¿Qué sucedió con el caracol reina?
UN ANIMAL COMESTIBLE Y LENTO que vive en aguas cristalinas y superficiales no tiene una alta probabilidad de sobrevivir hoy en día. Los caracoles, específicamente los caracoles reina (Strombus gigas), solían estar esparcidos por los Cayos de la Florida y el Caribe. Si bien el caracol reina aún prevalece como un poderoso símbolo de estos lugares, las poblaciones de estos caracoles están disminuyendo a niveles preocupantes.
A pesar de la presencia de normas de pesca en la mayor parte del ámbito de los caracoles, actualmente las cifras de caracoles reina son tan bajas que en septiembre de 2022 la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (National Oceanic and Atmospheric Administration, NOAA) propuso que fuera catalogado como una especie amenazada bajo la Ley de Especies en Peligro de Extinción.
¿Qué le sucedió a su antigua majestad? ¿Y qué se puede hacer para traerla de vuelta?
Ciclo de vida
Con una esperanza de vida de 40 años y una madurez reproductiva tardía (entre los cuatro y cinco años), los caracoles reina son especialmente susceptibles a la sobrepesca. Alcanzan una longitud de aproximadamente 30 centímetros (12 pulgadas) hasta que empiezan a ser capaces de reproducirse, y luego su espesor continúa aumentando. Generalmente, un caracol reina con una concha gruesa y acampanada representa a un adulto sexualmente maduro, pero el único método confiable para determinar la madurez es un examen de las gónadas.
Los machos y las hembras necesitan tener contacto físico entre sí para reproducirse, y el movimiento promedio del caracol de unos pocos metros por día contribuye a su baja densidad poblacional. La investigación de la NOAA indica que el 69 por ciento de los países del Caribe tiene poblaciones de caracoles por debajo de la densidad de adultos mínima que se necesita para fomentar el apareamiento, que es de 100 caracoles por hectárea.
Las hembras ponen una masa de huevos que puede contener hasta medio millón de huevos, pero solo uno en 8 millones de huevos llegará a la madurez. Una vez fertilizados, los huevos eclosionan y se convierten en larvas que nadan libremente y que las corrientes dispersan. Después de una a tres semanas se entierran en la arena en un hábitat de criadero como lechos de pastos marinos superficiales, donde permanecen un año antes de emerger como caracoles jóvenes. Los adultos en proceso de maduración luego migran a hábitats más profundos de arena gruesa y escombros.
La duración de la temporada de reproducción de los caracoles reina varía en toda la región, pero tiene lugar entre marzo y octubre, con un pico de reproducción durante la época con las temperaturas más cálidas del agua. Después de aparearse, los caracoles regresan a sus zonas de alimentación.
Pesquerías
Como un blanco fácil, los caracoles reina han sido explotados por miles de años. A pesar de los intentos del caracol por ocultar su hermosa e icónica tonalidad rosada en el interior de su concha y con un color amarronado en su exterior a menudo cubierto de algas, son bastante fáciles de divisar en el lecho marino en las cristalinas aguas tropicales donde residen.
También son fáciles de capturar. Mientras que unos pescadores usan palos largos con anzuelos para extraer los caracoles, la mayoría simplemente las recolecta con la mano. Los caracoles se mueven lentamente y viven en aguas superficiales rara vez a más de 30 metros (100 pies) de profundidad, por lo que los buzos deportivos pueden acceder a ellos con facilidad.
La demanda de caracoles es alta. Sus usos han variado a lo largo de los años y según la región. En Florida, los caracoles eran originalmente recolectados como curiosidad, pero en 1965 la ley dispuso que los pescadores debían usar la carne junto con la concha. En todo el Caribe, los caracoles siempre han sido un alimento básico, donde la carne se cocina en guisados, se fríe como buñuelos o caracoles fritos, se agrega a la sopa y se sirve fresco como ceviche o ensalada. Las conchas han sido utilizadas para herramientas, instrumentos, joyas, material de construcción y decoración.
Los caracoles reina son una de las especies de los recursos pesqueros más importantes del Caribe, solo superados por la langosta espinosa. La pesca de caracoles respalda a aproximadamente 20.000 pescadores, la mayoría de los cuales proviene de familias de pescadores de caracoles. A medida que las poblaciones de caracoles disminuyen, los pescadores deben alejarse más de sus hogares y sumergirse más profundo para lograr su captura, lo que aumenta sus gastos y su riesgo de seguridad.
Con menos caracoles disponibles, la caza furtiva ha aumentado y más criaturas capturadas no cumplen con las restricciones de tamaño. Un estudio reciente realizado a lo largo de dos décadas en las Bahamas demostró que el tamaño de las conchas de los caracoles que los pescadores descartaban en áreas de alta presión pesquera estaba por debajo del tamaño legal permitido para la recolección. Estos resultados indican que hay menos caracoles de tamaño legal disponibles para que los pescadores recolecten.
Regulaciones
Cuando las poblaciones de caracoles comenzaron a mostrar signos de estrés por la sobrepesca en la década de 1970 se implementaron diversas tácticas de gestión, pero varían ampliamente en los más de 30 países que proporcionan algo de protección a los caracoles. En general, las estrategias de gestión incluyen restricciones de tamaño, temporadas cerradas, áreas protegidas, cuotas de recolección y restricciones de equipos (por ejemplo, el equipo de buceo no está permitido en algunos países).
El sur de Florida tiene los niveles de gestión más estrictos; las pesquerías comerciales de caracoles reina cerraron en Florida en 1976 y las pesquerías deportivas lo hicieron en 1986. En 1992 la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Convention on International Trade in Endangered Species of Wild Fauna and Flora, CITES) registró al caracol reina en su Apéndice II, lo que indica que el comercio internacional puede amenazar las especies sin no se controla. Bajo el tratado de la CITES, la exportación de carne o conchas de caracol requiere un permiso.
