¿Cómo se sienten sus buzos?

Divers Alert Network tiene décadas de experiencia ayudando a buceadores en situaciones de emergencia - y con décadas de experiencia vienen décadas de historias y lecciones que puedes compartir con tus alumnos y aplicar en tus próximas inmersiones. Esta historia presenta a los profesionales médicos de DAN asistiendo a un buceador herido que cometió una serie de errores desafortunados y evitables.

DAN recibió una llamada vía teléfono satélite de una persona preocupada por su compañera de litera tras una serie de inmersiones ese mismo día. Su compañera de litera presentaba síntomas que sugerían una enfermedad por descompresión: dolor bajo el pecho izquierdo y el hombro derecho, pliegues en la piel, entumecimiento en la pierna, náuseas y una breve pérdida de conciencia. La buceadora tenía un total de 40 inmersiones de por vida y estaba completando su certificación avanzada de aguas abiertas. Utilizaba un equipo alquilado y no estaba familiarizada con el ordenador de buceo. Ese día, la buceadora había realizado cuatro inmersiones a gran profundidad (24 metros y más). Sus síntomas empezaron después de la segunda inmersión, pero siguió buceando. Al final de la última inmersión había seguido las instrucciones de su divemaster, que insistió en que no cumpliera la obligación de descompresión de su ordenador de buceo, lo que probablemente contribuyó de forma significativa a este aparente evento de DCS.

Por supuesto, es fundamental seguir las recomendaciones de descompresión del ordenador de buceo, y un profesional del buceo nunca debe animar a un buceador a ignorar los protocolos de seguridad. Recuerde a sus buceadores que sean conscientes de cualquier síntoma después de bucear y que se lo tomen en serio. No deben esperar a que otra persona les informe de sus síntomas: con el DCS, el tiempo es esencial. Ignorar los síntomas de DCS puede exacerbar un evento relativamente menor en algo más serio o duradero. Otro factor que contribuyó a este suceso fue la falta de un plan de acción de emergencia. En lugar de confiar en el compañero de litera del buceador para llamar a DAN, lo ideal hubiera sido que el operador de buceo hubiera sido consciente de cómo se sentían sus buceadores después de bucear. Esta falta de conocimiento puede haber sido perjudicial en este caso, ya que un plan de acción de emergencia implementado poco después de reconocer los signos de DCS podría haber evitado que este buceador experimentara síntomas más graves. Contar con un plan de acción de emergencia es especialmente importante cuando se bucea en un lugar remoto, ya que puede ser difícil acceder a una asistencia médica adecuada.

Cuando un buceador alquile un ordenador de buceo, asegúrese de orientarle sobre sus características y ajustes. Aunque los médicos de DAN se dieron cuenta rápidamente de la gravedad de la situación, la remota zona en la que se encontraba el buceador significaba que el centro médico más cercano estaba a 18-20 horas de distancia. DAN envió rápidamente una lancha rápida para reunirse con este buceador, pero incluso el viaje de la lancha rápida duraría cinco horas. DAN ayudó a facilitar la asistencia de la marina local, que envió un helicóptero de rescate para transportar al buceador. La buceadora herida llegó al centro médico en mal estado; estaba desorientada, en estado de shock hipovolémico y presentaba lesiones cutáneas y signos de lesión medular y cerebral. Sin embargo, la buceadora mejoró gradualmente con tratamiento y un seguimiento continuado.

Esta historia ilustra la importancia de cumplir los protocolos de seguridad, disponer de planes de actuación en caso de emergencia, vigilar a los buceadores y reconocer -y responder con decisión- los signos de DCS.

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