas por toda Francia y el norte de Italia los fines de semana y los días festivos. Otros viajes me llevaron a lagos en Alemania, naufragios en Croacia, edificios inundados debajo de Budapest y minas en Bélgica, Eslovaquia y algunos otros países. Incluso obtuve una beca de investigación para visitar el laboratorio de Brubakk en Noruega. Mientras estaba allí, volé a Rana, Noruega, y buceé en la cueva Plura en el Ártico.
Entre todos estos buceos, trabajábamos en nuestros intereses en los determinantes genéticos de la enfermedad por descompresión. Imaginamos cómo sería si tuviéramos una prueba que pudiera decirnos si los genes de una persona estuvieran aumentados y alcanzaran su punto máximo en lo que se refiere a la protección justo antes de un buceo importante. Diseñamos un programa de reproducción selectiva y criamos una cepa de rata que era muy resistente a la descompresión, y este trabajo continúa.
¿Qué hizo a continuación?
Cuando esta época maravillosa llegó a su fin, Petar Denoble, M.D., D.Sc., me ofreció un empleo en DAN. Mi esposa y yo vendimos nuestra casa y nos mudamos a Carolina del Norte. Fue fantástico —durante los años siguientes publiqué una gran cantidad de investigaciones de buceo e hice muchos buceos en 20 estados—. DAN me enviaba a dar conferencias en ferias y clubes de buceo, y realmente lo disfrutaba. En mi último año en DAN, realicé 32 presentaciones. Los clubes de buceo eran lo mejor. Daba conferencias en salas llenas, y luego íbamos a cenar a algún lugar. Terminaba en una mesa con personas que habían estado buceando toda su vida. En la mesa podía haber 150 años de experiencia en buceo, y rápidamente surgían abundantes historias de buceo, en especial si alguien mencionaba los “viejos tiempos”.
Paralelamente, era el editor del Informe de buceo anual de DAN, y dirigía el programa de pasantías de DAN. Se había cerrado el círculo. Durante mi tiempo en DAN, publiqué algunos artículos de epidemiología que aún considero están entre mis mejores trabajos. Trabajé en el cálculo del riesgo de sufrir accidentes de buceo en los buzos deportivos, el cual sigue siendo mi objetivo. Todos los demás —buzos militares, científicos de buceo, etc.— tienen a alguien que se ocupa de ellos estrechamente, pero los buzos deportivos son un grupo fascinante.
¿Dónde está ahora?
En julio de 2018, después de tres años y medio en DAN, acepté una oferta en la Universidad Curtin (Curtin University) en Perth, Australia Occidental. Actualmente soy el director de investigación de posgrado, lo que significa que ayudo a todos los estudiantes de maestría y doctorado a mantener el rumbo. También enseño un módulo, ciencias biológicas aplicadas para uso paramédico, lo cual disfruto mucho. El resto de mi tiempo lo dedico a mi propia investigación, es decir, la investigación de mis estudiantes de doctorado.
Aún colaboro con investigadores fuera de mi universidad. El año pasado obtuve la beca de investigación DAN/Alfred Bove, la cual estoy utilizando para establecer un laboratorio húmedo en nuestro nuevo centro de tratamiento en cámara hiperbárica. Tenemos investigadores estudiantes de doctorado que estudian las burbujas y la función cardíaca en los buzos deportivos y tenemos previsto agregar a un tercero para estudiar la narcosis por nitrógeno. La beca es una excelente oportunidad para desarrollar una nueva generación de científicos de buceo.
¿Qué más le gustaría descubrir?
Hay una pregunta crucial que aún no he podido responder, pero me gustaría lograrlo: ¿el buceo aumenta nuestra expectativa de vida o la reduce? También me interesa si la trombosis venosa profunda en pasajeros de aerolíneas comerciales es una forma de enfermedad por descompresión y cómo podemos identificar a los buzos deportivos que son propensos a la formación de burbujas después de bucear. No puedo precisarlo —hay demasiadas cosas en el mundo que me interesan—. El problema es que el día no tiene suficientes horas.
Nunca me he arrepentido —todavía hago ambos tipos de trabajo. Puedo dedicarme a la ciencia básica en el laboratorio un día y desempeñarme como médico tratante en el departamento de emergencias al día siguiente, y estoy feliz con cómo se han dado las cosas.
© Alert Diver - Q2 2022