No mordamos la mano que nos da de comer

Alimentar tiburones de manera segura requiere total concentración y atención a los detalles. Foto de Gary Rose.

El sol brillaba intensamente sobre las aguas vidriosas de color azul profundo cerca de la costa. Era un fin de semana festivo y todo iba bien cuando una joven pareja subió a bordo de la embarcación y arrojó sin cuidado todo su equipo en la cubierta. Al verlos devorar su desayuno y volcar café sobre otro buzo tuve el presentimiento de que ese día no terminaría bien, especialmente porque el barco chárter era para realizar un buceo con tiburones.

Su atención parecía estar en cualquier otra cosa menos en el próximo buceo, y estaban distrayendo a todas las demás personas que estaban en la embarcación, incluidos el divemaster y los marineros. El dominio limitado del inglés de la pareja se sumaba a su falta de preparación y de conocimientos para este buceo. En retrospectiva, era evidente que no habían prestado atención o no habían comprendido el informe de seguridad anterior al buceo, o ambas cosas.

Conforme se señaló en artículos anteriores de Alert Diver sobre eventos adversos, casi siempre hay una cascada que se divide en cuatro etapas: el disparador, el agente discapacitante, la lesión incapacitante y la causa de muerte. Cada uno de estos eventos se puede evitar de forma individual. Si alguien reconoce uno al momento de producirse, es una oportunidad para reaccionar e intentar mitigar el riesgo antes de que se convierta en un problema. En el análisis de las causas de eventos adversos, los factores más importantes son la falta de reconocimiento y la ausencia de reacción frente a un evento, lo que puede dar lugar a eventos subsiguientes que conducen a un resultado desastroso como, por ejemplo, una lesión grave o la pérdida de la vida.

Después de descender, todos estábamos alineados en el lecho marino a una distancia apropiada, designada previamente, del alimentador de tiburones. El divemaster había abordado el plan exhaustivamente en nuestro informe de seguridad anterior al buceo. Al parecer, la pareja estaba siguiendo las instrucciones. Al menos 20 tiburones limón estaban nadando alrededor del alimentador de tiburones y los buzos, y ofrecían increíbles vistas y oportunidades para tomar fotografías.

Poco después, una hermosa hembra de tiburón tigre de 3,6 metros (12 pies) se unió al grupo. Era una visitante de temporada regular de esta área. El divemaster había hablado especialmente sobre el comportamiento de los tiburones tigre y cómo debíamos comportarnos si alguno se acercaba al área. Todos quedamos asombrados al ver como este enorme tiburón tigre era alimentado con la mano. Era el sueño de todo fotógrafo observar y fotografiar a una gran depredadora tan imponente cada vez que nadaba en círculos y regresaba por más. Mis pensamientos fantasiosos fueron interrumpidos de repente cuando el alimentador de tiburones nos hizo las señas manuales y sonoras que nos habían enseñado anteriormente para informarnos que debíamos ascender en grupo y colocarnos corriente abajo respecto del lugar donde él se encontraba.

tiburón tigre
Este tiburón tigre demuestra que claramente es la depredadora alfa al patrullar su dominio.

No podía creer lo que veía cuando divisé a la pareja muy por debajo de nosotros, holgazaneando en la arena mientras el resto del grupo seguía las instrucciones y se desplazada hacia arriba para lograr una disposición segura y de protección. El alimentador de tiburones seguía repitiendo la señal sonora para alertarlos. Mientras tomaba más carnada para alimentar al tiburón tigre, señaló a la pareja y movió la mano para atraer su atención. Ese movimiento era el mismo que había estado usando para ofrecer carnada.

Todo el incidente duró un nanosegundo. Yo estaba a menos de 3 metros (10 pies) de distancia. El tiburón tomó lo que pensó era carnada del alimentador, y en realidad mordió la mano vacía que él estaba agitando y se alejó a toda velocidad. Nunca había visto a uno escaparse así; en general, los tiburones tigre se quedan nadando en círculos para obtener más pescado. Era como si supiera que había cometido un error. Aún estaba procesando lo que acababa de presenciar cuando vi una nube de color verde que emanaba del puño del traje de neopreno del alimentador de tiburones. Nadé rápidamente hacia él y lo acompañé hasta la superficie mientras ejercía presión sobre su muñeca. Sentí una mano blanda y poco natural a través de su guante, por lo que la sostuve con una fuerte compresión. La nube de color verde seguía expandiéndose rápidamente. No hicimos una parada de seguridad, ya que reconocimos que este era un evento con una lesión catastrófica.

El marinero de cubierta ayudó al alimentador de tiburones a subir a la embarcación. Mientras subía por la escalera vi mucho rojo por todas partes. Inmediatamente fabriqué un torniquete con un cinturón de lastre y lo ajusté por encima de la lesión lo suficiente como para contener la hemorragia. Lo acosté en la cubierta para incrementar el flujo sanguíneo hacia su cerebro y le coloqué una máscara de oxígeno mientras el capitán enviaba una llamada de auxilio.

Era muy difícil sentir el alcance de los daños en su mano, que estaba considerablemente deformada. El guante y el puño del traje de neopreno estaban machacados juntos. Decidí no quitarle el guante para inspeccionarlo, ya que no quería correr el riesgo de causar más daños. El alimentador de tiburones, que había sido mi amigo por muchos años, ahora era mi paciente y no se veía bien. Su cara tenía un color gris ceniza como consecuencia de la significativa pérdida de sangre. Continué ejerciendo presión sobre su mano y su muñeca hasta la llegada de la patrulla marina a los pocos minutos. Lo trasladamos a la embarcación de la patrulla y se alejaron con las luces encendidas y las sirenas sonando a todo volumen mientras se dirigían a la costa.

Una vez en tierra, fue trasladado por aire a un hospital local y fue sometido a una cirugía de muchas horas para revascularizar su mano, reparar los tendones y los nervios y suturar las heridas. Mi decisión de no quitarle el guante para inspeccionar el daño había sido correcta. El puño del traje y el guante estrujados y un pequeño trozo de piel de la muñeca era todo lo que había mantenido la mano en su lugar cuando lo subí a la embarcación.

Al analizar el incidente, el resultado negativo lamentablemente no siempre se limita al buzo que inició los eventos. En este caso, la pareja que no siguió las instrucciones fue la que inició el incidente. Como se pudo ver en ese caso, el disparador y los posteriores eventos discapacitantes pueden provocar una lesión a otro buzo. La falta de preparación, el incumplimiento de las instrucciones y la falta de atención a los detalles de la pareja hizo que un buzo que de otro modo hubiera estado alerta se distrajera. Esta distracción en un momento crítico impidió que el alimentador de tiburones se concentrara en una tarea sumamente delicada y demandante con la que, por lo demás, no hubiera tenido ningún problema.

© Alert Diver - Q3/Q4 2021

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