A pesar de estos esfuerzos, las poblaciones de caracoles reina han continuado disminuyendo. Algunas estrategias de gestión son inefectivas porque se basan en información obsoleta, limitada o incorrecta sobre el ciclo de vida de los caracoles. El uso del largo de concha en las restricciones de tamaño, por ejemplo, no es efectivo; el grosor de los labios es un mejor indicador de la madurez sexual.
Muchos países del Caribe usan temporadas cerradas, pero sus tiempos no siempre se alinean bien con el ciclo de vida de los caracoles. La temporada de langostas, por ejemplo, determina la temporada cerrada de caracoles en Jamaica para permitir que haya dos temporadas distintas con una mínima superposición para que los pescadores puedan tener acceso a los recursos durante todo el año. Y algunos gobiernos establecieron áreas protegidas según la preferencia de los usuarios en lugar de restringir explícitamente el acceso al criadero de caracoles o las zonas de reproducción.
Las normas son eficaces solo si se cumplen y se ejecutan. La recolección ilegal y no denunciada es un problema persistente en las distintas regiones. En 2014, el Servicio Nacional de Pesca Marina (National Marine Fisheries Service) de la NOAA se negó a registrar al caracol reina bajo la Ley de Especies en Peligro de Extinción (Endangered Species Act), pero en la actualidad están analizando su estado nuevamente y es probable que tomen una decisión final para septiembre de 2023. Los impactos económicos del registro de los caracoles reina como una especie amenazada podrían afectar a países del Caribe que exportan caracoles regularmente.
Calidad del hábitat
Cada etapa de la vida de los caracoles reina —larva, joven y adulto— tiene requisitos de hábitat específicos y su calidad es importante para la supervivencia. Las actividades humanas como el dragado y los vertidos afectan negativamente la reproducción de los caracoles.
A finales de la década de 1990 y principios de la de 2000 científicos descubrieron que los caracoles que estaban cerca de la costa de las aguas de los Cayos de la Florida eran físicamente incapaces de reproducirse porque sus gónadas nunca se habían desarrollado completamente, pero las poblaciones alejadas de la costa se reproducían como se esperaba. Cuando recolectaron caracoles de las aguas costeras y los colocaron más lejos, comenzaron a reproducirse normalmente en unos meses. Por otra parte, los caracoles que estaban lejos de la costa y se acercaron a las aguas costeras rápidamente perdieron la capacidad reproductiva. El cinc, el cobre o incluso los pesticidas para el control de mosquitos presentes en las aguas costeras se encuentran entre los posibles responsables.
¿Por qué nos importa?
Los caracoles reina son un componente ecológico importante del ecosistema marino del Caribe. Como herbívoros, los caracoles reina comen desechos, diatomeas y algas. Los caracoles son una presa para animales que tienen su propio nicho, incluso tiburones nodriza, pulpos, caracoles rojos, peces puercoespín, tortugas marinas y cangrejos. La pérdida de caracoles reina afectará a toda la cadena alimentaria.
Los caracoles reina también son importantes culturalmente. Los Cayos de la Florida son la autoproclamada República de los Caracoles. En el Caribe, los caracoles han sido una fuente de alimento importante por miles de años, y las conchas sirven para una enorme variedad de propósitos. La pesca de caracoles es un sustento para miles de personas y ha sido una tradición entre algunas familias por generaciones.
El escudo de armas y la bandera nacional de Islas Turcas y Caicos tiene un caracol reina, al igual que el escudo de armas de las Bahamas. En las Islas Vírgenes, la concha de caracol simboliza la libertad y la resistencia a la esclavitud. Muchas culturas han usado conchas de caracol para la comunicación, en rituales y como instrumento musical.
¿Qué podemos hacer?
Los gobiernos pueden volver a abordar las estrategias de gestión y garantizar que las restricciones se basen en información científica actual. Mejorar la calidad del agua y proteger los hábitats de los caracoles también es importante.
Las poblaciones de caracoles no se están recuperando por su cuenta, por lo que es probable que se necesiten tácticas creativas. Los científicos han perfeccionado las técnicas de acuicultura para criar caracoles en un criadero, pero criar caracoles en un laboratorio y liberarlos en un entorno salvaje a menudo es costoso. No obstante, se espera que un nuevo criadero de caracoles mejore los resultados y aumente las oportunidades económicas para las pesquerías locales.
Con el respaldo parcial de subvenciones de NOAA Fisheries, el Servicio de Investigación Agrícola (Agricultural Research Service) del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (U.S. Department of Agriculture) y Puerto Rico Sea Grant, el Naguabo Queen Conch Hatchery en Puerto Rico es un proyecto de colaboración de la Universidad Atlántica de Florida (Florida Atlantic University), Conservación ConCiencia y Naguabo Fishing Association. El criadero proporciona ingresos para pescadores de caracoles que traen huevos de hábitats de criaderos de caracoles conocidos en el mundo silvestre. Los pescadores también ayudan con la instalación de la infraestructura y el trabajo diario en el criadero. Los beneficios de estas colaboraciones se extienden más allá de simplemente incrementar las poblaciones en estado silvestre.
No hay una respuesta clara para cómo garantizar lo mejor posible el dominio del caracol reina, pero muchas personas —incluso pescadores, científicos y buzos— sienten una gran pasión por la importancia de este caracol. Si bien la supervivencia del caracol reina no tiene las mejores probabilidades, su historia aún no ha terminado.
© Alert Diver - Q2 2023