Conozca los riesgos

Utilizar protección apropiada contra la exposición y tener plena conciencia de la vida marina presente en el lugar donde esté buceando lo ayudará a reducir el riesgo de sufrir lesiones bajo el agua.

Narcosis por nitrógeno, síndrome de Irukandji y protección a la exposición inadecuada.

Con frecuencia, los buzos experimentan envenenamientos por picaduras de medusas, cuya gravedad puede variar de un dolor localizado leve hasta síntomas sistémicos graves e incluso la muerte. El envenenamiento causado por determinadas cubomedusas puede provocar una rara condición conocida como síndrome de Irukandji. Se registró un caso interesante cuando un buzo experimentó el síndrome de Irukandji junto con una narcosis por nitrógeno, un fenómeno común que está bien descrito en publicaciones científicas y que es muy conocido para los buzos.

Un buzo de 28 años planificó un buceo desde la costa con un grupo cerca de la costa de Piti, Guam, como parte de un curso de buceo profundo. El buzo había trabajado durante la noche y había dormido solo seis horas, pero gozaba de buena salud y se sentía alerta. Comenzaron nadando 183 metros (200 yardas) en la superficie antes de descender a 24 metros (80 pies). Desde allí, el instructor tenía pensado guiar a los buzos otros 46 metros (50 yardas) a lo largo del lecho con una pendiente descendente hasta los 35 metros (115 pies) para una prueba de la función cognitiva. Después de cinco minutos a profundidad, los buzos regresaban nadando al primer lugar, repetían la prueba a 24 metros (80 pies) y luego comenzaban un ascenso lento hacia la superficie con una parada de seguridad de cinco minutos a 5 metros (15 pies).

El buceo comenzó según lo previsto, pero mientras se desplazaba hacia los 35 metros (115 pies) el buzo observó que su visión periférica se estrechaba y también notó un deterioro de su capacidad cognitiva, una sensación de intoxicación y fuertes palpitaciones en sus oídos. Si bien esta era la primera vez que experimentaba estos síntomas, los atribuyó a una narcosis por nitrógeno, pero decidió que era seguro continuar con el buceo siempre que se mantuviera cerca de su compañero.

Cuando llegó al punto de prueba a los 35 metros (115 pies), el buzo sintió una sensación de quemazón intensa y dolorosa a lo largo de la cara interna y la parte trasera de su muslo derecho que no desaparecía. Con el aumento de los síntomas de la narcosis por nitrógeno, el buzo pensó que la sensación de quemazón era producto de su imaginación y decidió ignorarla. Si bien solo estaba usando una camiseta protectora y un traje de baño debajo de su compensador de flotabilidad, el buzo no sospechaba de haber sufrido una lesión causada por vida marina. Después de ascender a 24 metros (80 pies), los síntomas de la narcosis desaparecieron espontáneamente, pero la sensación de quemazón en el muslo persistió. El buzo no observó otros síntomas.

Al salir del agua después de la parada de seguridad, el buzo advirtió que la sensación de quemazón no desaparecía. Diez minutos más tarde experimentó una fatiga inusual junto con calambres en el abdomen y la espalda, y la sensación de quemazón se extendió a su torso. Veinte minutos después de salir del agua, el buzo comenzó a toser un esputo blanco espumoso. Sentía que sus músculos estaban demasiado débiles como para pararse erguido, y tuvo que inclinarse hacia adelante y descansar lo antebrazos sobre las piernas. El buzo alertó a su instructor de buceo, que le recomendó que no hiciera un segundo buceo y que solicitara atención médica.

El buzo llamó a un amigo médico con experiencia en medicina de buceo. Debido al perfil de buceo y los síntomas, el médico también sugirió que el buzo debía dirigirse a un hospital local para someterse a una evaluación. Pero por la falta de recursos financieros, el buzo decidió evitar la visita al hospital y descansar en su casa.

El buzo comenzó a experimentar un aumento del dolor durante las siguientes cuatro horas debido a los calambres musculares en el abdomen y la espalda y la sensación de quemazón persistente en el muslo derecho y el torso. La tos productiva con esputo también continuó. Intentó dormir para ver si los síntomas desaparecían, pero no pudo conciliar el sueño a causa del dolor y la intranquilidad. Los síntomas gradualmente desaparecieron a lo largo de las siguientes cinco horas. Para la noche, los síntomas habían desaparecido casi por completo y finalmente pudo dormirse.

A la mañana siguiente, la tos del buzo había desaparecido completamente y la sensación de cosquilleo se disipó en el transcurso de los tres días siguientes.

Narcosis por nitrógeno

Los síntomas de la narcosis por nitrógeno incluyen una sensación de intoxicación, facultades mentales alteradas, dificultad para concentrarse y somnolencia junto con estados de ánimo que van desde un exceso de confianza y euforia hasta miedo e inseguridad. En profundidades extremas de más de 122 metros (400 pies), los buzos pueden perder el conocimiento. Los síntomas de la narcosis por nitrógeno pueden hacer del buceo una práctica peligrosa, porque los buzos pueden tomar malas decisiones.

La fatiga, la profundidad, un historial personal de susceptibilidad, la intoxicación por alcohol antes de un buceo y el agua fría son factores que pueden aumentar la probabilidad de sufrir una narcosis por nitrógeno, que normalmente desaparece espontáneamente cuando el buzo asciende por encima de la profundidad donde los síntomas aparecieron inicialmente. En el caso descrito en este artículo, la fatiga del buzo, la descripción de los síntomas y su desaparición con el ascenso sugieren que tal vez haya experimentado una narcosis por nitrógeno.

El buzo debió haber finalizado el buceo inmediatamente al desarrollar síntomas. La toma de malas decisiones, una falsa sensación de seguridad o un exceso de confianza, y el hecho de ignorar la posibilidad de haber sufrido una lesión causada por vida marina podrían haber dado lugar a un mal resultado, que, afortunadamente para este buzo, no fue el caso.

Síndrome de Irukandji

Algunas especies de cubomedusa causan el síndrome de Irukandji. Los síntomas, que se manifiestan en todo el cuerpo, más comúnmente incluyen dolor abdominal, dolor de espalda, náuseas, agitación e hipertensión y se desarrollan entre cinco y 90 minutos después de la picadura. En Australia se identificaron formalmente más de nueve especies de medusas que causan el síndrome de Irukandji, pero informes de lugares como el Reino Unido, Hawái, Tailandia y Florida indican que otras especies de medusas que aún no se han identificado formalmente también pueden provocar la condición.

La mayoría de los casos de síndrome de Irukandji se resuelve espontáneamente en horas o días, pero el 3 por ciento de los casos informados avanza hasta provocar una insuficiencia cardíaca. Otras complicaciones que ponen en peligro la vida incluyen el edema pulmonar agudo y el accidente cerebrovascular. Si bien este síndrome puede tener consecuencias graves, es relativamente raro.

A pesar de que el buzo de este caso no vio que una medusa lo picara, sus síntomas sugieren firmemente que tuvo el síndrome de Irukandji. La tos y el esputo probablemente indican algún nivel de edema pulmonar. El buceo se realizó en un área conocida por la presencia de cubomedusas e informes de casos de síndrome de Irukandji. Afortunadamente, los síntomas del buzo desaparecieron sin tratamiento. El buzo reconoció meses más tarde que en ese momento no había comprendido la potencial gravedad de su condición. Si lo hubiera hecho, se hubiera dirigido a la sala de emergencias.

Conclusión

La narcosis por nitrógeno puede tener consecuencias fatales. Comprender los factores de riesgo y asegurarse de que usted y sus compañeros de buceo hayan hablado sobre cómo mitigar los riesgos posiblemente puede salvar vidas.

Si es picado por una medusa, observe si tiene síntomas relacionados con el síndrome de Irukandji. Si desarrolla síntomas, tenga conciencia de que es una condición potencialmente fatal que los médicos pueden ayudarlo a tratar. Preste atención a los boletines y anuncios de vida marina local. La mejor manera de mitigar el riesgo de envenenamiento por medusas es usar trajes completos de protección contra la exposición y evitar a las medusas cuando son abundantes en el agua.

Vestimenta como camisetas protectoras sueltas, bañadores de surf y camisetas comunes no lo protegerán de las medusas que flotan libremente y en algunos casos pueden atrapar vida planctónica urticante contra su piel. Los trajes de neopreno completos proporcionan mucho más que protección térmica, también constituyen barreras eficaces contra la vida marina.

© Alert Diver - Q2 2021

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